domingo, 21 de enero de 2018

"Eres una madre maravillosa" - Lucía, mi pediatra - Lucía Galán Bertrand

Cuando vas a ser madre, durante los nueve meses que (casi siempre) dura el embarazo, a las mujeres
nos llegan multitud de consejos, reflexiones o informaciones por distintos canales. Desde las matronas con sus clases de preparación al parto donde dan las pautas más necesarias para la llegada del nuevo bebe hasta las amigas, bueno o cualquier mujer con la que hables, que han pasado ya por esta etapa, sin dejar de lado todas aquellas fuentes a las que tenemos acceso hoy en día, libros, revistas, webs o apps que en un solo click te resuelven cualquier duda.

Sin embargo, da igual, no importa la cantidad de experiencias que te hayan contado, todas diferentes y con sus toques personales, ni el número de libros que hayas devorado para llenar los huecos que hasta ahora tenias…. Cuando el momento llega, nada de eso hará que seas una experta, porque solo tu propio paso por este momento y lo que tú vivas y como decidas vivirlo será lo que te haga ir descubriendo los grandes secretos que conlleva la maternidad.

Como madre reciente (supongo que 18 meses son suficientemente recientes o al menos a mi aún me parece estar en prácticas), fui de esas principiantes que, al contrario de lo que pensaba que me ocurriría, me alejé bastante de los libros y apenas abrí los correos de todas las webs sobre embarazo y cuidado infantil a las que me inscribí al saber que iba a tener hijos. Aún a dia de hoy me resulta raro, ya que desde siempre el tema de la maternidad me ha atraído y fascinado y ahora que lo estaba viviendo  lo normal hubiera sido aprovechar para investigar y empaparme. Sin embargo es cierto que también soy una persona que huyo de los libros de autoayuda, de los consejos generalizados…. De todo aquello que implique ser un número más. Puede que ahí este el porque.

El caso es que solo tuve un libro de cabecera durante los pocos meses que mi embarazo duró, el famoso: “Qué se puede esperar cuando se está esperando”, prestado por mí hada madrina de los libros lo cual le otorgaba aún más simbolismo. En él iba comprobando como mi cuerpo mes a mes cumplía con los avances que de él se esperaban, sin más. No me estudiaba ni anotaba los consejos finales sobre como tendría que cuidar a mis bebes cuando llegarán ni curioseaba con la última parte en la que hablaba de cómo cambia la vida de una mujer cuando se convierte además en madre.

Sin embargo, yo, ajena a estos libros sobre amor y cuidados maternofiliales me he ido sintiendo atraída desde hace meses por el ahora número uno “Eres una madre maravillosa” de Lucía, mi pediatra. No, no es mi pediatra, ni “mi pediatra” es su apellido, pero no habrá madre o embarazada que ya no conozca así a Lucía Galán Bertrán.

El principal motivo que me llamó la atención cuando oí hablar de él por primera vez fue su título: “Eres una madre maravillosa”. Vosotras, madres recién paridas, novatas, principiantas… Decidme: ¿a quien de vosotras al oír esa frase no le entra una tranquilidad y una emoción desde lo más profundo de su ser?.
En las semanas que mis pequeños estuvieron ingresados al nacer, una enfermera me dijo esa frase mientras ejercía el método canguro con ellos, y a mi que por entonces poco más podía hacer por ellos  que estar arropándolos, se me llenaron los ojos de lágrimas. Descubrí en aquel momento el bálsamo que puede ser esa simple frase.
Desde entonces he oído, por suerte, esa frase en varias ocasiones, y el efecto es siempre el mismo.

Si fue “Lucía, mi pediatra” quien eligió el título no lo sé. Sospecho, después de haberla leído y haberla conocido más a través de sus redes sociales, de su filosofía como pediatra y como madre, que sí. Primer acierto y éxito. Todo lo que hay dentro del libro se refleja en esa simple frase que tal vez, para según que ojos, pueda resultar un título “moñas”, edulcorado, empalagoso o cursi. A vosotros que pensáis así me voy a permitir deciros algo que tal vez no os guste: No tenéis ni puñetera idea lo que es pasar por la maternidad.

Al lío que me voy por las ramas…

En “Eres una madre maravillosa” no encontraremos consejos sobre como cambiar el pañal, como hacer que el bebe eche los aires o cuales son los métodos más exitosos para hacer que duerman. No encontraremos tampoco información sobre vacunas, sobre el cuidado de los puntos tras el parto, ni de cómo recuperar la figura. Sin embargo encontraremos todo aquello que nadie nos dice, que todas pasamos y sentimos, y que a veces dudamos de si no seremos el único bicho raro al que le está pasando.

Historias vividas por la Lucía pediatra, la Lucía mujer y la Lucía madre sirven para avanzar en este libro. Historias duras, otras de esperanza…. Pero todas reales, de padres reales como ella, espejos en los que nos sentimos reflejados y con las que nos da herramientas e ideas para que las tomes y desarrolles en un momento de necesidad o simplemente para que digas: “Esto mismo me pasó a mi”.

En “Eres una madre maravillosa”, Lucía Galán habla, entre otras muchos y variados temas,  del sentimiento de ser madre, del amor tan intenso que te abarca junto al cansancio que te cubre muchas veces; del miedo que te puede llegar a ahogar; habla del postparto, ese aún gran tabú en nuestra sociedad y donde no siempre todo es rosa; de la diferente forma de querer que tenemos padres y madres (interesantísimo capítulo de obligada lectura); de la necesidad de las madres de encontrarnos de nuevo a nosotras mismas y nuestro espacio sin sentirnos culpables; del esfuerzo que hay que hacer para regresar a ser además de madre, mujer, trabajadora… de la conciliación laboral… y no morir en el intento; del cuidado de los pequeños sin entrar en consejos mascados y de la necesidad de estar ahí para ellos sin convertirlos en nosotros.

Sus capítulos cortos, sencillos y naturales, contados como una amiga te puede estar contando una experiencia que ha vivido u oído hacen que pases las páginas sin apenas darte cuenta (seguramente Lucía también ha pensado en el poco tiempo que tenemos las madres y en el cansancio que no nos permite aguantar demasiado leyendo y de ahí la facilidad que nos ha dado al escribirlo. Gracias Lucía ;) ). La cercanía sin dejar que el lado más técnico y profesional de su vida se haga protagonista lo que lo hubiera convertido en un manual más, es seguramente su carácter dominante, fiel reflejo de ella, como se puede comprobar a nada que veas alguna de sus intervenciones televisivas o indagues un poco en su Instagram o Facebook.

He de decir que, al contrario que el título, me chirría mucho la foto de portada. No me gusta directamente. Me desentona con la naturalidad del título, una frase tan de entre amigas con una foto para mi gusto excesivamente artificial, posada, poco creíble….. es mi único pero.

En el hospital antes de dar a luz y los días que estas ingresada, recibes consejos por parte del personal médico, a veces hasta un kit con productos y guías con información. Todo eso está muy bien, pero señores médicos, señores “mandamases” quienes quieran que sean que deciden estas cosas… si alguno está leyendo esto (que lo dudo), por favor, piénsense muy seriamente regalar a toda madre a punto de parir, pariendo o recién parida este libro. Les aseguro que pocas ayudan podrán darle mejores y más reconfortantes que esta a unas mujeres que están a punto de vivir la experiencia más bonita, desconocida y dura de su vida.
Hasta que decidan hacerme caso y aportar esa ayuda a las madres novatas, yo personalmente, tomaré “Eres una madre maravillosa” como mi regalo de cabecera para las mujeres cercanas e importantes de mi vida que vayan a ser madres, porque, tengo la sensación, de que pocos regalos, consejos o historias, les darán tanto aire tanto como lo hará este pequeño y simple libro.

Lucía es pediatra por vocación, lo dice y lo transmite. Sus charlas en congresos están siempre repletas y siempre consigue grandes críticas entre lagrimas emocionadas. Las firmas de sus libros son siempre un éxito. Y su imagen allá donde la veas es con una sonrisa real que no engaña.

Lucía ha conseguido que un libro que ayuda emocioné. No sé la de veces que lloré leyéndolo, y eso que me duró dos días (un récord desde que soy mamá). Su libro, es un libro que aconseja sin dar consejos, que acompaña, que reconforta, que te dice: “Eres una madre maravillosa” y, lo que es más importante y dificil de hacer…. te lo crees.

Gracias Lucía, mi pediatra

 FRAGMENTOS DESTACADOS

“Los besos se dan sin pedir permiso, los gestos de amor también”.
“Hay momentos en los que el mundo se detiene. Y se detiene para que tengamos unos minutos más. Son oportunidades que nos da la vida. Aprovéchalos”.
“Hombres y mujeres llevamos ritmos diferentes, velocidades diferentes y, por supuestos, sentimos diferente”.
“Si la gente escuchara más nuestros suspiros y menos nuestros palabras”
“Tenia miedo porque el miedo es libre, porque aunque lo racionalicemos, cuando se presenta, se apodera de nuestra razón”.
“Es tu vida, es tu maternidad y es tu profesión, todas ellas insustituibles por nadie que no seas tu misma”.

miércoles, 3 de enero de 2018

"El libro rojo" --- Ann Hood

Comencé a leer “El hilo rojo” de Ann Hood hace unos tres años y lo he terminado ahora. Cuando lo 
comencé el momento en el que mi vida se encontraba era demasiado delicado en ciertos aspectos comunes con su argumento como para poder disfrutarlo. Es más, era casi una tortura. Así que cuando llevaba unas 20 páginas y con frustración porque veía que podía gustarme decidí apartarlo, reservarlo.
Tres años después y con una vida muy diferente a la del primer momento en que lo abrí, supe que había llegado el momento de darle una segunda oportunidad. No me equivoqué.

“El hilo rojo” presenta dos escenarios paralelos. Por un lado, situado en Estados Unidos, cuenta la historia de una agencia de adopción y las familias que en ella están viviendo los pasos para adoptar niñas chinas. En el lado contrario, nos cuenta las diferentes situaciones que han llevado a los padres biológicos de esas niñas a separarse de ellas.
Basándose en una leyenda china del mismo nombre que su título (según una creencia oriental milenaria, desde nuestro nacimiento un hilo rojo nos conecta con aquellas personas destinadas a ser importantes en nuestra vida, como nuestros hijos), “El hilo rojo” nos adentra en las ilusiones y los miedos, la frustración y la alegría, la esperanza y el desconsuelo al que se ven sometidos tantos padres antes de tener entre sus brazos a sus hijos, procedan de donde procedan.

El hecho de que “El hilo rojo” narre el proceso por el que pasan sus personajes es solo el motivo argumental por el que el libro te invita a seguir leyendo.
De soslayo en la parte americana nos encontramos con varias historias a medias, que nunca se cuentan del todo pero que están presentes condicionando los actos de los personajes: el pasado de Maya, directora de la agencia, y que es un fantasma que la acompaña a lo largo de todo el libro; la culpabilidad de Susannah o el miedo de Theo, por poner algunos ejemplos.

En la parte oriental nos adentra en la injusticia y la crueldad, el dolor de una separación, el asumir responsabilidades o en el tomar decisiones a veces insufribles a través de los padres de las niñas chinas destinadas desde su nacimiento a una vida muy lejos de donde vieron la luz por primera vez. Nos presenta una variedad de historias donde la autora nos muestra que, pese a ambientarse en una tierra con un alto número de niñas abandonadas, hay muchos y variados motivos para que unos padres decidan separarse de sus bebes, siendo, es verdad, en la mayoría de los casos razones injustificables y absurdas, aunque no por ello se olvida de aquellos casos en los que los progenitores anteponen el bienestar de sus hijos aun cuando eso signifique para ellos la tristeza más intensa.

“El hilo rojo” es un libro sentimental pero real, ambientando en un contexto que la autora conoce bien: tres años después de la muerte de su hija biológica adoptó a una niña china.  Por ello seguramente no solo las situaciones y el proceso de adopción resulta tan creíble si no que los sentimientos son tangibles, cercanos, propios, y hacen que a lo largo del libro no puedas evitar emocionarte hasta el punto de las lagrimas (en mi caso muchas, lo reconozco).

No es un libro este recomendable para todo el mundo, lo reconozco. Una historia sensible, sin grandes sorpresas destacables, con mucho sentimiento, tanto que muchos considerarán “moñas”. Este libro entra dentro de la lista de aquellas lecturas destinadas a personas muy concretas, no solo a aquellas que están viviendo dificultades para ser padres, que lo doy por hecho y lo recomiendo incansablemente, si no a aquellas que quieren leer sintiendo, una lectura desde el fondo de las tripas.

Esta novela podría resultar un drama sin ningún otro aliciente, una serie de historias sensibles con un fondo duro. Sin embargo tiene algo que la convierte en algo más, algo parecido a un libro de autoayuda sin consejos directos (yo tan reacia a estos libros lo agradezco), a un viaje a los sentimientos más profundos. Diría que ese algo más es la dulzura que se desprende, y es dificil de explicar para que se entienda bien, pero al leerlo y ahora después de haberlo “rumiado” un tiempo, tengo la sensación de saber que Ann Hood lo escribió de verdad, vaciándose, poniendo en cada palabra su historia para, seguramente, intentar dar esperanza y transmitir que todo pasa por algo, hasta aquellos momentos donde solo vemos oscuridad.