Un libro corto, un rato de
evadirte del exterior y esconderte en el interior, un pequeño dulce sin más,
algo que
empezar y terminar sin grandes expectativas que romper pero con posibilidad de
sorprender…
“Brújulas que buscan sonrisas
perdidas” es el libro perfecto para una tarde de verano en la piscina, el campo
o el sofá, junto a un vaso bien frío de limonada y el móvil desconectado.
Los llamados “libros para el
verano” (matizo: los buenos “libros de verano”)deberían tener categoría de
“Best Sellers”, al fin y al cabo, por regla general, nos dan todo lo que un
buen lector necesita para desconectar: entretenimiento de forma condensada sin
tener que hacer mucho esfuerzo (para eso ya tenemos otro tipo de lectura) y terminarlo
con la sensación de querer mas pero sabiendo que de haber durado mas no hubiera
sido lo mismo.
Si a esto le sumamos que sin
hacer el esfuerzo antes mencionado puedes encontrarte interesantes y
revitalizantes pensamientos o ideas….. surge
cualquier de los libros de Albert Espinosa.
He terminado “Brújulas que buscan
sonrisas perdidas” con la sensación de que hay varias posibilidades de
catalogar el libro, y según quien lo lea lo verá de una forma u otra: tal vez
para unos cuente la relación entre padre e hijo; para otros podría contar como
afecta el paso del tiempo en las personas, en sus ideas; podría ser también un
libro sobre la añoranza de tiempos pasados y de lo que pudo ser, o tal vez de
todo aquello que cambiarías, de lo que te arrepientes; sobre la tristeza de los
perdido y el miedo a lo que vas a perder irremediablemente; también un libro
sobre el aprendizaje a base de los golpes de la vida, el perdón, el orgullo…;
de la fuerza para seguir adelante; del amor y su dolor; de la pérdida física y
la pérdida de la persona que era….
Todas ellas existen en el libro y
surgen a partir del protagonista, un hombre a quien la promesa de cuidar a su
padre, enfermo que ya no es quien fue y
con quien su relación nunca ha sido fácil, le hace reflexionar sobre su
pasado, su presente y como quiere afrontar el futuro.
Personalmente me quedo con la
visión de las historias de amor, esas
que a lo largo del libro te va contando con cuentagotas, la central, el amor y
amor deseado con su padre; el amor perdido antes de tiempo y añorado de su
madre; y el amor doloroso hacia su
mujer.
La forma de escribir de Albert
Espinosa, como él, no es típica. Una historia central en la que de repente el
personaje hace un paréntesis donde, literalmente, sientes como desconecta de lo
que en ese momento esté haciendo para irse mucho tiempo atrás o simplemente
reflexionar, y es en esa reflexión cuando te cuenta pequeños detalles de
historias paralelas, de donde surgen los “porqués” a su forma de actuar en el
momento actual. Una forma de mantener al lector pendiente y con ganas de saber
más de las otras historias (en este caso la de sus hermanos, su madre o su
mujer) mientras la historia central avanza (su padre).
“Brújulas que buscan sonrisas
perdidas” es un libro sencillo, de emociones a flor de piel que lo hacen más
humano y cercano si cabe, y que hacen que te sientas representado. Como
siempre, Albert Espinosa, es la prueba palpable de que no hacen falta grandes
bloques de páginas ni adentrarse en el mundo de la filosofía pura y dura (si no
se quiere), para removerte la conciencia y hacer surgir las ideas más antiguas
sobre el ser humano y sus actitudes ante la vida.
“Menos es más” y Albert Espinosa
ha vuelto a cumplirlo con creces.
FRAGMENTOS DESTACADOS
“Traumas de la infancia, al fin y
al cabo es lo que somos cada uno de nosotros, traumas de la infancia….”
“Nadie se paró a preguntar que me
pasaba. El dolor ajeno tan sólo provoca extrañeza si es mostrado en público”
“Mi mujer siempre decía que
cuando algo irrepetible, había que respirarlo… Ella inspiraba recuerdo…
Sobretodo olores de verano… Decía que los guardaba para cuando llegaba el
invierno. No le gustaba el frío. Siempre me dijo que una parte de su cerebro
albergaba olores de verano para combatir el invierno”.
“Ya casi no quedan sorpresas de
verdad y, supongo que por ello tampoco emociones reales en forma de respuesta…
Y quizá por ello, cuando te encuentras con una, te fascina tanto…”
“Tenéis que prometerme que nunca
tendréis tanto miedo que os impida actuar con normalidad…”
“Siempre he creído que una
persona que no permite que vean sus ojos siente mucho placer o mucho dolor… Y
es que cuando los cierras completamente solo puede significar que estas en tu
propio mundo… Y los mundos propios
suelen ser tan personales que necesitas que el exterior no te salpique…”
“Que si el cuerpo come cosas que
no son sanas y las convierte en velocidad y en energía… el alma puede llegar a
hacer lo mismo con las malas experiencias del corazón.. que de todo se puede
aprender…”
“Cumplí siempre la promesa con
ella… Siempre le fui sincero en todo.. Y eso, tenía razón, era más que decir la
verdad… Era hacer equipo, saber que siempre estarás allí, significa ser tierra
firma para el otro… Piedras a las que podrás saltar de un brinco sin miedo a
caer en el agua…”
“Siempre nos enseñó que las
grandes cosas están hechas de las pequeñas… Si cuidas las pequeñas cosas, las
convertirás en grandes… Si cuidas sólo las grandes, siempre serás pequeño”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario