domingo, 30 de diciembre de 2018

Mis lecturas del 2018

MI particular repaso al 2018 en cuanto a lecturas me ha dejado un buen sabor de boca en general.  Por un lado han sido más las lecturas que me han atrapado y que he disfrutado que las que me han dejado indiferente. En ello tiene que ver  el hecho de que ahora que el tiempo que puedo dedicar a lo libros es mucho más reducido que antes de mi maternidad, me he vuelto mucho más exigente a la hora de elegir títulos y así como antes me informaba poco y me dejaba llevar, casi siempre, por portadas o sensaciones, ahora selecciono de formo mucho mas crítica la lectura que voy a comenzar.

Pese a que son pocos,  me ha alegrado notablemente ver que han sido 12 libros este año frente a los 6 del 2017 o los "ninguno" de julio a diciembre del 2016 (primeros meses de vida de mis pequeños). 

Estoy muy lejos de regresar a mi ritmo anterior de lectura y posiblemente nunca lo consiga, y no solo por el hecho de no tener todo el tiempo libre del que disponía. Pero lo importante es que el número ha creído y antetodo que he recuperado una parcela de mi vida que tan feliz me hace y tan necesaria me parece. 

Os dejo aquí mi resumen literario del 2018, para que, ojalá, os animéis a leer alguno de ellos. 

Aprovecho para desearos una feliz entrada en el 2019 y que este nuevo año nos traiga muchos momentos al lado de grandes libros. 



Enero

1. Eres una madre maravillosa - Lucia Galán (Papel) 
Nota:9
Recomendado sin duda para cualquier madre pero especialmente para aquellas que acaban de serlo o están a punto. Toda madre debería leer este libro.  

2. El bar de las grandes esperanzas - J.R.Moehringer 
(Ebook)
Sin terminar.
Es un buen libro pero me quedé atascada casi al final sin un motivo aparente. Un delito, lo sé. Propósito de año nuevo terminarlo cuanto antes.








Abril


3. La Bruja - Camilla Lackberg (papel)
Nota: 8
Para cualquier fan de los thrillers policiacos










Junio

4. Lo mejor de nuestras vidas  - Lucia Galán  (papel)
Nota: 7.
Muy bueno aunque más práctico y a nivel inferior emocionalmente que los anteriores .
Recomendado como todos los de “Lucia, mi pediatra” para cualquier mujer (u hombre) con la maternidad recién estrenada.







Julio

5. La verdad sobre el caso Harry Quebert - Joel Dicker -  (Ebook)
Nota 8
Recomendado para lectores ávidos de lecturas policíacas con misterio de fondo.  







Agosto 

6. El escondite - Trezza Azzopardi (Papel)  

Nota: 7
Lectura para quienes no les importe adentrarse en familias oscuras, historias duras que te arañan las tripas.













Septiembre

7. Recursos Inhumanos - Pierre Lemaitre (Ebook) 

Nota: 6








Octubre

8. Triologia de la noche: La noche, el alba, el dia - Eliel Wiesel  (En papel) 
Sin terminar.











9. Tigres de Cristal - Toni Hill - (Ebook)  
Nota 8
Fabulosa historia donde ante todo se muestra como ha cambiado el acoso escolar en los últimos 50 años, hilando dos épocas que avanzan paralelas.










Noviembre 

10. No soy un monstruo - Carmen Chaparro - (Ebook)
Nota: 8
Thriller policiaco español, con un hilo que atrapa y desarrollado con inteligencia para mantener la acción y la sorpresa.










Diciembre

11. Jardín de invierno - Kristin Hannah  (Ebook)
Nota 9
Fantástica historia de la verdadera historia de una madre por sus dos hijas. 






12. Todo el bien y todo el mal - Care Santos (Ebook)
Nota 9
Fabuloso. Te adentra en la historia de una mujer fuerte y cuya vida cree controlar a la que de repente un suceso en la vida de su hijo hace que se tambaleen sus cimientos. Habla de la maternidad, de las dificultades de ser mujeres y la necesaria lucha para mantenerte en el mundo laboral y el mundo de hombres, del amor, y de las decisiones que tomamos. 

viernes, 16 de noviembre de 2018

No soy un monstruo -- Carme Chaparro


Hay momentos de la vida en que leer un determinado libro es sufrir y disfrutar a la vez, es luchar entre las ganas de terminarlo y el querer alargar su lectura en el tiempo para saborear todas las sensaciones que te está transmitiendo.

"No soy un monstruo" de Carme  Chaparro ha sido mi particular lucha entre el querer saber mas y el querer terminarlo para no seguir sufriendo, lo cual ya dice mucho de lo intenso que ha sido.

Carme Chaparro, presentadora de informativos en Telecinco, es la autora de esta novela, Premio Primavera 2017. Como ya he comentado en otras ocasiones el hecho de que el autor de un libro sea un rostro conocido de la televisión suele repelerme. Esta vez  han sido los numerosos comentarios y opiniones positivas y extraordinarias las que me han dado el impulso además de un argumento que ya a priori, fuera cual fuera el autor, me atraía.


"No soy un monstruo" nos introduce en la desaparición de un niño en un centro comercial, mismo lugar y misma situación ocurrida tres años antes. La inspectora Ana Arén será de nuevo la encargada de intentar encontrar al pequeño y descubrir si realmente un secuestrador de niños amenaza la zona.  Cada capitulo está protagonizado por un personaje: Ana, inspectora; Inés, periodista; Joan informático; Nori, policía ......  
Esta variedad hace que el lector vaya descubriendo diferentes aspectos de una misma historia de manera dinámica y rápida pudiendo atar cabos incluso antes de que el resto de los protagonistas conozca la información.

La desaparición de un niño es un tema con el que es fácil empatizar y muy malo debería ser el autor para que el lector al menos no sintiera ese hueco en el estomago que a la inmensa mayoría de personas de este planeta se nos pone cuando leemos o vemos en las noticias un caso de este tipo. Sin embargo hay una diferencia muy grande entre sentir empatía y sufrir realmente, sentirlo en tu propia piel. Carme Chaparro no te hace lector o espectador de su historia, te hace parte de ella.

Supongo que el hecho de ser madre y estar leyendo sobre un posible caso de pederastia con dos niños en la habitación de al lado ha influido mucho a la hora de sentir y "sufrir" la novela, pero no le quita merito a la forma en que la narración te traslada y te hace vivir el desasosiego de una madre que de repente se da cuenta de que la mano de su hijo ya no agarra la suya, la desesperación al sentir que se ha volatizado como si su presencia no hubiera existido nunca o la locura que te puede invadir al recordar que un caso parecido ocurrido años atrás nunca tuvo un desenlace.

El caso es que me ha ocurrido con "No soy un monstruo" lo que hacia años que no me ocurría (posiblemente desde que mi tiempo para la lectura disminuyó por la maternidad): lo leí en dos noches. Tal cual. Dos noches en las que rezaba para que nadie llorase en la cama de al lado y me obligase a abandonar mi libro y en el que he robado horas a mi ya de por si breve sueño.
Pero la ocasión lo merecía.

Por un lado el libro te engancha. La desaparición de Kike es la puerta para que entres de lleno en una carrera a contrarreloj para atrapar a esa persona que al parecer se dedica a secuestrar niños con fines que no conoces pero que tampoco necesitas saber. El avance de la historia y las novedades que conlleva (como odio tener que escribir sin destripar nada) te mantienen el corazón en un puño mientras que las relaciones entre los personajes principales te hacen sentir parte de ese grupo de personas que de alguna forma se unen para aclarar la situación. Pero, por  otro lado, lo que más te atrapa es el miedo, la rabia, la tensión y la desesperación que emana. En una ocasión me descubrí a mi misma leyendo con el cuerpo en tensión, tumbada en el sofá con la cabeza erguida, las rodillas flexionadas , las manos apretando el ebook mas de lo necesario y leyendo de manera desesperada. En otra ocasión tuve que dejar de leer porque sólo quería irme a la cama y abrazar a mis hijos sintiendo el dolor de una madre irreal que acababa de ver como su vida se detenía. Hasta tal punto lo hace de bien Carme Chaparro.


Por eso decía antes que leer "No soy un monstruo" es disfrutar y sufrir a la vez. Leerlo me ha costado mucho y si no lo he dejado ha sido porque es demasiado bueno. Sabía que o lo leía del tirón o iba a alargar el sufrimiento más de lo necesario. Si quería saber que ocurría, si quería leerlo, tenia que ser rápido para acortar el tiempo y los miedos que produce la historia.

El ritmo rápido en un libro es una de mis debilidades y en este caso no es para menos porque además de rápido es inteligente y la historia esta atada por todos los lados sin dejar hilos suelto.  ¿Qué se le podía pedir mas? Un final que te deja con la boca abierta delante de la última línea, porque esa es otra de las cosas con las que a mi se me ganan, que hasta en el último párrafo la sorpresa exista y cuando termines de leer el punto final que cierra la novela tengas que releer de nuevo las ultimas líneas para encajar ese golpe de derecha que te ha dejado KO. Si además este último golpe tiene sentido y no es un burdo intento de que el libro deje algo de calado en quien lo lee, ¡bravo!


"No soy un monstruo" al igual que la desaparición de un niño te atrapa, te remueve y se te mete en las tripas. Y en eso consiste, al menos para mi, saber escribir bien. Contar algo hasta hacerlo propio de quien lo lee no es fácil y pocas veces se consigue con la intensidad que Carme Chaparro lo ha conseguido. Un libro para quienes no les importa sufrir durante una lectura excelente.





sábado, 22 de septiembre de 2018

Recursos Inhumanos --- Pierre Lemaitre


“Recursos inhumanos” es uno de esos títulos que estaban en mi lista de “prioridades” a la hora de leer por el mero hecho de tener el autor que tiene.


Pierre Lemaitre se convirtió en uno de mis ultimos autores favoritos tras conocerlo con “Vestido de Novia”, “Irene” y “Alex”, los cuales leí prácticamente de seguido. En esta fiebre que me ha dado desde hace un tiempo por los thrillers o novela negra, los libros de Lemaitre son un punto y aparte donde el misterio y los casos policiales se desarrollan de  forma magistral con escenas y ambientes de alto voltaje, angustiosos, brutales, rozando el sadismo.

Por ello son libros para los que tienes que tener “ganas”, ya que necesitan de tiempo para digerir y no es apto para momentos en los que te encuentres especialmente sensible a según que escenas y sobretodo no es una lectura apta para “estómagos débiles”

Sabiendo esto elegí “Recursos inhumanos” con ganas de adentrarme de nuevo en el mundo abrupto de Lemaitre, el cual por cierto, dijo en una entrevista “mi objetivo es hacer que el lector se sienta mal”, con lo que lo dice todo. Sin embargo… me he quedado con las ganas.

Alain Delambre es un ex director de Recursos Humanos de 50 años cuya esperanza de encontrar trabajo es casi inexistente lo que, unido a su situación cada vez más marginal, hace que se encuentre en un estado de desesperación en aumento. Cuando una empresa de alto nivel le escoge como candidato para trabajar con ellos, Delambre estará dispuesto a todo por conseguir ganarse el puesto participando en la prueba final de selección: una toma de rehenes simulada. Pero la historia no es lo que parece y cuando el protagonista descubre que ha sido engañado decide tomarse la justicia por su mano y comienza una historia donde el final parece no llegar y donde todo es posible.  

“Recursos inhumanos” se centra en un tema de actualidad y muy común en nuestra sociedad: los parados, altamente cualificados, que debido a la crisis se encuentran sin trabajo en una edad en la que ya nadie cuenta con ellos. Lemaitre se adentra en el mundo empresarial sin escrúpulos y en la desesperación de aquellos que lo han perdido todo y no ven una salida.

Como punto de partida diré que el libro me ha decepcionado lo suficientes como para bajar el nivel en el que tenia al autor con sus anteriores novelas, sin que por ello deje de pensar que Lemaitre es un artista a la hora de crear cambios de guión y giros inesperados haciendo que una misma historia se convierta en tres o cuatros durante su lectura. Ha habido momentos en que leyendo pensaba: “¿y ahora que?, estando en el punto en el que está poco hay mas que hacer, la historia está cerrada”. Y sin embargo, en dos líneas volvía a aparecer un hilo diferente, enganchado al primero, que hacia que el argumento cambiase completamente y el protagonista tuviese por delante otra salida, otro camino, otras decisiones e incluso otra perspectiva para mí, que lo estaba leyendo.

Es curioso pero el ritmo trepidante, característico de este autor de thriller, (y algo que busco activamente en mis lecturas)  me ha resultado excesivo y a momentos innecesario. Me ha ocurrido lo mismo que ante una de esas películas de acción donde desconectas el cerebro porque ocurra lo que ocurra siempre habrá algo más por ocurrir. Tantos cambios, sobretodo a partir de la mitad cuando Delaimbre vuelve a ser libre (intento de no hacer spoiler) y cuando, al contrario de lo que parece, la historia coge de nuevo un impulso que la hace avanzar a golpes de acción como si se tratase de una pelota pinball. Lo que puede parecer una manera de no aburrir, de mantener al lector alerta y en constante sorpresa a mi me ha resultado demasiado abrumador y ha hecho que no haya podido disfrutar de cada momento del periplo vivido por el personaje. Soy consciente de que este, como he dicho, es uno de los grandes puntos positivos de la literatura de Lemaitre por lo que me planteo si tal vez el problema es que no era, personalmente, el momento más adecuado para leer este libro.

Las sorpresas, que sirven de nexos para esos cambios de historia de los que hablaban, abundan a lo largo de sus páginas y en su mayoría encajan y tienen sentido dentro del plan que el mismo protagonista se crea y los toques de humor están orquestados con inteligencia. No abundan sin embargo los toques macabros y sádicos a los que tanto nos tiene acostumbrados Lemaitre reduciéndose a unas cuantas escenas (suficiente con la tortura de los dedos, lo prometo).

Que Pierre Lemaitre sepa dibujar y plasmar el interior de sus personajes con sus lados más oscuros y ocultos, mostrándonos sus pensamientos y definiendo sus personalidades sin dejar duda dice mucho de su conocimiento del ser humano, en lo que seguramente influye que haya estudiado Psicología y la haya aplicado en el sector de los adultos.  

Pese a mi sensación personal, que cada vez tengo más clara que viene dada por una mala elección a la hora de leerlo, “Recursos inhumanos”, es de nuevo, un alarde de todos los puntos positivos de Pierre Lemaitre dentro de la novela negra y del porque se le considera uno de los mejores, si no el mejor, autor de ese campo en la actualidad.  Con ella además ha dejado claro la facilidad con la que cuenta para abarcar diferentes temas, historias con personajes diferentes en cuanto a personalidad, estatus y sentimientos evitando con ello encasillarse.

Si eres fan de Lemaitre, léelo, en el momento preciso, pero léelo. Si aún no lo conoces pero te gusta el género deja “Recursos inhumanos” para más adelante y abre la puerta con cualquier otro de su biografía. Y, desde luego, si no sueles leer thrillers, no comiences con Pierre Lemaitre, elige algo más accesible y suave y deja este autor para cuando hayas hecho camino (y estómago).




miércoles, 22 de agosto de 2018

El escondite - Trezza Azzopardi

Hay libros de los que te gusta y te atrae mas su historia, como nacieron, donde aparecieron o el como llegaron a ti que la propia historia que narran. Libros que te pueden gustar mas, menos o que te resulten indiferentes pero que tienen su propio camino.

Nunca había oído habla de "El escondite" de Trezza Azzopardi y sin embargo estoy segura de que estábamos destinados ha encontrarnos. 

Lo estoy primero por el lugar en que nos conocimos, uno de esos lugares que a cualquier lector y amantes de los libros le parecerá el mejor para una primera cita a ciegas: Cuesta de Moyano, en Madrid. El sitio, durante mucho tiempo pendiente en mi lista de cosas por hacer en alguna visita a la capital, es digno de una entrada única y exclusiva para él en este blog que espero algún día poder hacer. De adelanto solo lo recomendaré con el mayor de los énfasis para pasar un buen puñado de horas entre sus montañas de libros y olvidarse de que estas en una ciudad como es Madrid. 

El caso es que buscaba sin saber que, algún título que llevarme como recuerdo de mi primera (que no única) incursión en este pequeño país de las maravillas literarias. Hojeaba y miraba algún que otro libro pero ninguno era.... y de repente lo vi. 

Un ejemplar en buen estado pero con signos de haber vivido. Páginas ligeramente ocres, portada sin el brillo ni la tersura de los recién nacidos. Un libro que ha tenido otra historia. Y esa portada que ya tenia algo de magia. "La madre migrante" de Dorothea Lange. Una foto que me ha gustado desde siempre por su intensidad elegante, sin estridencias, un dolor tan sutil que ya no parece ni dolor. Cuando comencé a leer el argumento... "lo comparan con "Las cenizas de Ángel" de Fran McCourth" ¿Podía ser cierto? Uno de mis libros de cabecera desde hace años, de mi lista de imprescindibles... Sin apenas seguir leyendo estaba decidido. 7 Euros. ¿Que más podía pedir? Podía pedir que cuando se lo conté a mi hada madrina de libros me dijera: "Si, no lo he leído pero lo conozco. Tiene muy buenas criticas". Bingo. "El escondite" y yo nos habíamos conocido. 

Trezza Azzopardi narra en primera persona los recuerdos de Dolores, Dol, durante su infancia dentro de una familia de la comunidad maltesa en los bajos fondos de Gales. Junto a sus 5 hermanas mayores, vive con su padre, un jugador, pendenciero y violento y su madre, una mujer abrumada por la pobreza y la falta de ayuda de su marido lo que hace que la vida se le haga grande. 

Pero "El escondite" no es la historia de una familia sin más. Desde el actual momento, con el aviso de la muerte de su madre, Dol rememora su infancia treinta años atrás abriendo así el cajón de los recuerdos, mostrándolos primeros con su visión infantil e inocente para ir descubriendo a través de los encuentros con sus hermanas y con el barrio donde vivió la cruel realidad en la que se crió. 

Se nota que la autora conoce el ambiente que descubre ya que ella misma nació en los 60 en Cardiff, aunque deja claro que no es una autobiografía, lo que hace que la historia  se te pegue a la piel como la suciedad de las calles del barrio, que el ambiente festivo aunque impostado de licores y prostitutas del Moonligth resuene y que el gris de la casa de Dol aparezca ante tus ojos mientras lo lees. Las descripciones son fabulosas sin resultar pesadas al igual que los diálogos, cortos y concisos pero con una gran carga detrás donde se intuye lo que no se dice.  

Tras acabar "El escondite" me ha quedado la sensación de no haber leído todo, de haberme dejado entre lineas situaciones, por lo que no descarto la posibilidad de releerlo ya que, en la segunda parte del libro donde la Dol ya adulta se encuentra con sus hermanas, los recuerdos se van destapando y la primera parte del libro adquiere matices más claros con los que la historia termina de verse más nítida.

La pobreza, la mano de la mafia, las desgracias acumulada, las relaciones familiares en entornos hostiles,la infancia perdida.... Desde un drama sutil que solo al final se dibuja del todo (o casi porque no llegan a describirse pero si que el lector tiene todos los datos para conocerlo) Azzopardi habla de la memoria y de las herramientas del ser humano para protegerse. 

Este es un libro de la bajada de la protagonista a los mas hondos secretos y autoengaños de su mente, de los recuerdos que van asomando entre las grietas y del dolor oculto. 

Un libro para leer con los cinco sentidos puestos en él.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Reseña breve: El verdadero caso de Harry Quebert - Jöel Dicker


El verdadero caso de Harry Quebert  de Jöel Dicker es uno de los últimos títulos de Thriller que ha generado más éxito y premios convirtiéndose en un best seller.

En la novela nos sumergiremos en la historia de un asesinato sin resolver, el de Nola Kellergan, una joven cuyo cadáver se encuentra años después de su desaparición en el jardín de un reconocido escritor con quien mantenía una relación en secreto. Marcus Goldman, pupilo de Harry Quebert inicia entonces su propia investigación para defender a su mentor. 

Hacia tiempo que tenia pendiente este libro que, a priori, recogía todo aquello que me suele gustar en una lectura fresca y cuyo éxito hacia que estuviera en todas las librerías que visitaba. El número de páginas (672) me echaba para atrás, ya que en estos tiempos todo aquello que supere las 200 páginas es para mi algo así como intentar subir el Himalaya con dos mellizos a cuestas.  Sin embargo la llegada del verano y la promesa de un posible margen de lectura estival unido a las ganas me hizo comenzarlo. El que lo haya leído en apenas tres semanas es un claro indicador de que el libro, al menos, engancha. 

Contada a tres tiempos, "El verdadero caso de Harry Quebert", es el típico ejemplo de best seller que lo es porque entretiene y tiene una historia bien argumentada, sin cabos sueltos ni artificios. Sin embargo no me parece que su narrativa ni el trabajo literario que de ella se desprende esté al nivel de lo que debería (repito: "debería") considerarse un "gran ventas". Libros como este los hay a cientos: de fácil lectura, argumento que engancha, variedad de personajes relacionados entre si, sorpresas en el momento exacto.... lo dicho, como tantos otros.   Cierto es que estamos en una época en que es fácil que un libro basado en crímenes, de ambiente policiaco y misterio alcance la fama, todo son rachas. Y también es verdad que son rachas efímeras. Los lectores, en general, queremos leer, disfrutar, relajarnos y entretenernos sin más. Y supongo que es el momento de Joel Dicker. He tenido la sensación de que el tiempo de publicación ha sido determinante para crear una novela con tintes de posible película (revisando esta reseña he descubierto que Movistar estrenará una miniserie con Patrick Dempsey, ("Anatomia de Grey"), como protagonista) incluso de secuela, por ello, tal vez, no se han cuidado los diálogos y en ocasiones rechina la narrativa que cojea.

En el lado positivo destacaría tres puntos: 
Por un lado los personajes perfectamente definidos, con sus sombras y luces, cada uno con personalidades muy marcadas (incluso aquellos que finalmente parecen no ser lo que eran).
El argumento como he dicho, bien trazado, sin dejar dudas en el aire ni conexiones "porque si". Todo tiene un porque que se aclara en el momento necesario y nada es fortuito. 
El ritmo frenético de lectura que te impide parar. Dicker sabe mantener el suspende y dar constantes giros a la historia para que surgan nuevas preguntas y dudas e incluso hasta el final el lector no sabrá que es lo que realmente ha ocurrido. 


Sin duda "El verdadero casi de Harry Quebert" es una lectura para engancharse, leer del tirón, intentar descifrar el misterio y dejarse sorprender sin esperar, eso si, un obra de arte. 


jueves, 7 de junio de 2018

"La bruja" - Camilla Lackbërg


Cuando te enganchas a una saga literaria, en la que cada libro presenta una historia que se cierra aunque mantengan los mismos personajes, hay un alto número de probabilidades de que termines  aburrido ya que por lo general la trama, forma de desarrollar los acontecimientos y el estilo terminan siendo prácticamente idénticos.

Cuando descubrí La Princesa de Hielo, el primero de la saga “Los crímenes de Fjallbacka” de Camilla Lackbërg, me enganché totalmente a estas novelas de thriller y misterio en las que sus personajes principales Erika Falck y Patrick Hedström se involucran en la investigación de asesinatos y descubrimiento de secretos. Este primer libro fue un auténtico boom que hizo que los siguientes los fuera leyendo al mismo tiempo que se publicaban, ansiosa por disfrutar de los nuevos casos que se presentaban.
Sin embargo conforme avanzaron (creo que concretamente a partir del cuarto libro) el interés que me producían era meramente de entretenimiento sin más, ya no había grandes sorpresas y en general me parecía estar leyendo la misma historia cambiando simplemente algunos aspectos generales.  Eran libros que me gustaban porque se leían fácil, entretenían, conocía a los personajes y siempre estaba ese punto de misterio de: “¿Qué es lo que ha pasado y por qué?”. Pero las ansias y la sorpresa con que devoraba los primeros desaparecieron al mismo tiempo que aparecían verano tras verano los nuevos títulos.

Sin embargo, a veces ocurren cosas maravillosas, y tras un parón de tres años en el que Lackbërg nos ha tenido en sequía, este 2018 por fin, llegó “La bruja”. Y no digo por fin por el tiempo en que hemos tenido que esperar, si no, porque de nuevo han vuelto la sorpresa y el misterio, las ansias de seguir leyendo y descubrir que ha pasado, las ganas de desvelar el final.

No tenía ninguna prisa en leerlo. Mi situación de madre de mellizos y el desencanto que arrastraron sus últimos libros me hacían tenerlo en mente para “algún momento”, nada parecido a años atrás cuando el libro me quemaba entre las manos.  Sin embargo, como tantas otras veces, el destino hizo que sin yo quererlo me encontrara con la edición grande en casa y puesto que el poco tiempo que tengo para leer lo quiero dedicar a algo sin más expectativas que desconectar decidí comenzarlo. Gran idea.

La apacible ciudad sueca de Fjallbacka se despierta un dia con la desaparición de Nea, una niña de cuatro años. La escritora Erika Falck y su marido el policía Patrick Hedström se adentran en la investigación de este caso que se ve extrañamente relacionado con otro ocurrido hace más de 30 años y con el que a priori no tiene nada que ver.


Las líneas principales de la novela son similares al resto de la colección. De nuevo Camilla Lackbërg nos presenta una historia que se narra de forma paralela a no una si no dos del pasado (creo que es la primera vez que esto ocurre): el caso ocurrido hace 30 años de forma que el lector puede jugar a unir cabos e intentar relacionar ambos casos al mismo tiempo que lo hacen los protagonistas de la historia actual y una segunda ambientada en el siglo XVII.

Los personajes, relacionados siempre entre si por líneas familiares o sociales, van mostrando sus secretos, debilidades y sombras al tiempo que el libro avanza. Lo que ahora parece más tarde ya no es. Todo contiene el sello de la escritora noruega.

Puedo decir además que es el primero de los libros en el que descubro que es lo que ha pasado antes de que me lo cuenten. Supe la relación de pasado y presente, supe quien había hecho qué y por qué y supe como se iba a descubrir. En ese sentido me sorprende que realmente sea asequible deducirlo y tal vez el hecho de que las cosas ocurren esta vez con un motivo y no porque si, es lo que hace que sea más fácil para el lector ganarle el terreno a la intrépida escritora y el equipo de policía.


¿Por qué entonces este libro ha vuelto a ser un repunte dentro de la monotonía a la que me tenía acostumbrada?

Tras pensarlo creo que los tres años que ha tardado en escribir “La bruja” en comparación con el ritmo al que estábamos acostumbrados (un libro por año implica en general coger una línea que ha funciona y simplemente seguirla para darle a la industria lo que pide sin más) ha servido para dar una historia más rica, más trabajada, donde los personajes han vuelto a ser enrevesados y donde las cosas no ocurren simplemente porque si (uno de las grandes decepciones que tenia últimamente en sus novelas). Las cosas ocurren por un algo, un desencadenante, un porqué. El ritmo vuelve a ser atronador cuando es necesario, cuando se descubre una pista que te lleva a otra, pero en los momentos en que la historia necesita de un descanso para no resultar torpemente apabullante los hay, y en ellos también se encuentra información de interés que hace que la tensión vuelva a coger ritmo.

Además, considero altamente importante y aplaudible que por primera vez Lackbërg ha introducida en su novela problemas de la sociedad actual integrándolos de forma inteligente y reivindicativa. Me refiero a la presencia y al papel en la historia de los refugiados sirios que llegan a Fjallbacka y que intentan integrarse en la sociedad sueca desde su campo de refugiados. Karim, Adnam, Amina… sufrirán también las consecuencias de “La bruja” y se verán envueltos en la desaparición de Nea.

En “La bruja” realmente no hay ninguna bruja, de ahí que una de las frases promociónales del libro haya sido “No te fíes del titulo ni de la portada. El libro no es lo que parece”. Sin embargo me parece una elección de título inteligente porque lo que si que hay es una caza de brujas, en muchos aspectos, en las tres historias que narra.

Como siempre con esta escritora te recomiendo este libro si te gustan las novelas policíacas, thrillers, misterios, historias sin resolver…. Entretenimiento fácil pero que te engancha, sin más objetivo que el de pasar un buen rato imbuido de lleno en él.

Bravo Lackbërg por esta última novela. Y si para seguir con este nivel tengo que esperarte tres años de nuevo…. Que así sea.

jueves, 15 de marzo de 2018

El niño en la cima de la montaña - John Boyne


John Boyne vuelve con “El niño en la cima de la montaña” a la Segunda Guerra Mundial y con un
niño como personaje principal como ya hizo con el famoso y durísimo “El niño con el pijama de rayas”.

Sabía que se había publicado y en alguna ocasión he pensado que fascinándome como me fascinó el primero, tenia que leerlo más pronto que tarde. Sin embargo no fue hasta hace poco cuando me encontré cara a cara con él en una librería cuando llego el momento de hacerlo.

Pierrot es un huérfano francés, que, en plena ebullición del movimiento nazi,  termina viviendo con su tía, ama de llaves de una mansión en Alemania (que guarda sorpresa), en un ambiente opuesto al que vivía y cercano a figuras que harán que todo lo que conocía hasta ahora se vea modificado hasta el punto de hacer que también sus pensamientos y sus ideas se vean afectados.


En esta ocasión, Boyne, traslada la acción al lado opuesto de su primera novela y nos muestra a través de Pierrot el ambiente ideológico del momento, el nazismo, la aclamación de todo lo “ario”, aunque no sea este el centro del argumento de la novela si no solo la herramienta que usa para realzar el verdadero tema del libro: la perversión y perdida de la inocencia de un niño a manos de la sociedad y del poder.


Al igual que en su primera novela, Boyne hace que el personaje principal sea un niño al que es fácil coger cariño por la inocencia, frescura y honradez que se desprende de él hasta que, y aquí está la diferencia con “El niño con el  pijama de rayas” , el poder y la manipulación hacen que Pierrot sufra un giro en su personalidad que lo lleva por un camino que al lector no le resulta agradable por lo que te mantiene durante gran parte de la novela en la tesitura y dilema de no querer juzgarle aunque a veces resulte imposible. Todo lo contrario a lo que ocurría en la anterior historia cuando es inevitable no enternecerte y tener el corazón en un puño con el pequeño Shmuel, judío, y Bruno, hijo de un comandante de las SS, sin tener ni un ápice de duda respecto a la falta de culpabilidad de ambos en una situación como la que viven.

Escrita con diálogos sencillos y de forma amena, “El niño en la cima de la montaña” comienza con gran énfasis, haciendo que la historia avance rápidamente por lo que te lleva de una página a otra sin darte cuenta. Sin embargo, para mi gusto, este ritmo decae a las pocas páginas (coincidiendo con la llegada de Pierrot a la mansión) donde se estanca y parece demorarse y alargarse demasiado sin aportar nada nuevo. Es a la mitad del libro cuando vuelve a coger velocidad, cuando Pierrot descubre el poder y lo que considera “la verdadera Alemania”, lo que hace que de nuevo se sucedan las sorpresas y los cambios que el protagonista sufre haciendo que la historia fluya.  

“El niño con el pijama de rayas” fue uno de esos momentos inolvidables en mi historia como lectora. Debido a mi afán por leer todo lo que encontraba sobre judíos, campos de concentración y demás temas relacionados eran pocas las lecturas que me sorprendían. Y sin embargo, recuerdo perfectamente como, tras devorarlo,  al leer la penúltima página de ese pequeño libro no pude evitar gritar (recuerdo aún la cara de mis padres) y pasar la página una y otra vez diciendo: “no puede ser, no puede ser….”. Es uno de esos libros que forman parte de la primera balda de mi biblioteca, donde guardo mis “intocables”.

Cualquiera que lo haya leído, creo que me entenderá. Un libro tan sencillo y que encierra tanta dureza, crueldad, injusticia y dolor, que es imposible que no te agarre el corazón, te guste o no, pero que te deje marca.
Sin embargo, “El niño en la cima de la montaña” pese a no ser un mal libro no es un libro que me haya impactado. Si no lo tuviera en papel, lo compraría, por aquello de completar el “duo Boyne” pero no seria una necesidad vital tenerlo entre mis favoritos. Y, ojo, es una historia completa, amena, sencilla… y huye de lo macabro o de los momentos especialmente duros que pudiera tener “El niño con el pijama de rayas” lo que lo hace mas “digerible” (claro que a mi no me gustan los libros fácilmente digeribles). Es una historia inteligente y que nos muestra la otra parte de una situación de la que estamos acostumbrados a ver y conocer solo un lado por lo que es necesario que existan historias así para darnos cuenta que en todos los bandos hay inocentes, hasta aquellos que en ocasiones no lo parecen.

Supongo que el matiz de la dureza de su relato es lo que diferencia a estas dos novelas. Sin más. Y es lo que hace que personalmente no me haya parecido un “novelón”.

Ameno, curioso. “El niño en la cima de la montaña es imprescindible para comparar y tener, como siempre se debería de tener, el otro punto de vista.  Pero sin las grandes expectativas que os generaría “El niño con el pijama de rayas”  (si no lo habéis leído, ya estáis tardando). 


domingo, 21 de enero de 2018

"Eres una madre maravillosa" - Lucía, mi pediatra - Lucía Galán Bertrand

Cuando vas a ser madre, durante los nueve meses que (casi siempre) dura el embarazo, a las mujeres
nos llegan multitud de consejos, reflexiones o informaciones por distintos canales. Desde las matronas con sus clases de preparación al parto donde dan las pautas más necesarias para la llegada del nuevo bebe hasta las amigas, bueno o cualquier mujer con la que hables, que han pasado ya por esta etapa, sin dejar de lado todas aquellas fuentes a las que tenemos acceso hoy en día, libros, revistas, webs o apps que en un solo click te resuelven cualquier duda.

Sin embargo, da igual, no importa la cantidad de experiencias que te hayan contado, todas diferentes y con sus toques personales, ni el número de libros que hayas devorado para llenar los huecos que hasta ahora tenias…. Cuando el momento llega, nada de eso hará que seas una experta, porque solo tu propio paso por este momento y lo que tú vivas y como decidas vivirlo será lo que te haga ir descubriendo los grandes secretos que conlleva la maternidad.

Como madre reciente (supongo que 18 meses son suficientemente recientes o al menos a mi aún me parece estar en prácticas), fui de esas principiantes que, al contrario de lo que pensaba que me ocurriría, me alejé bastante de los libros y apenas abrí los correos de todas las webs sobre embarazo y cuidado infantil a las que me inscribí al saber que iba a tener hijos. Aún a dia de hoy me resulta raro, ya que desde siempre el tema de la maternidad me ha atraído y fascinado y ahora que lo estaba viviendo  lo normal hubiera sido aprovechar para investigar y empaparme. Sin embargo es cierto que también soy una persona que huyo de los libros de autoayuda, de los consejos generalizados…. De todo aquello que implique ser un número más. Puede que ahí este el porque.

El caso es que solo tuve un libro de cabecera durante los pocos meses que mi embarazo duró, el famoso: “Qué se puede esperar cuando se está esperando”, prestado por mí hada madrina de los libros lo cual le otorgaba aún más simbolismo. En él iba comprobando como mi cuerpo mes a mes cumplía con los avances que de él se esperaban, sin más. No me estudiaba ni anotaba los consejos finales sobre como tendría que cuidar a mis bebes cuando llegarán ni curioseaba con la última parte en la que hablaba de cómo cambia la vida de una mujer cuando se convierte además en madre.

Sin embargo, yo, ajena a estos libros sobre amor y cuidados maternofiliales me he ido sintiendo atraída desde hace meses por el ahora número uno “Eres una madre maravillosa” de Lucía, mi pediatra. No, no es mi pediatra, ni “mi pediatra” es su apellido, pero no habrá madre o embarazada que ya no conozca así a Lucía Galán Bertrán.

El principal motivo que me llamó la atención cuando oí hablar de él por primera vez fue su título: “Eres una madre maravillosa”. Vosotras, madres recién paridas, novatas, principiantas… Decidme: ¿a quien de vosotras al oír esa frase no le entra una tranquilidad y una emoción desde lo más profundo de su ser?.
En las semanas que mis pequeños estuvieron ingresados al nacer, una enfermera me dijo esa frase mientras ejercía el método canguro con ellos, y a mi que por entonces poco más podía hacer por ellos  que estar arropándolos, se me llenaron los ojos de lágrimas. Descubrí en aquel momento el bálsamo que puede ser esa simple frase.
Desde entonces he oído, por suerte, esa frase en varias ocasiones, y el efecto es siempre el mismo.

Si fue “Lucía, mi pediatra” quien eligió el título no lo sé. Sospecho, después de haberla leído y haberla conocido más a través de sus redes sociales, de su filosofía como pediatra y como madre, que sí. Primer acierto y éxito. Todo lo que hay dentro del libro se refleja en esa simple frase que tal vez, para según que ojos, pueda resultar un título “moñas”, edulcorado, empalagoso o cursi. A vosotros que pensáis así me voy a permitir deciros algo que tal vez no os guste: No tenéis ni puñetera idea lo que es pasar por la maternidad.

Al lío que me voy por las ramas…

En “Eres una madre maravillosa” no encontraremos consejos sobre como cambiar el pañal, como hacer que el bebe eche los aires o cuales son los métodos más exitosos para hacer que duerman. No encontraremos tampoco información sobre vacunas, sobre el cuidado de los puntos tras el parto, ni de cómo recuperar la figura. Sin embargo encontraremos todo aquello que nadie nos dice, que todas pasamos y sentimos, y que a veces dudamos de si no seremos el único bicho raro al que le está pasando.

Historias vividas por la Lucía pediatra, la Lucía mujer y la Lucía madre sirven para avanzar en este libro. Historias duras, otras de esperanza…. Pero todas reales, de padres reales como ella, espejos en los que nos sentimos reflejados y con las que nos da herramientas e ideas para que las tomes y desarrolles en un momento de necesidad o simplemente para que digas: “Esto mismo me pasó a mi”.

En “Eres una madre maravillosa”, Lucía Galán habla, entre otras muchos y variados temas,  del sentimiento de ser madre, del amor tan intenso que te abarca junto al cansancio que te cubre muchas veces; del miedo que te puede llegar a ahogar; habla del postparto, ese aún gran tabú en nuestra sociedad y donde no siempre todo es rosa; de la diferente forma de querer que tenemos padres y madres (interesantísimo capítulo de obligada lectura); de la necesidad de las madres de encontrarnos de nuevo a nosotras mismas y nuestro espacio sin sentirnos culpables; del esfuerzo que hay que hacer para regresar a ser además de madre, mujer, trabajadora… de la conciliación laboral… y no morir en el intento; del cuidado de los pequeños sin entrar en consejos mascados y de la necesidad de estar ahí para ellos sin convertirlos en nosotros.

Sus capítulos cortos, sencillos y naturales, contados como una amiga te puede estar contando una experiencia que ha vivido u oído hacen que pases las páginas sin apenas darte cuenta (seguramente Lucía también ha pensado en el poco tiempo que tenemos las madres y en el cansancio que no nos permite aguantar demasiado leyendo y de ahí la facilidad que nos ha dado al escribirlo. Gracias Lucía ;) ). La cercanía sin dejar que el lado más técnico y profesional de su vida se haga protagonista lo que lo hubiera convertido en un manual más, es seguramente su carácter dominante, fiel reflejo de ella, como se puede comprobar a nada que veas alguna de sus intervenciones televisivas o indagues un poco en su Instagram o Facebook.

He de decir que, al contrario que el título, me chirría mucho la foto de portada. No me gusta directamente. Me desentona con la naturalidad del título, una frase tan de entre amigas con una foto para mi gusto excesivamente artificial, posada, poco creíble….. es mi único pero.

En el hospital antes de dar a luz y los días que estas ingresada, recibes consejos por parte del personal médico, a veces hasta un kit con productos y guías con información. Todo eso está muy bien, pero señores médicos, señores “mandamases” quienes quieran que sean que deciden estas cosas… si alguno está leyendo esto (que lo dudo), por favor, piénsense muy seriamente regalar a toda madre a punto de parir, pariendo o recién parida este libro. Les aseguro que pocas ayudan podrán darle mejores y más reconfortantes que esta a unas mujeres que están a punto de vivir la experiencia más bonita, desconocida y dura de su vida.
Hasta que decidan hacerme caso y aportar esa ayuda a las madres novatas, yo personalmente, tomaré “Eres una madre maravillosa” como mi regalo de cabecera para las mujeres cercanas e importantes de mi vida que vayan a ser madres, porque, tengo la sensación, de que pocos regalos, consejos o historias, les darán tanto aire tanto como lo hará este pequeño y simple libro.

Lucía es pediatra por vocación, lo dice y lo transmite. Sus charlas en congresos están siempre repletas y siempre consigue grandes críticas entre lagrimas emocionadas. Las firmas de sus libros son siempre un éxito. Y su imagen allá donde la veas es con una sonrisa real que no engaña.

Lucía ha conseguido que un libro que ayuda emocioné. No sé la de veces que lloré leyéndolo, y eso que me duró dos días (un récord desde que soy mamá). Su libro, es un libro que aconseja sin dar consejos, que acompaña, que reconforta, que te dice: “Eres una madre maravillosa” y, lo que es más importante y dificil de hacer…. te lo crees.

Gracias Lucía, mi pediatra

 FRAGMENTOS DESTACADOS

“Los besos se dan sin pedir permiso, los gestos de amor también”.
“Hay momentos en los que el mundo se detiene. Y se detiene para que tengamos unos minutos más. Son oportunidades que nos da la vida. Aprovéchalos”.
“Hombres y mujeres llevamos ritmos diferentes, velocidades diferentes y, por supuestos, sentimos diferente”.
“Si la gente escuchara más nuestros suspiros y menos nuestros palabras”
“Tenia miedo porque el miedo es libre, porque aunque lo racionalicemos, cuando se presenta, se apodera de nuestra razón”.
“Es tu vida, es tu maternidad y es tu profesión, todas ellas insustituibles por nadie que no seas tu misma”.

miércoles, 3 de enero de 2018

"El libro rojo" --- Ann Hood

Comencé a leer “El hilo rojo” de Ann Hood hace unos tres años y lo he terminado ahora. Cuando lo 
comencé el momento en el que mi vida se encontraba era demasiado delicado en ciertos aspectos comunes con su argumento como para poder disfrutarlo. Es más, era casi una tortura. Así que cuando llevaba unas 20 páginas y con frustración porque veía que podía gustarme decidí apartarlo, reservarlo.
Tres años después y con una vida muy diferente a la del primer momento en que lo abrí, supe que había llegado el momento de darle una segunda oportunidad. No me equivoqué.

“El hilo rojo” presenta dos escenarios paralelos. Por un lado, situado en Estados Unidos, cuenta la historia de una agencia de adopción y las familias que en ella están viviendo los pasos para adoptar niñas chinas. En el lado contrario, nos cuenta las diferentes situaciones que han llevado a los padres biológicos de esas niñas a separarse de ellas.
Basándose en una leyenda china del mismo nombre que su título (según una creencia oriental milenaria, desde nuestro nacimiento un hilo rojo nos conecta con aquellas personas destinadas a ser importantes en nuestra vida, como nuestros hijos), “El hilo rojo” nos adentra en las ilusiones y los miedos, la frustración y la alegría, la esperanza y el desconsuelo al que se ven sometidos tantos padres antes de tener entre sus brazos a sus hijos, procedan de donde procedan.

El hecho de que “El hilo rojo” narre el proceso por el que pasan sus personajes es solo el motivo argumental por el que el libro te invita a seguir leyendo.
De soslayo en la parte americana nos encontramos con varias historias a medias, que nunca se cuentan del todo pero que están presentes condicionando los actos de los personajes: el pasado de Maya, directora de la agencia, y que es un fantasma que la acompaña a lo largo de todo el libro; la culpabilidad de Susannah o el miedo de Theo, por poner algunos ejemplos.

En la parte oriental nos adentra en la injusticia y la crueldad, el dolor de una separación, el asumir responsabilidades o en el tomar decisiones a veces insufribles a través de los padres de las niñas chinas destinadas desde su nacimiento a una vida muy lejos de donde vieron la luz por primera vez. Nos presenta una variedad de historias donde la autora nos muestra que, pese a ambientarse en una tierra con un alto número de niñas abandonadas, hay muchos y variados motivos para que unos padres decidan separarse de sus bebes, siendo, es verdad, en la mayoría de los casos razones injustificables y absurdas, aunque no por ello se olvida de aquellos casos en los que los progenitores anteponen el bienestar de sus hijos aun cuando eso signifique para ellos la tristeza más intensa.

“El hilo rojo” es un libro sentimental pero real, ambientando en un contexto que la autora conoce bien: tres años después de la muerte de su hija biológica adoptó a una niña china.  Por ello seguramente no solo las situaciones y el proceso de adopción resulta tan creíble si no que los sentimientos son tangibles, cercanos, propios, y hacen que a lo largo del libro no puedas evitar emocionarte hasta el punto de las lagrimas (en mi caso muchas, lo reconozco).

No es un libro este recomendable para todo el mundo, lo reconozco. Una historia sensible, sin grandes sorpresas destacables, con mucho sentimiento, tanto que muchos considerarán “moñas”. Este libro entra dentro de la lista de aquellas lecturas destinadas a personas muy concretas, no solo a aquellas que están viviendo dificultades para ser padres, que lo doy por hecho y lo recomiendo incansablemente, si no a aquellas que quieren leer sintiendo, una lectura desde el fondo de las tripas.

Esta novela podría resultar un drama sin ningún otro aliciente, una serie de historias sensibles con un fondo duro. Sin embargo tiene algo que la convierte en algo más, algo parecido a un libro de autoayuda sin consejos directos (yo tan reacia a estos libros lo agradezco), a un viaje a los sentimientos más profundos. Diría que ese algo más es la dulzura que se desprende, y es dificil de explicar para que se entienda bien, pero al leerlo y ahora después de haberlo “rumiado” un tiempo, tengo la sensación de saber que Ann Hood lo escribió de verdad, vaciándose, poniendo en cada palabra su historia para, seguramente, intentar dar esperanza y transmitir que todo pasa por algo, hasta aquellos momentos donde solo vemos oscuridad.