domingo, 31 de marzo de 2013

Fragmento del Domingo

La envidia es la religión de los mediocres . Los reconforta, responde a las inquietudes que los roen por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan por la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños. Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá. 

El juego del ángel
Carlos Ruiz Zafón

sábado, 30 de marzo de 2013

El fragmento del Sábado

"Inscripción tallada en un banco de la escuela primaria de la calle Barker, en Chamberlain: "Carrie White come mierda". Los gritos, los ecos y el ruido subterráneo del chapoteo del agua de las duchas sobre las baldosas llenaban el vestuario. Las muchachas habían estado jugando a voleibol durante la primera hora, y había algo apremiante en su ligero sudor matutino. Se estiraban y retorcían bajo el agua caliente, chillando, lanzando agua y pasándose de mano en mano las barras de jabón blanco.
Carrie se hallaba en medio de ellas, impasible, una rana entre los cisnes. Era una muchacha fornida, con granos en el cuello, la espalda y las nalgas. Su cabello mojado no parecía tener color alguno: se pegaba a su rostro con una obstinación empapada y abatida.

Estaba allí parada, con la cabeza ligeramente inclinada, dejando que el agua se precipitara sobre su cuerpo y cayera al suelo. Parecía la típica cabeza de turco, el perpetuo blanco de las bromas, la chica capaz de tragarse las historias más increíbles, el objeto de todas las malas jugadas. Y realmente lo era.
De manera desesperada desearía que la «Escuela Secundaria Ewen» tuviese duchas individuales -y por lo tanto privadas- como escuelas de Andover y Bosford. Porque se quedaban mirándola... Ellas siempre se quedaban mirándola......................"

Carrie
Stephen King 

viernes, 29 de marzo de 2013

Fragmento del viernes


El doctor Urbino agarró el loro por el cuello con un suspiro de triunfo: ça y est. Pero lo soltó de inmediato, porque la escalera resbaló bajo sus pies y él se quedó un instante suspendido en el aire, y entonces alcanzó a darse cuenta de que se había muerto sin comunión, sin tiempo para arrepentirse de nada ni despedirse de nadie, a las cuatro y siete minutos de la tarde del domingo de Pentecostés.
Fermina Daza estaba en la cocina probando la sopa para la cena, cuando oyó el grito de horror de Digna Pardo y el alboroto de la servidumbre de la casa y enseguida el del vecindario. Tiró la cuchara de probar y trató de correr como pudo con el peso invencible de su edad, gritando como una loca sin saber todavía lo que pasaba bajo las frondas del mango, y el corazón le saltó en astillas cuando vio a su hombre tendido bocarriba en el lodo, ya muerto en vida, pero resistiéndose todavía un último minuto al coletazo final de la muerte para que ella tuviera tiempo de llegar. Alcanzó a reconocerla en el tumulto a través de las lágrimas del dolor irrepetible de morirse sin ella, y la miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos y más agradecidos que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el último aliento: Sólo Dios sabe cuánto te quise. 

El amor en los tiempos del cólera
Gabriel García Márquez

jueves, 28 de marzo de 2013

El fragmento del jueves

28 de marzo de 1936 nace el escritor peruano Mario Vargas  Llosa...
28 de marzo de 1942 muere Miguel Hernández..

Dos grandes que se merecen el fragmento de hoy




"Todavía llevaban pantalón corto ese año, aún no fumábamos, entre todos los deportes preferían el fútbol y estábamos aprendiendo a correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del "Terrazas", y eran traviesos, lampiños, curiosos, muy ágiles, voraces. Ese año, cuando Cuéllar entró al Colegio Champagnat...
Apareció una mañana, a la hora de la formación, de la mano de su papá, y el Hermano Lucio lo puso a la cabeza de la fila porque era más chiquito todavía que Rojas, y en la clase el Hermano Leoncio lo sentó atrás, con nosotros, en esa carpeta vacía, jovencito. ¿Cómo se llamaba? Cuéllar, ¿y tú? Choto, ¿y tú? Chingolo, ¿y tú? Mañuco, ¿y tú? Lalo. ¿Miraflorino? Sí, desde el mes pasado, antes vivía en San Antonio y ahora en Mariscal Castilla, cerca del Cine Colina......

Una hora después el Hermano Lucio tocaba el silbato y, mientras se desaguaban las aulas y los años formaban en el patio, los seleccionados nos vestíamos para ir a sus casas a almolzar.
Pero Cuéllar se demoraba porque (te copias todas las de los cracks, decía Chingolo, ¿quién te crees?, ¿Toto Terry?) se metía siempre a la ducha después de los entrenamientos. A veces ellos se duchaban también, guau, pero ese día, guau guau, cuando Judas se apareció por la puerta de los camarines, guau guau guau, sólo Lalo y Cuéllar se estaban bañando, guau guau guau guau. Choto, Chingolo y Mañuco saltaron por las ventanas, Lalo chilló se escapó mira hermano, y alcanzó a cerrar la puertecita de la ducha en el hocico mismo del gran danés.

Ahí, encogido, losetas blancas, azulejos y chorritos de agua, temblando, oyó los ladridos de Judas, el llanto de Cuéllar, sus gritos y olló aullidos, saltos, choques, resbalones y después sólo ladridos, y un montón de tiempo después, les juro (pero cuánto, decía Chingolo ¿dos minutos?, más hermano, y Choto ¿cinco? más mucho más), el vozarrón del Hermano Lucio.....".

Los cachorros
Mario Vargas Llosa
 
 
 
 
"EL ÚLTIMO RINCÓN
Miguel Hernandez

El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.

Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.

Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.

Carne de mi movimiento,
huesos de ritmos mortales:
me muero por respirar
sobre vuestros ademanes.

Corazón que entre dos piedras
ansiosas de machacarte,
de tanto querer te ahogas
como un mar entre dos mares.
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.

Beso que viene rodando
desde el principio del mundo
a mi boca por tus labios.
Beso que va a un porvenir,
boca como un doble astro
que entre los astros palpita
por tantos besos parados,
por tantas bocas cerradas
sin un beso solitario.

¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?

Tu pelo donde lo negro
ha sufrido las edades
de la negrura más firme,
y la más emocionante:
tu secular pelo negro
recorro hasta remontarme
a la negrura primera
de tus ojos y tus padres,
al rincón de pelo denso
donde relampagueaste.

Como un rincón solitario
allí el hombre brota y arde.

Ay, el rincón de tu vientre;
el callejón de tu carne:
el callejón sin salida
donde agonicé una tarde.

La pólvora y el amor
marchan sobre las ciudades
deslumbrando, removiendo
la población de la sangre.

El naranjo sabe a vida
y el olivo a tiempo sabe.
Y entre el clamor de los dos
mis pasiones se debaten.

El último y el primero:
rincón donde algún cadáver
siente el arrullo del mundo
de los amorosos cauces.

Siesta que ha entenebrecido
el sol de las humedades.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, nadie.
 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Fragmento del miércoles


- Para esos tienes tantos relojes, ¿no? ¿Uno para cada hombre?
- No, Momo -contestó el maestro Hora-. Esos relojes no son más que una afición mía. Sólo son reproducciones muy imperfectas de algo que todo hombre lleva en su pecho. Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz, oídos para oír los sonidos, tenéis un corazón para percibir con él, el tiempo. Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo. Pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos, que no perciben nada, a pesar de latir.

Momo
Michael Ende
Traducción Susana Constante

martes, 26 de marzo de 2013

Estaciones de paso- Reseña


De poca gente me fio a la hora de hacer caso a las recomendaciones de libros, pero cuando alguien que conoce los libros, que conoce lo que importa, que disfruta y saborea y es feliz con sus historias y a la vez me conoce, conoce mis historias, conoce mis gustos, me regala un libro… no puede caer en balde.

“Demostración de la existencia de Dios”, “Tabaco y negro”, “El capitán de la fila india”, “Receta de verano yMozart, y Brahms, y Corelli” son los cinco relatos que forman “Estaciones de paso” de  Almudena Grandes.
Cinco relatos protagonizados por cinco adolescentes que, a través de pretextos como el futbol, cocina, política…. desgrana el quebradizo paso de cualquier persona por esta etapa de la vida.  Ya sea a través de los conflictos familiares, de las dolorosas vivencias amorosas, de la incomprensión ante las situaciones injustas, del intento de búsqueda de uno mismo, Almudena Grandes ahonda de una forma espectacular en los sentimientos y actitudes de sus personajes ya no solo por la forma en que los describe si no por la enorme dificultad que tiene al tratarse de como hemos dicho un momento en la que es difícil vivirlos y mucho más poder explicaros, expresarlos y hacerlos sentir de nuevo como hace ella con el lector.
Tanto me ha impresionado la forma en que está escrito que estoy segura de que si le diéramos este libro a cualquier persona y no le dijéramos quien es la autora podría pensar que se trata de un recopilatorio de relatos cortos escrito por jóvenes.
Su facilidad, sencillez y dinamismo unido a lo anteriormente dicho hacen que sea un libro totalmente recomendable para pasar un buen rato, recordar sensaciones olvidadas y una punzada de añoranza de la inocencia y de porque no, ese “descoloque” que se vive en el proceso de hacerte adulto.

Gracias especiales a la persona que puso en mi camino “Estaciones de paso” entre otras muchas historias literarias y reales.1

Mis fragmentos favoritos

“No se puede añorar lo que no se conoce, pero aquello debía de ser algo tibio y dulce, anaranjado y tierno, tan suave y nuboso como una larga convalecencia con la complicidad de unas décimas de fiebre. No se puede sucumbir a la nostalgia de lo que aun no ha comenzado […]”.

 ""Cuando él dio un paso hacia mí, mis pies le respondieron acordando la distancia en la misma medida. .Cuando extendió los brazos hasta posarlos en mis hombros, mis manos dejaron caer el recetario al suelo. Cuando colocó el brazo derecho a la altura de mis omóplatos y rodeó mi cintura con el izquierdo mis dedos ya se estaban tocando detrás de su nuca. Cuando me beso, le besé, y el mundo se hizo líquido, caliente, pequeño, tenía l piel áspera, la lengua dulce, todo era áspero y dulce, y cabía en la frontera simétrica de nuestros labrios pegados, que se despegaban a veces y se volvían a pegar para encontrar otro sabor que era fresco y a la vez ardía, y yo nunca había besado a nadie así, nunca había sentido esa necesidad implacable de besar y de besar más, de seguir besando, como si me jugara la vida al borde de la boca, cómo si más allá del cuerpo que abrazaba no existiera nada, cómo si los brazos que me estrechaban me protegieran de un vacío negro y compacto que condicionaba la fuerza de mis propios brazos. La intimidad tenía un sonido, pero también un tacto, y un gusto especiado, goloso, tan placentero como ningún sabor".


 


 


 



 


 

El fragmento del martes


“Para hacer callar a la cantarina Julie,  Boris la abrazó fuerte.   Y de pronto sintió algo en su interior.  Bueno mas bien sintió algo que surgía de su interior. […] Con su pragmatismo matemático llegó a una pregunta fundamental ¿y si era ella la que le producía aquel efecto?.

En su cerebro que rechazaba todo silogismo, el enemigo del investigador, el sentimiento se convertía en una especie de componente, cuyo exacto valor tenía que determinar por fuerza. Admitiendo primero que el cuerpo sobre el cual reposaba era de lo más atractivo, abordó el problema en términos de probabilidad. ¿Qué probabilidad habría tenido él de encontrarse tendido sobre una mujer tan guapa; delante de su casa; y con un árbol y un montón de hielo encima?

Considerando que ninguna situación meteorológica comparable había acontecido desde 1961, considerando que le habían negado treinta y nueve apartamentos ante de poder vivir en aquella calle, considerando el número de árboles que hay en Montreal, compensado por el número de árboles rotos por el huelo en los tres últimos días, tomando como índice que una rama helada tarda, sin previo aviso, tres segundo en que caíga del árbol, es decir una probabilidad entre veintiocho mil ochocientas de caer en el momento en que pasa por debajo, multiplicando el resultado por la probabilidad de caer bajo una rama que pueda acoger a dos persona, Boris Bogdanov concluyó que la probabilidad de experimentar una repentina erección porque estaba tumbado encima de la vecina de enfrente no era más que de una entre trece millones seiscientas cincuenta  y siete mil ciento cincuenta y nueve. Exactamente, seis mil seiscientas cincuenta y siete probabilidades menos que de sacar los número 6/49".
El frio modifica la trayectoria de los peces
Pierre Szalowski

lunes, 25 de marzo de 2013

Fragmento del lunes


Tal día como hoy en 1835 apareció el primer cuadernillo de los entrañables cuentos de Hans Christian Andersen. Os dejamos aquí el cuento de "El patito feo" para que lo disfrutéis.


¡Qué lindos eran los días de verano! ¡Qué agradable resultaba pasear por el campo y ver el trigo amarillo, la verde avena y las parvas de heno apilado en las llanuras! Sobre sus largas patas rojas iba la cigüeña junto a algunos flamencos, que se paraban un rato sobre cada pata. Sí, era realmente encantador estar en el campo.
Bañada de sol se alzaba allí una vieja mansión solariega a la que rodeaba un profundo foso; desde sus paredes hasta el borde del agua crecían unas plantas de hojas gigantescas, las mayores de las cuales eran lo suficientemente grandes para que un niño pequeño pudiese pararse debajo de ellas. Aquel lugar resultaba tan enmarañado y agreste como el más denso de los bosques, y era allí donde cierta pata había hecho su nido. Ya era tiempo de sobra para que naciesen los patitos, pero se demoraban tanto, que la mamá comenzaba a perder la paciencia, pues casi nadie venía a visitarla.

Al fin los huevos se abrieron uno tras otro. “¡Pip, pip!”, decían los patitos conforme iban asomando sus cabezas a través del cascarón.

-¡Cuac, cuac! -dijo la mamá pata, y todos los patitos se apresuraron a salir tan rápido como pudieron, dedicándose enseguida a escudriñar entre las verdes hojas. La mamá los dejó hacer, pues el verde es muy bueno para los ojos.

-¡Oh, qué grande es el mundo! -dijeron los patitos. Y ciertamente disponían de un espacio mayor que el que tenían dentro del huevo.

-¿Creen acaso que esto es el mundo entero? -preguntó la pata-. Pues sepan que se extiende mucho más allá del jardín, hasta el prado mismo del pastor, aunque yo nunca me he alejado tanto. Bueno, espero que ya estén todos -agregó, levantándose del nido-. ¡Ah, pero si todavía falta el más grande! ¿Cuánto tardará aún? No puedo entretenerme con él mucho tiempo.

Y fue a sentarse de nuevo en su sitio.

-¡Vaya, vaya! ¿Cómo anda eso? -preguntó una pata vieja que venía de visita.

-Ya no queda más que este huevo, pero tarda tanto… -dijo la pata echada-. No hay forma de que rompa. Pero fíjate en los otros, y dime si no son los patitos más lindos que se hayan visto nunca. Todos se parecen a su padre, el muy bandido. ¿Por qué no vendrá a verme?

-Déjame echar un vistazo a ese huevo que no acaba de romper -dijo la anciana-. Te apuesto a que es un huevo de pava. Así fue como me engatusaron cierta vez a mí. ¡El trabajo que me dieron aquellos pavitos! ¡Imagínate! Le tenían miedo al agua y no había forma de hacerlos entrar en ella. Yo graznaba y los picoteaba, pero de nada me servía… Pero, vamos a ver ese huevo…

-Creo que me quedaré sobre él un ratito aún -dijo la pata-. He estado tanto tiempo aquí sentada, que un poco más no me hará daño.

-Como quieras -dijo la pata vieja, y se alejó contoneándose.

Por fin se rompió el huevo. “¡Pip, pip!”, dijo el pequeño, volcándose del cascarón. La pata vio lo grande y feo que era, y exclamó:

-¡Dios mío, qué patito tan enorme! No se parece a ninguno de los otros. Y, sin embargo, me atrevo a asegurar que no es ningún crío de pavos.

Al otro día hizo un tiempo maravilloso. El sol resplandecía en las verdes hojas gigantescas. La mamá pata se acercó al foso con toda su familia y, ¡plaf!, saltó al agua.

-¡Cuac, cuac! -llamaba. Y uno tras otro los patitos se fueron abalanzando tras ella. El agua se cerraba sobre sus cabezas, pero enseguida resurgían flotando magníficamente. Movíanse sus patas sin el menor esfuerzo, y a poco estuvieron todos en el agua. Hasta el patito feo y gris nadaba con los otros.

-No es un pavo, por cierto -dijo la pata-. Fíjense en la elegancia con que nada, y en lo derecho que se mantiene. Sin duda que es uno de mis pequeñitos. Y si uno lo mira bien, se da cuenta enseguida de que es realmente muy guapo. ¡Cuac, cuac! Vamos, vengan conmigo y déjenme enseñarles el mundo y presentarlos al corral entero. Pero no se separen mucho de mí, no sea que los pisoteen. Y anden con los ojos muy abiertos, por si viene el gato.

Y con esto se encaminaron al corral. Había allí un escándalo espantoso, pues dos familias se estaban peleando por una cabeza de anguila, que, a fin de cuentas, fue a parar al estómago del gato.

-¡Vean! ¡Así anda el mundo! -dijo la mamá relamiéndose el pico, pues también a ella la entusiasmaban las cabezas de anguila-. ¡A ver! ¿Qué pasa con esas piernas? Anden ligeros y no dejen de hacerle una bonita reverencia a esa anciana pata que está allí. Es la más fina de todos nosotros. Tiene en las venas sangre española; por eso es tan regordeta. Fíjense, además, en que lleva una cinta roja atada a una pierna: es la más alta distinción que se puede alcanzar. Es tanto como decir que nadie piensa en deshacerse de ella, y que deben respetarla todos, los animales y los hombres. ¡Anímense y no metan los dedos hacia adentro! Los patitos bien educados los sacan hacia afuera, como mamá y papá… Eso es. Ahora hagan una reverencia y digan ¡cuac!

Todos obedecieron, pero los otros patos que estaban allí los miraron con desprecio y exclamaron en alta voz:

-¡Vaya! ¡Como si ya no fuésemos bastantes! Ahora tendremos que rozarnos también con esa gentuza. ¡Uf!… ¡Qué patito tan feo! No podemos soportarlo.

Y uno de los patos salió enseguida corriendo y le dio un picotazo en el cuello.

-¡Déjenlo tranquilo! -dijo la mamá-. No le está haciendo daño a nadie.

-Sí, pero es tan desgarbado y extraño -dijo el que lo había picoteado-, que no quedará más remedio que despachurrarlo.

-¡Qué lindos niños tienes, muchacha! -dijo la vieja pata de la cinta roja-. Todos son muy hermosos, excepto uno, al que le noto algo raro. Me gustaría que pudieras hacerlo de nuevo.

-Eso ni pensarlo, señora -dijo la mamá de los patitos-. No es hermoso, pero tiene muy buen carácter y nada tan bien como los otros, y me atrevería a decir que hasta un poco mejor. Espero que tome mejor aspecto cuando crezca y que, con el tiempo, no se le vea tan grande. Estuvo dentro del cascarón más de lo necesario, por eso no salió tan bello como los otros.

Y con el pico le acarició el cuello y le alisó las plumas.

-De todos modos, es macho y no importa tanto -añadió-, Estoy segura de que será muy fuerte y se abrirá camino en la vida.

-Estos otros patitos son encantadores -dijo la vieja pata-. Quiero que se sientan como en su casa. Y si por casualidad encuentran algo así como una cabeza de anguila, pueden traérmela sin pena.

Con esta invitación todos se sintieron allí a sus anchas. Pero el pobre patito que había salido el último del cascarón, y que tan feo les parecía a todos, no recibió más que picotazos, empujones y burlas, lo mismo de los patos que de las gallinas.

-¡Qué feo es! -decían.

Y el pavo, que había nacido con las espuelas puestas y que se consideraba por ello casi un emperador, infló sus plumas como un barco a toda vela y se le fue encima con un cacareo, tan estrepitoso que toda la cara se le puso roja. El pobre patito no sabía dónde meterse. Sentíase terriblemente abatido, por ser tan feo y porque todo el mundo se burlaba de él en el corral.

Así pasó el primer día. En los días siguientes, las cosas fueron de mal en peor. El pobre patito se vio acosado por todos. Incluso sus hermanos y hermanas lo maltrataban de vez en cuando y le decían:

-¡Ojalá te agarre el gato, grandulón!

Hasta su misma mamá deseaba que estuviese lejos del corral. Los patos lo pellizcaban, las gallinas lo picoteaban y, un día, la muchacha que traía la comida a las aves le asestó un puntapié.

Entonces el patito huyó del corral. De un revuelo saltó por encima de la cerca, con gran susto de los pajaritos que estaban en los arbustos, que se echaron a volar por los aires.

“¡Es porque soy tan feo!” pensó el patito, cerrando los ojos. Pero así y todo siguió corriendo hasta que, por fin, llegó a los grandes pantanos donde viven los patos salvajes, y allí se pasó toda la noche abrumado de cansancio y tristeza.

A la mañana siguiente, los patos salvajes remontaron el vuelo y miraron a su nuevo compañero.

-¿Y tú qué cosa eres? -le preguntaron, mientras el patito les hacía reverencias en todas direcciones, lo mejor que sabía.

-¡Eres más feo que un espantapájaros! -dijeron los patos salvajes-. Pero eso no importa, con tal que no quieras casarte con una de nuestras hermanas.

¡Pobre patito! Ni soñaba él con el matrimonio. Sólo quería que lo dejasen estar tranquilo entre los juncos y tomar un poquito de agua del pantano.

Unos días más tarde aparecieron por allí dos gansos salvajes. No hacía mucho que habían dejado el nido: por eso eran tan impertinentes.

-Mira, muchacho -comenzaron diciéndole-, eres tan feo que nos caes simpático. ¿Quieres emigrar con nosotros? No muy lejos, en otro pantano, viven unas gansitas salvajes muy presentables, todas solteras, que saben graznar espléndidamente. Es la oportunidad de tu vida, feo y todo como eres.

-¡Bang, bang! -se escuchó en ese instante por encima de ellos, y los dos gansos cayeron muertos entre los juncos, tiñendo el agua con su sangre. Al eco de nuevos disparos se alzaron del pantano las bandadas de gansos salvajes, con lo que menudearon los tiros. Se había organizado una importante cacería y los tiradores rodeaban los pantanos; algunos hasta se habían sentado en las ramas de los árboles que se extendían sobre los juncos. Nubes de humo azul se esparcieron por el oscuro boscaje, y fueron a perderse lejos, sobre el agua.

Los perros de caza aparecieron chapaleando entre el agua, y, a su avance, doblándose aquí y allá las cañas y los juncos. Aquello aterrorizó al pobre patito feo, que ya se disponía a ocultar la cabeza bajo el ala cuando apareció junto a él un enorme y espantoso perro: la lengua le colgaba fuera de la boca y sus ojos miraban con brillo temible. Le acercó el hocico, le enseñó sus agudos dientes, y de pronto… ¡plaf!… ¡allá se fue otra vez sin tocarlo!

El patito dio un suspiro de alivio.

-Por suerte soy tan feo que ni los perros tienen ganas de comerme -se dijo. Y se tendió allí muy quieto, mientras los perdigones repiqueteaban sobre los juncos, y las descargas, una tras otra, atronaban los aires.

Era muy tarde cuando las cosas se calmaron, y aún entonces el pobre no se atrevía a levantarse. Esperó todavía varias horas antes de arriesgarse a echar un vistazo, y, en cuanto lo hizo, enseguida se escapó de los pantanos tan rápido como pudo. Echó a correr por campos y praderas; pero hacía tanto viento, que le costaba no poco trabajo mantenerse sobre sus pies.

Hacia el crepúsculo llegó a una pobre cabaña campesina. Se sentía en tan mal estado que no sabía de qué parte caerse, y, en la duda, permanecía de pie. El viento soplaba tan ferozmente alrededor del patito que éste tuvo que sentarse sobre su propia cola, para no ser arrastrado. En eso notó que una de las bisagras de la puerta se había caído, y que la hoja colgaba con una inclinación tal que le sería fácil filtrarse por la estrecha abertura. Y así lo hizo.

En la cabaña vivía una anciana con su gato y su gallina. El gato, a quien la anciana llamaba “Hijito”, sabía arquear el lomo y ronronear; hasta era capaz de echar chispas si lo frotaban a contrapelo. La gallina tenía unas patas tan cortas que le habían puesto por nombre “Chiquitita Piernascortas”. Era una gran ponedora y la anciana la quería como a su propia hija.

Cuando llegó la mañana, el gato y la gallina no tardaron en descubrir al extraño patito. El gato lo saludó ronroneando y la gallina con su cacareo.

-Pero, ¿qué pasa? -preguntó la vieja, mirando a su alrededor. No andaba muy bien de la vista, así que se creyó que el patito feo era una pata regordeta que se había perdido-. ¡Qué suerte! -dijo-. Ahora tendremos huevos de pata. ¡Con tal que no sea macho! Le daremos unos días de prueba.

Así que al patito le dieron tres semanas de plazo para poner, al término de las cuales, por supuesto, no había ni rastros de huevo. Ahora bien, en aquella casa el gato era el dueño y la gallina la dueña, y siempre que hablaban de sí mismos solían decir: “nosotros y el mundo”, porque opinaban que ellos solos formaban la mitad del mundo , y lo que es más, la mitad más importante. Al patito le parecía que sobre esto podía haber otras opiniones, pero la gallina ni siquiera quiso oírlo.

-¿Puedes poner huevos? -le preguntó.

-No.

-Pues entonces, ¡cállate!

Y el gato le preguntó:

-¿Puedes arquear el lomo, o ronronear, o echar chispas?

-No.

-Pues entonces, guárdate tus opiniones cuando hablan las personas sensatas.

Con lo que el patito fue a sentarse en un rincón, muy desanimado. Pero de pronto recordó el aire fresco y el sol, y sintió una nostalgia tan grande de irse a nadar en el agua que -¡no pudo evitarlo!- fue y se lo contó a la gallina.

-¡Vamos! ¿Qué te pasa? -le dijo ella-. Bien se ve que no tienes nada que hacer; por eso piensas tantas tonterías. Te las sacudirías muy pronto si te dedicaras a poner huevos o a ronronear.

-¡Pero es tan sabroso nadar en el agua! -dijo el patito feo-. ¡Tan sabroso zambullir la cabeza y bucear hasta el mismo fondo!

-Sí, muy agradable -dijo la gallina-. Me parece que te has vuelto loco. Pregúntale al gato, ¡no hay nadie tan listo como él! ¡Pregúntale a nuestra vieja ama, la mujer más sabia del mundo! ¿Crees que a ella le gusta nadar y zambullirse?

-No me comprendes -dijo el patito.

-Pues si yo no te comprendo, me gustaría saber quién podrá comprenderte. De seguro que no pretenderás ser más sabio que el gato y la señora, para no mencionarme a mí misma. ¡No seas tonto, muchacho! ¿No te has encontrado un cuarto cálido y confortable, donde te hacen compañía quienes pueden enseñarte? Pero no eres más que un tonto, y a nadie le hace gracia tenerte aquí. Te doy mi palabra de que si te digo cosas desagradables es por tu propio bien: sólo los buenos amigos nos dicen las verdades. Haz ahora tu parte y aprende a poner huevos o a ronronear y echar chispas.

-Creo que me voy a recorrer el ancho mundo -dijo el patito.

-Sí, vete -dijo la gallina.

Y así fue como el patito se marchó. Nadó y se zambulló; pero ningún ser viviente quería tratarse con él por lo feo que era.

Pronto llegó el otoño. Las hojas en el bosque se tornaron amarillas o pardas; el viento las arrancó y las hizo girar en remolinos, y los cielos tomaron un aspecto hosco y frío. Las nubes colgaban bajas, cargadas de granizo y nieve, y el cuervo, que solía posarse en la tapia, graznaba “¡cau, cau!”, de frío que tenía. Sólo de pensarlo le daban a uno escalofríos. Sí, el pobre patito feo no lo estaba pasando muy bien.

Cierta tarde, mientras el sol se ponía en un maravilloso crepúsculo, emergió de entre los arbustos una bandada de grandes y hermosas aves. El patito no había visto nunca unos animales tan espléndidos. Eran de una blancura resplandeciente, y tenían largos y esbeltos cuellos. Eran cisnes. A la vez que lanzaban un fantástico grito, extendieron sus largas, sus magníficas alas, y remontaron el vuelo, alejándose de aquel frío hacia los lagos abiertos y las tierras cálidas.

Se elevaron muy alto, muy alto, allá entre los aires, y el patito feo se sintió lleno de una rara inquietud. Comenzó a dar vueltas y vueltas en el agua lo mismo que una rueda, estirando el cuello en la dirección que seguían, que él mismo se asustó al oírlo. ¡Ah, jamás podría olvidar aquellos hermosos y afortunados pájaros! En cuanto los perdió de vista, se sumergió derecho hasta el fondo, y se hallaba como fuera de sí cuando regresó a la superficie. No tenía idea de cuál podría ser el nombre de aquellas aves, ni de adónde se dirigían, y, sin embargo, eran más importantes para él que todas las que había conocido hasta entonces. No las envidiaba en modo alguno: ¿cómo se atrevería siquiera a soñar que aquel esplendor pudiera pertenecerle? Ya se daría por satisfecho con que los patos lo tolerasen, ¡pobre criatura estrafalaria que era!

¡Cuán frío se presentaba aquel invierno! El patito se veía forzado a nadar incesantemente para impedir que el agua se congelase en torno suyo. Pero cada noche el hueco en que nadaba se hacía más y más pequeño. Vino luego una helada tan fuerte, que el patito, para que el agua no se cerrase definitivamente, ya tenía que mover las patas todo el tiempo en el hielo crujiente. Por fin, debilitado por el esfuerzo, quedose muy quieto y comenzó a congelarse rápidamente sobre el hielo.

A la mañana siguiente, muy temprano, lo encontró un campesino. Rompió el hielo con uno de sus zuecos de madera, lo recogió y lo llevó a casa, donde su mujer se encargó de revivirlo.

Los niños querían jugar con él, pero el patito feo tenía terror de sus travesuras y, con el miedo, fue a meterse revoloteando en la paila de la leche, que se derramó por todo el piso. Gritó la mujer y dio unas palmadas en el aire, y él, más asustado, metiose de un vuelo en el barril de la mantequilla, y desde allí lanzose de cabeza al cajón de la harina, de donde salió hecho una lástima. ¡Había que verlo! Chillaba la mujer y quería darle con la escoba, y los niños tropezaban unos con otros tratando de echarle mano. ¡Cómo gritaban y se reían! Fue una suerte que la puerta estuviese abierta. El patito se precipitó afuera, entre los arbustos, y se hundió, atolondrado, entre la nieve recién caída.

Pero sería demasiado cruel describir todas las miserias y trabajos que el patito tuvo que pasar durante aquel crudo invierno. Había buscado refugio entre los juncos cuando las alondras comenzaron a cantar y el sol a calentar de nuevo: llegaba la hermosa primavera.

Entonces, de repente, probó sus alas: el zumbido que hicieron fue mucho más fuerte que otras veces, y lo arrastraron rápidamente a lo alto. Casi sin darse cuenta, se halló en un vasto jardín con manzanos en flor y fragantes lilas, que colgaban de las verdes ramas sobre un sinuoso arroyo. ¡Oh, qué agradable era estar allí, en la frescura de la primavera! Y en eso surgieron frente a él de la espesura tres hermosos cisnes blancos, rizando sus plumas y dejándose llevar con suavidad por la corriente. El patito feo reconoció a aquellas espléndidas criaturas que una vez había visto levantar el vuelo, y se sintió sobrecogido por un extraño sentimiento de melancolía.

-¡Volaré hasta esas regias aves! -se dijo-. Me darán de picotazos hasta matarme, por haberme atrevido, feo como soy, a aproximarme a ellas. Pero, ¡qué importa! Mejor es que ellas me maten, a sufrir los pellizcos de los patos, los picotazos de las gallinas, los golpes de la muchacha que cuida las aves y los rigores del invierno.

Y así, voló hasta el agua y nadó hacia los hermosos cisnes. En cuanto lo vieron, se le acercaron con las plumas encrespadas.

-¡Sí, mátenme, mátenme! -gritó la desventurada criatura, inclinando la cabeza hacia el agua en espera de la muerte. Pero, ¿qué es lo que vio allí en la límpida corriente? ¡Era un reflejo de sí mismo, pero no ya el reflejo de un pájaro torpe y gris, feo y repugnante, no, sino el reflejo de un cisne!

Poco importa que se nazca en el corral de los patos, siempre que uno salga de un huevo de cisne. Se sentía realmente feliz de haber pasado tantos trabajos y desgracias, pues esto lo ayudaba a apreciar mejor la alegría y la belleza que le esperaban. Y los tres cisnes nadaban y nadaban a su alrededor y lo acariciaban con sus picos.

En el jardín habían entrado unos niños que lanzaban al agua pedazos de pan y semillas. El más pequeño exclamó:

-¡Ahí va un nuevo cisne!

Y los otros niños corearon con gritos de alegría:

-¡Sí, hay un cisne nuevo!

Y batieron palmas y bailaron, y corrieron a buscar a sus padres. Había pedacitos de pan y de pasteles en el agua, y todo el mundo decía:

-¡El nuevo es el más hermoso! ¡Qué joven y esbelto es!

Y los cisnes viejos se inclinaron ante él. Esto lo llenó de timidez, y escondió la cabeza bajo el ala, sin que supiese explicarse la razón. Era muy, pero muy feliz, aunque no había en él ni una pizca de orgullo, pues este no cabe en los corazones bondadosos. Y mientras recordaba los desprecios y humillaciones del pasado, oía cómo todos decían ahora que era el más hermoso de los cisnes. Las lilas inclinaron sus ramas ante él, bajándolas hasta el agua misma, y los rayos del sol eran cálidos y amables. Rizó entonces sus alas, alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón:

-Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito feo.

domingo, 24 de marzo de 2013

El fragmento del domingo

Hoy, para el fragmento del domingo, hemos elegido un clásico de Verne, que murió un 24 de marzo de 1905 y del que como mínimo hemos oído hablar, y del que la inmensa mayoría de lectores habremos leído el libro.

Como dato curioso os diremos que en su principio fue publicada por entregas, entre noviembre y diciembre de 1872, para un año después publicarse de manera íntegra.

Phileas Fogg es el protagonista de esta historia y con el que recorremos el mundo entero viviendo diversas aventuras.

Toda una aventura que se ha adaptado al cine, y que es un libro maravilloso para iniciar a los jóvenes a la lectura, y para que los mayores vuelvan a reencontrarse una y otra vez con una de esas historias que te hacen vivir.



" Más allá de Sacramento, el tren, después de pasar las estaciones de Junction, Roclin, Aubum y Colfax, penetró en el macizo de Sierra Nevada. Eran las siete de la mañana cuando pasó por la estación de Cisco. Una hora después, el dormitorio era de nuevo un vagón ordinario, y los viajeros podían ver por los cris­tales los pintorescos puntos de vista de aquel monta­ñoso país. El trazado del ferrocarril obedecía los capri­chos de la sierra, yendo unas veces adherido a las faldas de la montaña, otras suspendido sobre los preci­picios, evitando los ángulos bruscos por medio de cur­vas atrevidas, penetrando en gargantas estrechas, que parecían sin salida. La locomotora, brillante como unas andas, con su gran fanal, que despedía rojizos fulgores, su campana plateada, mezclaba sus silbidos y bramidos con los de los torrentes y cascadas, retor­ciendo su humo por las ennegrecidas ramas de los pinos. "



sábado, 23 de marzo de 2013

Fragmento del sábado


"Erase una vez un pájaro, adornado con un par de alas perfectas y plumas relucientes,coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase. Un día, una mujer lo vio y se enamoró de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latiéndole más deprisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo en completa armonía. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pájaro.
Pero entonces pensó: «¡Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes!». Y la mujer tuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca más aquello con otro pájaro. Y sintió envidia, envidia de la capacidad de volar del pájaro.
Y se sintió sola.
Y pensó: «Voy a poner una trampa. La próxima vez que el pájaro venga, no volverá a marcharse».
El pájaro, que también estaba enamorado, volvió al día siguiente, cayó en la trampa y fue encerrado en la jaula.
Todos los días ella miraba al pájaro. Allí estaba el objeto de su pasión, y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: «Eres una persona que lo tiene todo». Sin embargo, empezó a producirse una extraña transformación: como tenía al pájaro, y ya no tenía que conquistarlo, fue perdiendo el interés. El pájaro, sin poder volar ni expresar el sentido de su vida, se fue consumiendo, perdiendo el brillo, se puso feo, y ella ya no le prestaba atención, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula.
Un buen día, el pájaro murió. Ella se puso muy triste, y no dejaba de pensar en él. Pero no recordaba la jaula, recordaba sólo el día que lo había visto por primera vez, volando contento entre las nubes.
Si profundizase en sí misma, descubriría que aquello que la emocionaba tanto del pájaro
era su libertad, la energía de las alas en movimiento, no su cuerpo físico.
Sin el pájaro, su vida también perdió sentido, y la muerte vino a llamar a su puerta.
«¿Por qué has venido?», le preguntó a la muerte.
«Para que puedas volar de nuevo con él por el cielo -respondió la muerte-. Si lo hubieses dejado partir y volver siempre, lo admirarías y lo amarías todavía más; sin embargo, ahora necesitas de mí para poder encontrarlo de nuevo."

Once minutos 
Paulo Coelho
Traducción: Ana Belén Costas

viernes, 22 de marzo de 2013

Reflexión de viernes

 
"Todo el mundo es un lector.... solo que algunos aún no han encontrado aún su libro favorito"
No sé si esta frase será verdad, tal vez la lectura es como el pintar, escribir, ser bueno en matemáticas... que es algo que llevas dentro o no, y que por mucho que intentes si no estas hecho para ello no hay nada que hacer. O tal vez no, y simplemente es algo en lo que hay que practicar, hasta cogerle el tino.....
Lo que si tengo claro es que me da mucha pena (de la buena) y me parece incompresible que haya gente que no sepa lo que es disfrutar con un libro, o como mínimo que no le de una oportunidad...
 
 

El fragmento del viernes

“Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor.
En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas. Alimentarte de buena literatura, de buen cine y sobre todo de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes que´? (…) Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y esos son los que lo paran. ¿Tu quieres mover el mundo o que te mueva?”
 
Si tu me dices ven, lo dejo todo.... pero dime ven
Albert Espinosa
 
 

jueves, 21 de marzo de 2013

Día de la poesía


Fragmento del jueves


Hoy cumple años el poeta Enrique Badosa (Barcelona, 1927). Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona y graduado en periodismo. Está considerado como uno de los más brillantes poetas y traductores de poesía, en lengua castellana, de la llamada Generación del 50. He aquí el fragmento de hoy

RUMOR de golpes de azadón. ¿Los oyes?
Tras los altos cercados de los muros.
Sin reposo, pero muy lentamente,
el tiempo continúa más allá del redil.

Arrancaron las vides, quemaron los sarmientos,
el yermo se extendía sobre la tierra buena.
Por el arroyo vamos arrastrando
los pasos impacientes de estos pies de viejo.

La sabiduría gritó en el barbecho,
En las cañas secas que el viento agitaba:
"Contémplate en mí cómo llegas a ser
la conseguida muerte de ti mismo."

Gachos en la sombra, los braceros cavan
en las despojadas viñas del invierno.
No hay luz para el vacío de los cielos.
Sólo golpes en el fondo del frío.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El fragmento del miércoles

 Hoy un fragmento de uno  de esos clásicos que casi todas las mujeres habremos leído en nuestra infancia, adolescencia o incluso mas tarde....

Publicada en 1868 se basa en las propias experiencias de la autora junto a sus hermanas. Aunque las traducciones y adaptaciones la afeminaron llegando casi a lo cursi, en realidad fue un icono de la revolución literaria y de la imagen de la mujer al romper con los cánones de la época.

"El mundo está lleno de mujeres como Beth, tímidas y tranquilas, que aguardan tranquilas sentadas en un rincón hasta que alguien las necesita, que se entregan a los demás con tanta alegría que nadie ve su sacrificio hasta que el pequeño grillo del hogar cesa de chirriar y la dulce y soleada presencia desaparece para dejar tras de sí silencio y oscuridad."

Mujercitas
Louisa M. Alcott

martes, 19 de marzo de 2013

Fragmento del martes

Hoy es un gran día, un día señalado en el calendario, aquí tenéis mi fragmento elegido para hoy. Es un poema de Juan de Dios Peza, nacido el 29 de junio de 1852 en México, dedicado a su padre.

MI PADRE

Yo tengo en el hogar un soberano
único a quien venera el alma mía;
es su corona de cabello cano,
la honra es su ley y la virtud su guía.

En lentas horas de miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fe con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.

La amarga proscripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.

Ve del mundo las fieras tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como Cristo el Tiberíades,
de pie sobre las horas encrespadas.

Seca su llanto, calla sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.

Me ha dicho: A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.

Haz el bien sin temer el sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.

Si eres pobre, confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.

Ama la libertad, libre es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia.»

Este código augusto, en mi alma pudo,
desde que lo escuché quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.

Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!

La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.

Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.

Quisiera el cielo que el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
estos dignos de su nombre sean.

lunes, 18 de marzo de 2013

El fragmento del Lunes

Hoy el gran poeta Gabriel Celaya hubiera cumplido 102 años... Escritor y Premio de las Letras Españolas, su obra es mayoritariamente de carácter social, pero hoy destacamos uno de sus bellos poemas de amor.

"Cuando te tengo y me tienes,
somos la eterna pareja,
somos la forma indivisa,
somos isla en las tinieblas.
Cuando navego fundido
por tu espesada indolencia,
cuando, abrazándose, encuentro
la redondez del planeta,
somos a muerte la vida
que en mí tiembla, que tú encierras.
Allá fuera queda el mundo
con sus relojes a vueltas,
sus faroles alienados,
sus timbres siempre de urgencia.
Aquí dentro, tú y yo juntos
completamos la conciencia."

Contigo
Gabriel Celaya

domingo, 17 de marzo de 2013

Fragmento del domingo


La entrada de hoy va dedicada a una persona muy especial, a una persona que hoy cumpliría 98 años. 


"¿Huérfana? ¿Se dice así cuando muere una abuela? No estoy muy segura. Quizás a los abuelos se los considera tan accesorios que no hace falta un término para especificar su pérdida. De los abuelos no se es ni huérfano ni viudo. Con toda naturalidad se dejan a un costado del camino, así como, por distracción, se abandonan los paraguas."

Donde el corazón te lleve
Susanna Tamaro
Traductor: Atilio Pentimali

sábado, 16 de marzo de 2013

El fragmento del sábado

Dedicamos la entrada de hoy a Josefina Aldecoa, maestra y escritora conocida la postguerra que tal día como hoy de 2011 falleció.
Un fragmento de su obra más conocida "Historia de una maestra".




" Yo preservaba mi paz refugiándome en la indiferencia tentadora de mi madre. Nos sentábamos en sillas bajas a la sombra de los árboles y cosíamos las dos. Le contaba historias de los niños, le hablaba de nuestros amigos. Juana nos acompañaba. Jugaba y charlaba sin cesar y alegraba todos nuestros momentos. Evoco aquel verano y veo el pequeño grupo que formábamos las tres, mi madre, mi hija y yo, unidas en una plácida armonía, voluntariamente aisladas de los insistentes presagios de nuestros hombres. "

Historia de una maestra
Josefina Aldecoa

viernes, 15 de marzo de 2013

Fragmento del viernes


"El día 11 de noviembre de 1997, Veronika decidió que había llegado, por fin, el momento de matarse. Limpió cuidadosamente su cuarto alquilado en un convento de monjas, apagó la calefacción, se cepilló los dientes y se acostó.
De la mesita de noche sacó las cuatro cajas de pastillas para dormir. En vez de juntarlas y diluirlas en agua, resolvió tomarlas una por una, ya que existe gran distancia entre la intención y el acto y ella quería estar libre para arrepentirse a mitad de camino. Sin embargo, a cada comprimido que tragaba se sentía más convencida; al cabo de cinco minutos las cajas estaban vacías.
Como no sabía exactamente cuánto tiempo iba a tardar en perder la conciencia, había dejado encima de la cama una revista francesa, Homme, edición de aquel mes, recién llegada a la biblioteca donde trabajaba. Aún cuando no tuviese ningún interés especial por la informática, al hojear la revista había descubierto un artículo sobre un juego de ordenador (CD-ROM le llamaban) creado por Paulo Coelho, un escritor brasileño al que había tenido la oportunidad de conocer en una conferencia en el café del hotel Gran Unión. Ambos habían intercambiado algunas palabras, y ella había terminado siendo convidada por su editor a una cena que se celebraba esa noche. Pero el grupo era grande, y no hubo posibilidad de profundizar en ningún tema.
El hecho de haber conocido al autor, sin embargo, la llevaba a pensar que él formaba parte de su mundo, y leer algo sobre su trabajo podía ayudarla a pasar el tiempo. Mientras esperaba la muerte, Veronika comenzó a leer sobre informática, un tema que no le interesaba en absoluto, y esto armonizaba con todo lo que había hecho durante toda su vida, siempre buscando lo más fácil o lo que se hallara al alcance de la mano. Como aquella revista, por ejemplo.
Para su sorpresa, no obstante, la primera línea del texto la sacó de su pasividad natural (los somníferos aún no se habían disuelto en el estómago, pero Veronika ya era pasiva por naturaleza) e hizo que, por primera vez en su vida, considerase como verdadera una frase que estaba muy de moda entre sus amigos: «nada en este mundo sucede por casualidad».
¿Por qué aquella primera línea, justamente en un momento en que había comenzado a morir? ¿Cuál era el mensaje oculto que tenía ante sus ojos, si es que existen mensajes ocultos en vez de casualidades?
Debajo de una ilustración del tal juego de ordenador, el periodista comenzaba su escrito preguntando: «¿Dónde está Eslovenia?»
«Nadie sabe dónde está Eslovenia —pensó— no tienen idea.»
Pero aún así Eslovenia existía, y estaba allí afuera, allí dentro, en las montañas que la rodeaban y en la plaza delante de sus ojos: Eslovenia era su país."

Veronika decide morir
Paulo Coelho
Traductora: Montserrat Mira

jueves, 14 de marzo de 2013

El Fragmento del Jueves

"Desde el atentado, Jamie no ha llorado. Sabe que debería haberlo hecho, como su hermana Jasmine, como su madre y su padre, quienes aún lloran la muerte de Rose. Todos se han esforzado en repetirle que la cosa mejoraría con el tiempo, pero es mentira, una de esas mentiras que a los adultos les da por soltar en tales situaciones. De hecho, en estos cinco años las cosas no han hecho sino ir a peor: papá se ha convertido en un irresponsable incapaz de hallar consuelo y su único refugio es la bebida; mamá, harta de tanto sufrimiento y de resignarse a un matrimonio reducido a cenizas, los abandonó para irse a vivir con otro hombre; Jas, por su parte, intenta como puede superar la pérdida de su hermana gemela al tiempo que lidia con sus propios problemas de adolescente. A sus diez años, y con la salvedad de su gato Roger, Jamie está solo, incapaz de entender muy bien a quienes lo rodean y con un montón de preguntas sin respuesta flotando en su cabeza".


Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea
Anabel Pichter

miércoles, 13 de marzo de 2013

Fragmento del miércoles



Ayer empecé una novela nueva. Cuenta la historia real de Morrie Schwartz, sociólogo, y su relación con su alumno, Mitch Albom. Da crónica de las lecciones sobre la vida que Mitch aprende de su profesor, que se está muriendo de ELA. Aquí tenéis el fragmento de hoy.

"Mi viejo profesor impartió la última asignatura de su vida dando una clase semanal en su casa, junto a una ventana de su despacho, desde un lugar donde podía contemplar cómo se despojaba de sus hojas rosadas un pequeño hibisco. La clase se impartía los martes. Comenzaba después del desayuno. La asignatura era el Sentido de la Vida. Se impartía a partir de la experiencia propia.

No se daban notas, pero había exámenes orales cada semana. El alumno debía responder a varias preguntas, y debía formular preguntas por su cuenta. También debía realizar tareas físicas de vez en cuando, tales como levantar la cabeza del catedrático para dejarla en una postura cómoda sobre la almohada, o calarle bien las gafas en la nariz. Si le daba un beso de despedida, ganaba puntos adicionales.
No se necesitaba ningún libro, pero se cubrían muchos temas, entre ellos el amor, el trabajo, la comunidad, la familia, la vejez, el perdón y, por último, la muerte. La última lección fue breve, de sólo unas pocas palabras.
En lugar de ceremonia de graduación se celebró un funeral."

Martes con mi viejo profesor
Mitch Albom
Traductor: Alejandro Pareja

Si alguien lo ha leído que nos deje un comentario contándonos que le ha parecido, gracias :)

martes, 12 de marzo de 2013

El Fragmento del Martes


Hoy toca una entrada que para mi es muy especial. Una de esas entradas sobre un libro, tal vez un personaje, que sientes muy tuyo.

Este libro me abrió la curiosidad hace mucho tiempo, cuando lo lei por primera vez, creo que con 9 años, a un tema que hasta el día de hoy es mi tema "fetiche" en la literatura. Cuando trato de explicarlo, me cuesta que la gente lo entienda, y gracias a que esa gente me suele conocer no malinterpreta el hecho de que me sienta atraída por todo lo que hable sobre judíos, nazis, Segunda Guerra  Mundial, campos de concentración.... si alguien no me conoce por favor que no piense que soy una persona macabra, con ideologías fascistas (nada mas fuera de la realidad), o con ganas de ahondar en la oscuridad..

Seguramente nunca seré capaz de explicarlo hasta el punto de expresar de una forma clara porque me gustan libros como este, o La Llave de Sarah, o Un saco de canicas, o El niño del pijama de rayas... Simplemente diré que me gustan ante todo los libros que te hacen sentir, que te traspasan la piel, te oprimen el estomago y te ciegan el cerebro, y por alguna razón por regal general son los temas mas doloroso, más sufridos los que activan esas partes de nuestro cuerpo con mayor ímpetu.

El hecho de no ser capaz de entender una crueldad como la ocurrida en esa triste parte de la historia, y el hecho de que me parezca una autentica necesidad recordar a toda esa gente que sufrió y cuyas familias siguen sufriendo su pasado, hace que esas historias me atrapen.

Por eso el Fragmento del Martes es hoy para ese libro que tantas veces he leído, para esa autora/personaje que tuvo la mala suerte de convertirse en una de las niñas mas famosas del mundo sin ni siquiera poder saberlo.

Ana Frank nació tal día como hoy de 1929, Durante su obligado cautiverio detrás de una librería (curiosa coincidencia) se dedicó a escribir su vida, o lo que le dejaban vivir entre esas cuatro paredes.

Su diario se quedó olvidado mientras ella se dirigía sin saberlo a ser eterna.


Gracias a Ana Frank por descubrirme un campo de sentimientos y sensaciones que ha ido mas alla de las letras, gracias a ella por hacer que mi devoción por la lectura haya tenido el plus de conocer, descubrir y sentir a través de historias como la suya emociones indescriptibles.


En su memoria, un trozo de ese maravilloso pequeño tesoro que todo el mundo debería tener en su casa.



"Hoy no tengo que anunciarte más que noticias deprimentes. Muchos de nuestros amigos judíos son poco a poco embarcados por la Gestapo, que no anda con contemplaciones; son transportados en furgones de ganado a Westerbork, al gran campo para judíos, en Dentre. Westerbork debe ser una pesadilla; cientos y cientos están obligados a lavarse en un solo cuarto, y faltan los W.C. Duermen los unos encima de los otros, amontonados en cualquier rincón. Hombres, mujeres y niños duermen juntos. De las costumbres no hablemos: muchas de las mujeres y muchachas están encinta.
Imposible huir. La mayoría está marcada por el cráneo afeitado, y otros, además, por su tipo judío.
Si esto sucede en Holanda, ¿qué será en las regiones lejanas y bárbaras de las que Westerbork no es más que el vestíbulo? Nosotros no ignoramos que esa pobre gente será masacrada. La radio inglesa habla de cámaras
de gases. Después de todo, quizá sea mejor morir rápidamente. Eso me tiene enferma".

Diario de Ana Frank
Ana Frank
 

 

lunes, 11 de marzo de 2013

Fragmento del día

La entrada de hoy va a dedicada a nuestro pequeño mundillo, a todo aquel que este pequeño texto le dibuje una pequeña sonrisa en la cara y a la gente de nuestro alrededor que nos tachan de raros, aquí tenéis el verdadero motivo de nuestras rarezas.

"Sepa usted que para ser bibliotecario hay que apreciar el concepto de clasificación y ser una persona obediente. Sin iniciativa, sin margen para los imprevistos: aquí todo está en orden, en estricto orden... A mí el orden y la tranquilidad me serenan... El tipo que inventó este sistema se llamaba Melvil Dewey. Es el padre de todos los bibliotecarios. Ya ve, un muchacho nacido en una familia pobre de Estados Unidos que a los veintiún años inventa la clasificación más famosa del mundo. Dewey es un poco como el Mendeléyev de los bibliotecarios. No ya en cuanto a la clasificación periódica de los elementos, sino respecto de la clasificación de los ámbitos de la cultura. Su genialidad fue dividir en diez temáticas principales, llamadas «clases», las disciplinas del conocimiento: 000 para las obras generales, 100 para la filosofía, 200 para las religiones, 300 para las ciencias sociales, 400 las lenguas, 500 las matemáticas, 600 la tecnología, 700 las bellas artes, 800 la literatura, 900 la historia, la geografía..., y todo aquello que no se haya, podido clasificar viene a parar aquí, al sótano... Dewey llamó a su sistema de ordenación «clasificación decimal de Dewey». Sin rodeos. De eso hace más de un siglo. Ya podía estar orgulloso: ordenó metódicamente el conjunto del conocimiento humano. Casi nada. Porque antes era de lo más caprichoso, déjeme que se lo diga. La clasificación por autores se quedaba corta, y resultaba que los libros se ordenaban según su formato o fecha de entrada. Cuando lo pienso, menudo desorden. Por eso estoy contenta de no haber vivido en aquella época. No habría soportado tanta anarquía... De todos modos, estoy convencida de que Dewey era un megalómano de pies a cabeza. Un maldito maníaco, sin duda. Estoy segura de que era de esa clase de personas que no pueden dormir sin las zapatillas perfectamente alineadas al pie de la cama y sin el fregadero de la cocina impecablemente limpio. Le comprendo: yo soy igual."

Signatura 400
Sophie Divry 

domingo, 10 de marzo de 2013

1935...... Labordeta

10 de marzo de 1935.... nace uno de los personajes mas queridos en tierras mañas, José Antonio Labordeta.
CAntautor, escritor, político y hombre carismático donde los haya.

Sirvan estas líneas suyas de homenaje y de Fragmento del domingo:



EN EL LADO FELIZ

"En el lado feliz
mis nietas me saludan
con el jolgorio de los dias de fiesta.
Rien, saltan, se combaten entre ellas mismas
la alegria de ver la vida como un río sin fin,
sin fondo. Como si el mar
llegase a nuestra puerta.
Ante tanto diluvio de alegría
a este viejo poeta abandonado
solo le queda la memoria,
la inestable memoria de los vagos recuerdos
olvidados.
Gracias a que la vida está entre ellas
rompiendome la cruz de los silencios,
la vaguedad inutil del desierto
y la cumbre final de una montaña
me siento como vivo.
Como un ser humano acompañado".

Jose Antonio Labordeta

sábado, 9 de marzo de 2013

Fragmento del sábado

"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde su importancia por completo, y sólo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas bajo el sol fueron escritas por la misma Mano. La Mano que despierta el Amor, y que hizo un alma gemela para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros bajo el sol. Porque sin esto no habría ningún sentido para los sueños de la raza humana”








El alquimista
Paulo Coelho

viernes, 8 de marzo de 2013

Día de la mujer



Es verdad que a la inmensa mayoria de nosotras les da igual  e incluso nos fastidia un poquito que tenga que haber un dia, solo uno en el que se ensalze lo maravillosas que somas, lo trabajadoras, fuertes e independientes que somos..... más que nada porque lo somos 365 y el hecho de que solo se nos diga o se  aproveche solo un dia para reconocerlo es poco.
Pero como además de ser trabajadoras, luchadoras, fuertes las chicas de este blog... somos positivas y nos gusta ver el lado bueno de las cosas, que todas las tienen, sabemos aprovecharlo y vamos a dedicar la entrada de hoy a algunas de las muchas féminas que han marcado la historia de la literatura.
Esto no quita para que haya otros muchos días en los que hagamos lo mismo sin ser el "Dia de...."...

De primeras recordaremos a algunas de las escritoras que han pasado a la historia por su lado "feminista" (que conste de antemano que no nos gusta este término, ni cualquier cosa que sea extremista):

-Simone de Beauvoir (1908-1986) fue una escritora y filósofa francesa, pareja del también filósofo Jean-Paul Sartre. Su obra “El segundo sexo” (1949) es considerada por algunas personas como la biblia del feminismo.

-Mary Astell (1666-1731), por su parte, escritora y retórica, es considerada la “primera feminista inglesa” y una de las figuras clave en cualquier aproximación histórica al pensamiento femenino sobre la educación de las mujeres por su defensa de la igualdad de oportunidades con los varones manifestada en su obra “Una propuesta seria para las damas, en beneficio de sus verdaderos y más altos intereses. Por una amante de su sexo” (1694).

-Virginia Woolf (1882-1941), finalmente, fue una escritora y editora inglesa. Su largo ensayo “Un cuarto propio” (1929) fue redescubierto en 1970 convirtiéndose en un texto de referencia para los movimientos feministas.


Autoras ha habido muchas, solo algunos ejemplos:

-Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1648/51-1695) Es una de las figuras más importantes del Siglo de Oro y además una de las primeras escritoras femeninas que llegó a la fama. Esta poeta y dramaturga fue dama de compañía de la virreina, antes de entrar al convento. El poema "Redondillas" y la carta "Respuesta a Sor Filotea" son dos de sus obras más conocidas.

- Rosalía de Castro (España, 1837-1885) Esta poeta y novelista, que escribío tanto en gallego como en castellano, es una de las poetas más importantes del siglo XIX. Junto a Gustavo Adolfo Bécquer, es una figura emblemática del posromanticismo.

- Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957) En 1945, esta poeta se convirtió en el primer escritor latinoamericano en recibir el premio Nobel. Su obra se sitúa entre el modernismo y la vanguardia con un estilo alejado de la afectación esteticista del modernismo y más próximo al lenguaje coloquial. Además de poeta, fue cónsul de Chile en varias ciudades del mundo.

- Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938) Poeta feminista cuyos primeros poemas se caracterizan por la influencia del modernismo, mientras que su obra posterior tiende a la vanguardia. Se quitó la vida poco después del suicidio de Horacio Quiroga, escritor uruguayo con quien mantuvo una estrecha amistad.

5. María Luisa Bombal (Chile, 1910-1980) A pesar de ser breve en extensión, la obra de esta novelista y cuentista fue muy influyente y vanguardista. Su estilo narrativo, que oscila entre la realidad y la fantasía, fue un precusor al realismo mágico.

- Carmen Laforet (España, 1921-2004) Su novela Nada es un clásico de la narrativa contemporánea española. Pese a su éxito tanto crítico como comercial (Nada sigue vendiendo miles de ejemplares en la actualidad), a Laforet nunca le sentó bien la fama y evitaba los círculos literarios. Allanó el camino para escritoras del medio siglo, como Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.

- Rosario Castellanos (México, 1925-1974) Cultivó todos los géneros, pero es más conocida por su poesía, la cual hace hincapié en temas culurales y feministas. Además de escritora, sirvió de embajadora de México en Israel.

-. Carmen Martín Gaite (España, 1925-2000) Esta escritora de la generación del medio siglo ha sido galardonada con los premios Nadal, Nacional de Literatura, y Príncipe de Asturias, entre otros. Se dedicó a la narrativa y al ensayo, con un enfoque en la memoria dialogada, la metaliteratura, y el juego entre la realidad y el sueño.

- Ana María Matute (España, 1926) La galardonada novelista es una de las voces más prominentes de la posguerra española. Su narrativa es realista y marcada por la tragedia, con niños o adolescentes protagonizando muchas de sus historias. Es la tercera mujer escritora en ingresar en la Real Academia Española. En 2010, a los 85 años, recibió el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en lengua española.

-. Isabel Allende (Chile, 1942) Esta escritora de best sellers es una de las más conocidas en el mundo, pese a las críticas. Desde la edición de su primera novela La casa de los espíritus , que la lanzó a la fama, sus libros han vendido más de 56 millones de ejemplares.


Y para terminar, como no nos gusta la exclusión de género, como sabemos que hoy no es un dia especial, si no un dia como otro cualquiera en el que las mujeres nos merecemos lo mismo que ayer y que mañana, al igual que muchos hombres, algunos de los poemas mas bellos que nos han dedicado ellos:

'Si Dios fuera mujer', de Mario Benedetti.
"¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso". [...]

Balada en honor de las musas de carne y hueso', de Rubén Darío.
"Nada mejor para cantar la vida,
y aun para dar sonrisas a la muerte,
que la áurea copa donde Venus vierte
la esencia azul de su viña encendida.
Por respirar los perfumes de Armida
y por sorber el vino de su beso,
vino de ardor, de beso, de embeleso,
fuérase al cielo en la bestia de Orlando,
¡Voz de oro y miel para decir cantando:
la mejor musa es la de carne y hueso!" 

'La mujer que camina', de Basilio Sánchez.
"La mujer que camina delante de su sombra.
Aquella a quien precede la luz como las aves
a las celebraciones del solsticio.
La que nada ha guardado para sí
salvo su juventud
y la piedra engarzada de las lágrimas.
Aquella que ha extendido su pelo sobre el árbol
que florece en otoño, la que es dócil
a las insinuaciones de sus hojas.
La mujer cuyas manos son las manos de un niño.
La que es visible ahora en el silencio,
la que ofrece sus ojos
al animal oscuro que mira mansamente.
La que ha estado conmigo en el principio,
la mujer que ha trazado
la forma de las cosas con el agua que oculta".