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domingo, 3 de marzo de 2019

La Sociedad Literaria de Guernsey y el pastel de piel de patata - Mary Ann Schaffer/Annie Barrows

Toda mi vida lectora he tenido especial inclinación por los thrillers y libros ambientados en el holocausto pese  a que he leído de todo. Esto ha hecho que muchas veces me sienta culpable de estar perdiéndome otro tipo de lecturas que, seguramente, también me llenarías y entretendrían. 

Es verdad que ambos géneros son fáciles de leer y muy malo debe ser el autor, sobretodo en el género negro, para no atraparte mínimamente. Además cuando se dispone de poco tiempo para leer y con el cerebro a medio gas se intensifica la búsqueda de lecturas en las que no haga falta estar demasiado despierta para saborearlas. 

Sin embargo, en mi afán de perder lo mínimo de libros interesantes y para abrir más mi cultura en este "pasatiempo",  uno de mis propósitos lectores para este año es el hacer un hueco a nuevos campos en mi lista de lecturas. Tengo en mente alguna que otra biografía, algún libro que los llamados "autoayuda o superación" (esto es un reto personal porque nunca les he dado demasiado fama) y varios títulos de novela gráfica en la que ya he entrado desde comienzos de año.

Pero dentro de la novela como tal, busco también, como he dicho, temas que se salgan de los asesinatos en serie, policías y detectives, campos de concentración y demás referencias a mis libros de cabecera.

Para ello, indagando en el catalogo de Ebiblio, herramienta de la biblioteca general de mi comunidad a través de la que tomo prestados los ebook, di con "La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" de Mary Ann Schaffer (con ayuda de su sobrina Annie Barros), el cual estaba en la lista de candidatos desde que tiempo atrás mi hada madrina de los libros me recomendase la película. Tras leer el argumento y sin pensarlo demasiado (la tentación de los títulos de novela negra es grande) me decidí por él. 





"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" es una novela epistolar ambientada tras el final de la Segunda Guerra mundial en una de las islas del Canal de la Mancha, frente a Normandía. En ella se cuenta la relación que surge entre la escritora Juliet Ashton y los miembros de una pelicular sociedad literaria de la isla a través del intercambio de cartas.  Juliet está buscando un tema para su próxima novela y será mediante estos correos, cuando la necesidad de saber más acerca de los habitantes de Guernsey le haga estrechar lazos con la isla. 





Como suele pasar con las novelas escritas a través de cartas, su lectura es fácil aunque hay que cogerle el tino para no perderse en el cruce de remitentes y destinatarios, sobretodo, cuando estos son numerosos, lo cual además hace que se cree un ritmo cómico que acompaña al ambiente de la historia (no es un libro con el que llores de la risa pero es cierto que tiene puntos que te sacan una sonrisa o una carcajada, y lo dice alguien a quien no es fácil hacer reír ni con un libro ni con una película). 

Personalmente, si he de destacar algo, son, sin duda los personajes. Schaffer ha creado un elenco fácil de imaginar como habitantes de una isla donde la guerra ha minimizado el contacto con el exterior o a una peculiar escritora, sentada ante su escritorio escribiendo carta tras carta. Tanto los paisajes como los isleños, cada uno con su personalidad, resultan cercanos, campechanos, tejiendo entre ellos una relación más allá de la de vecinos.  En mi mente se han dibujado de una forma tan real que, si algún día veo la película, creo que me sentiré estafada. 


El trasfondo que Mary Ann Schaferr ha mostrado de forma muy sutil no se puede dejar de lado. Una guerra que apenas acaba de terminar y que los habitantes de Guernsey rememoran para Ashton, un amor con alguien del bando contrario, un feminismo muy presente durante toda la novela en la imagen de la escritora (que fantástica la evolución  de su relación con Mark Reynolds), la homosexualidad.... todo ello sin profundizar, lo cual puede parecer un "quiero y no puedo" aunque en mi opinión está hecho de una forma muy inteligente para presentarlo a través de un libro cuyo carácter es dulce, agradable, y seguramente en algún momento par más de uno "pasteloso".  Libros que traten todos los temas que acabo de citar hay muchos, más y menos duros, pero a veces hace falta que alguien los presente así, como sin querer, dejando caer pinceladas a través de un cuadro bonito al que hay que asomarse para ver más allá. 


"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" no es un libro que me haya marcado especialmente y no estará entre mis libros favoritos, pero si que será uno de los que recomiende a mas de una persona que quiera una lectura diferente para llevar la mente a una pequeña isla con acantilados donde los vecinos entren y salgan de sus casas sin tener que llamar y donde el sentido de la supervivencia (física y anímica) les haga inventarse un grupo de lectura con nombre tan cómico como atrayente. 

viernes, 16 de noviembre de 2018

No soy un monstruo -- Carme Chaparro


Hay momentos de la vida en que leer un determinado libro es sufrir y disfrutar a la vez, es luchar entre las ganas de terminarlo y el querer alargar su lectura en el tiempo para saborear todas las sensaciones que te está transmitiendo.

"No soy un monstruo" de Carme  Chaparro ha sido mi particular lucha entre el querer saber mas y el querer terminarlo para no seguir sufriendo, lo cual ya dice mucho de lo intenso que ha sido.

Carme Chaparro, presentadora de informativos en Telecinco, es la autora de esta novela, Premio Primavera 2017. Como ya he comentado en otras ocasiones el hecho de que el autor de un libro sea un rostro conocido de la televisión suele repelerme. Esta vez  han sido los numerosos comentarios y opiniones positivas y extraordinarias las que me han dado el impulso además de un argumento que ya a priori, fuera cual fuera el autor, me atraía.


"No soy un monstruo" nos introduce en la desaparición de un niño en un centro comercial, mismo lugar y misma situación ocurrida tres años antes. La inspectora Ana Arén será de nuevo la encargada de intentar encontrar al pequeño y descubrir si realmente un secuestrador de niños amenaza la zona.  Cada capitulo está protagonizado por un personaje: Ana, inspectora; Inés, periodista; Joan informático; Nori, policía ......  
Esta variedad hace que el lector vaya descubriendo diferentes aspectos de una misma historia de manera dinámica y rápida pudiendo atar cabos incluso antes de que el resto de los protagonistas conozca la información.

La desaparición de un niño es un tema con el que es fácil empatizar y muy malo debería ser el autor para que el lector al menos no sintiera ese hueco en el estomago que a la inmensa mayoría de personas de este planeta se nos pone cuando leemos o vemos en las noticias un caso de este tipo. Sin embargo hay una diferencia muy grande entre sentir empatía y sufrir realmente, sentirlo en tu propia piel. Carme Chaparro no te hace lector o espectador de su historia, te hace parte de ella.

Supongo que el hecho de ser madre y estar leyendo sobre un posible caso de pederastia con dos niños en la habitación de al lado ha influido mucho a la hora de sentir y "sufrir" la novela, pero no le quita merito a la forma en que la narración te traslada y te hace vivir el desasosiego de una madre que de repente se da cuenta de que la mano de su hijo ya no agarra la suya, la desesperación al sentir que se ha volatizado como si su presencia no hubiera existido nunca o la locura que te puede invadir al recordar que un caso parecido ocurrido años atrás nunca tuvo un desenlace.

El caso es que me ha ocurrido con "No soy un monstruo" lo que hacia años que no me ocurría (posiblemente desde que mi tiempo para la lectura disminuyó por la maternidad): lo leí en dos noches. Tal cual. Dos noches en las que rezaba para que nadie llorase en la cama de al lado y me obligase a abandonar mi libro y en el que he robado horas a mi ya de por si breve sueño.
Pero la ocasión lo merecía.

Por un lado el libro te engancha. La desaparición de Kike es la puerta para que entres de lleno en una carrera a contrarreloj para atrapar a esa persona que al parecer se dedica a secuestrar niños con fines que no conoces pero que tampoco necesitas saber. El avance de la historia y las novedades que conlleva (como odio tener que escribir sin destripar nada) te mantienen el corazón en un puño mientras que las relaciones entre los personajes principales te hacen sentir parte de ese grupo de personas que de alguna forma se unen para aclarar la situación. Pero, por  otro lado, lo que más te atrapa es el miedo, la rabia, la tensión y la desesperación que emana. En una ocasión me descubrí a mi misma leyendo con el cuerpo en tensión, tumbada en el sofá con la cabeza erguida, las rodillas flexionadas , las manos apretando el ebook mas de lo necesario y leyendo de manera desesperada. En otra ocasión tuve que dejar de leer porque sólo quería irme a la cama y abrazar a mis hijos sintiendo el dolor de una madre irreal que acababa de ver como su vida se detenía. Hasta tal punto lo hace de bien Carme Chaparro.


Por eso decía antes que leer "No soy un monstruo" es disfrutar y sufrir a la vez. Leerlo me ha costado mucho y si no lo he dejado ha sido porque es demasiado bueno. Sabía que o lo leía del tirón o iba a alargar el sufrimiento más de lo necesario. Si quería saber que ocurría, si quería leerlo, tenia que ser rápido para acortar el tiempo y los miedos que produce la historia.

El ritmo rápido en un libro es una de mis debilidades y en este caso no es para menos porque además de rápido es inteligente y la historia esta atada por todos los lados sin dejar hilos suelto.  ¿Qué se le podía pedir mas? Un final que te deja con la boca abierta delante de la última línea, porque esa es otra de las cosas con las que a mi se me ganan, que hasta en el último párrafo la sorpresa exista y cuando termines de leer el punto final que cierra la novela tengas que releer de nuevo las ultimas líneas para encajar ese golpe de derecha que te ha dejado KO. Si además este último golpe tiene sentido y no es un burdo intento de que el libro deje algo de calado en quien lo lee, ¡bravo!


"No soy un monstruo" al igual que la desaparición de un niño te atrapa, te remueve y se te mete en las tripas. Y en eso consiste, al menos para mi, saber escribir bien. Contar algo hasta hacerlo propio de quien lo lee no es fácil y pocas veces se consigue con la intensidad que Carme Chaparro lo ha conseguido. Un libro para quienes no les importa sufrir durante una lectura excelente.





miércoles, 22 de agosto de 2018

El escondite - Trezza Azzopardi

Hay libros de los que te gusta y te atrae mas su historia, como nacieron, donde aparecieron o el como llegaron a ti que la propia historia que narran. Libros que te pueden gustar mas, menos o que te resulten indiferentes pero que tienen su propio camino.

Nunca había oído habla de "El escondite" de Trezza Azzopardi y sin embargo estoy segura de que estábamos destinados ha encontrarnos. 

Lo estoy primero por el lugar en que nos conocimos, uno de esos lugares que a cualquier lector y amantes de los libros le parecerá el mejor para una primera cita a ciegas: Cuesta de Moyano, en Madrid. El sitio, durante mucho tiempo pendiente en mi lista de cosas por hacer en alguna visita a la capital, es digno de una entrada única y exclusiva para él en este blog que espero algún día poder hacer. De adelanto solo lo recomendaré con el mayor de los énfasis para pasar un buen puñado de horas entre sus montañas de libros y olvidarse de que estas en una ciudad como es Madrid. 

El caso es que buscaba sin saber que, algún título que llevarme como recuerdo de mi primera (que no única) incursión en este pequeño país de las maravillas literarias. Hojeaba y miraba algún que otro libro pero ninguno era.... y de repente lo vi. 

Un ejemplar en buen estado pero con signos de haber vivido. Páginas ligeramente ocres, portada sin el brillo ni la tersura de los recién nacidos. Un libro que ha tenido otra historia. Y esa portada que ya tenia algo de magia. "La madre migrante" de Dorothea Lange. Una foto que me ha gustado desde siempre por su intensidad elegante, sin estridencias, un dolor tan sutil que ya no parece ni dolor. Cuando comencé a leer el argumento... "lo comparan con "Las cenizas de Ángel" de Fran McCourth" ¿Podía ser cierto? Uno de mis libros de cabecera desde hace años, de mi lista de imprescindibles... Sin apenas seguir leyendo estaba decidido. 7 Euros. ¿Que más podía pedir? Podía pedir que cuando se lo conté a mi hada madrina de libros me dijera: "Si, no lo he leído pero lo conozco. Tiene muy buenas criticas". Bingo. "El escondite" y yo nos habíamos conocido. 

Trezza Azzopardi narra en primera persona los recuerdos de Dolores, Dol, durante su infancia dentro de una familia de la comunidad maltesa en los bajos fondos de Gales. Junto a sus 5 hermanas mayores, vive con su padre, un jugador, pendenciero y violento y su madre, una mujer abrumada por la pobreza y la falta de ayuda de su marido lo que hace que la vida se le haga grande. 

Pero "El escondite" no es la historia de una familia sin más. Desde el actual momento, con el aviso de la muerte de su madre, Dol rememora su infancia treinta años atrás abriendo así el cajón de los recuerdos, mostrándolos primeros con su visión infantil e inocente para ir descubriendo a través de los encuentros con sus hermanas y con el barrio donde vivió la cruel realidad en la que se crió. 

Se nota que la autora conoce el ambiente que descubre ya que ella misma nació en los 60 en Cardiff, aunque deja claro que no es una autobiografía, lo que hace que la historia  se te pegue a la piel como la suciedad de las calles del barrio, que el ambiente festivo aunque impostado de licores y prostitutas del Moonligth resuene y que el gris de la casa de Dol aparezca ante tus ojos mientras lo lees. Las descripciones son fabulosas sin resultar pesadas al igual que los diálogos, cortos y concisos pero con una gran carga detrás donde se intuye lo que no se dice.  

Tras acabar "El escondite" me ha quedado la sensación de no haber leído todo, de haberme dejado entre lineas situaciones, por lo que no descarto la posibilidad de releerlo ya que, en la segunda parte del libro donde la Dol ya adulta se encuentra con sus hermanas, los recuerdos se van destapando y la primera parte del libro adquiere matices más claros con los que la historia termina de verse más nítida.

La pobreza, la mano de la mafia, las desgracias acumulada, las relaciones familiares en entornos hostiles,la infancia perdida.... Desde un drama sutil que solo al final se dibuja del todo (o casi porque no llegan a describirse pero si que el lector tiene todos los datos para conocerlo) Azzopardi habla de la memoria y de las herramientas del ser humano para protegerse. 

Este es un libro de la bajada de la protagonista a los mas hondos secretos y autoengaños de su mente, de los recuerdos que van asomando entre las grietas y del dolor oculto. 

Un libro para leer con los cinco sentidos puestos en él.


jueves, 7 de junio de 2018

"La bruja" - Camilla Lackbërg


Cuando te enganchas a una saga literaria, en la que cada libro presenta una historia que se cierra aunque mantengan los mismos personajes, hay un alto número de probabilidades de que termines  aburrido ya que por lo general la trama, forma de desarrollar los acontecimientos y el estilo terminan siendo prácticamente idénticos.

Cuando descubrí La Princesa de Hielo, el primero de la saga “Los crímenes de Fjallbacka” de Camilla Lackbërg, me enganché totalmente a estas novelas de thriller y misterio en las que sus personajes principales Erika Falck y Patrick Hedström se involucran en la investigación de asesinatos y descubrimiento de secretos. Este primer libro fue un auténtico boom que hizo que los siguientes los fuera leyendo al mismo tiempo que se publicaban, ansiosa por disfrutar de los nuevos casos que se presentaban.
Sin embargo conforme avanzaron (creo que concretamente a partir del cuarto libro) el interés que me producían era meramente de entretenimiento sin más, ya no había grandes sorpresas y en general me parecía estar leyendo la misma historia cambiando simplemente algunos aspectos generales.  Eran libros que me gustaban porque se leían fácil, entretenían, conocía a los personajes y siempre estaba ese punto de misterio de: “¿Qué es lo que ha pasado y por qué?”. Pero las ansias y la sorpresa con que devoraba los primeros desaparecieron al mismo tiempo que aparecían verano tras verano los nuevos títulos.

Sin embargo, a veces ocurren cosas maravillosas, y tras un parón de tres años en el que Lackbërg nos ha tenido en sequía, este 2018 por fin, llegó “La bruja”. Y no digo por fin por el tiempo en que hemos tenido que esperar, si no, porque de nuevo han vuelto la sorpresa y el misterio, las ansias de seguir leyendo y descubrir que ha pasado, las ganas de desvelar el final.

No tenía ninguna prisa en leerlo. Mi situación de madre de mellizos y el desencanto que arrastraron sus últimos libros me hacían tenerlo en mente para “algún momento”, nada parecido a años atrás cuando el libro me quemaba entre las manos.  Sin embargo, como tantas otras veces, el destino hizo que sin yo quererlo me encontrara con la edición grande en casa y puesto que el poco tiempo que tengo para leer lo quiero dedicar a algo sin más expectativas que desconectar decidí comenzarlo. Gran idea.

La apacible ciudad sueca de Fjallbacka se despierta un dia con la desaparición de Nea, una niña de cuatro años. La escritora Erika Falck y su marido el policía Patrick Hedström se adentran en la investigación de este caso que se ve extrañamente relacionado con otro ocurrido hace más de 30 años y con el que a priori no tiene nada que ver.


Las líneas principales de la novela son similares al resto de la colección. De nuevo Camilla Lackbërg nos presenta una historia que se narra de forma paralela a no una si no dos del pasado (creo que es la primera vez que esto ocurre): el caso ocurrido hace 30 años de forma que el lector puede jugar a unir cabos e intentar relacionar ambos casos al mismo tiempo que lo hacen los protagonistas de la historia actual y una segunda ambientada en el siglo XVII.

Los personajes, relacionados siempre entre si por líneas familiares o sociales, van mostrando sus secretos, debilidades y sombras al tiempo que el libro avanza. Lo que ahora parece más tarde ya no es. Todo contiene el sello de la escritora noruega.

Puedo decir además que es el primero de los libros en el que descubro que es lo que ha pasado antes de que me lo cuenten. Supe la relación de pasado y presente, supe quien había hecho qué y por qué y supe como se iba a descubrir. En ese sentido me sorprende que realmente sea asequible deducirlo y tal vez el hecho de que las cosas ocurren esta vez con un motivo y no porque si, es lo que hace que sea más fácil para el lector ganarle el terreno a la intrépida escritora y el equipo de policía.


¿Por qué entonces este libro ha vuelto a ser un repunte dentro de la monotonía a la que me tenía acostumbrada?

Tras pensarlo creo que los tres años que ha tardado en escribir “La bruja” en comparación con el ritmo al que estábamos acostumbrados (un libro por año implica en general coger una línea que ha funciona y simplemente seguirla para darle a la industria lo que pide sin más) ha servido para dar una historia más rica, más trabajada, donde los personajes han vuelto a ser enrevesados y donde las cosas no ocurren simplemente porque si (uno de las grandes decepciones que tenia últimamente en sus novelas). Las cosas ocurren por un algo, un desencadenante, un porqué. El ritmo vuelve a ser atronador cuando es necesario, cuando se descubre una pista que te lleva a otra, pero en los momentos en que la historia necesita de un descanso para no resultar torpemente apabullante los hay, y en ellos también se encuentra información de interés que hace que la tensión vuelva a coger ritmo.

Además, considero altamente importante y aplaudible que por primera vez Lackbërg ha introducida en su novela problemas de la sociedad actual integrándolos de forma inteligente y reivindicativa. Me refiero a la presencia y al papel en la historia de los refugiados sirios que llegan a Fjallbacka y que intentan integrarse en la sociedad sueca desde su campo de refugiados. Karim, Adnam, Amina… sufrirán también las consecuencias de “La bruja” y se verán envueltos en la desaparición de Nea.

En “La bruja” realmente no hay ninguna bruja, de ahí que una de las frases promociónales del libro haya sido “No te fíes del titulo ni de la portada. El libro no es lo que parece”. Sin embargo me parece una elección de título inteligente porque lo que si que hay es una caza de brujas, en muchos aspectos, en las tres historias que narra.

Como siempre con esta escritora te recomiendo este libro si te gustan las novelas policíacas, thrillers, misterios, historias sin resolver…. Entretenimiento fácil pero que te engancha, sin más objetivo que el de pasar un buen rato imbuido de lleno en él.

Bravo Lackbërg por esta última novela. Y si para seguir con este nivel tengo que esperarte tres años de nuevo…. Que así sea.

domingo, 21 de enero de 2018

"Eres una madre maravillosa" - Lucía, mi pediatra - Lucía Galán Bertrand

Cuando vas a ser madre, durante los nueve meses que (casi siempre) dura el embarazo, a las mujeres
nos llegan multitud de consejos, reflexiones o informaciones por distintos canales. Desde las matronas con sus clases de preparación al parto donde dan las pautas más necesarias para la llegada del nuevo bebe hasta las amigas, bueno o cualquier mujer con la que hables, que han pasado ya por esta etapa, sin dejar de lado todas aquellas fuentes a las que tenemos acceso hoy en día, libros, revistas, webs o apps que en un solo click te resuelven cualquier duda.

Sin embargo, da igual, no importa la cantidad de experiencias que te hayan contado, todas diferentes y con sus toques personales, ni el número de libros que hayas devorado para llenar los huecos que hasta ahora tenias…. Cuando el momento llega, nada de eso hará que seas una experta, porque solo tu propio paso por este momento y lo que tú vivas y como decidas vivirlo será lo que te haga ir descubriendo los grandes secretos que conlleva la maternidad.

Como madre reciente (supongo que 18 meses son suficientemente recientes o al menos a mi aún me parece estar en prácticas), fui de esas principiantes que, al contrario de lo que pensaba que me ocurriría, me alejé bastante de los libros y apenas abrí los correos de todas las webs sobre embarazo y cuidado infantil a las que me inscribí al saber que iba a tener hijos. Aún a dia de hoy me resulta raro, ya que desde siempre el tema de la maternidad me ha atraído y fascinado y ahora que lo estaba viviendo  lo normal hubiera sido aprovechar para investigar y empaparme. Sin embargo es cierto que también soy una persona que huyo de los libros de autoayuda, de los consejos generalizados…. De todo aquello que implique ser un número más. Puede que ahí este el porque.

El caso es que solo tuve un libro de cabecera durante los pocos meses que mi embarazo duró, el famoso: “Qué se puede esperar cuando se está esperando”, prestado por mí hada madrina de los libros lo cual le otorgaba aún más simbolismo. En él iba comprobando como mi cuerpo mes a mes cumplía con los avances que de él se esperaban, sin más. No me estudiaba ni anotaba los consejos finales sobre como tendría que cuidar a mis bebes cuando llegarán ni curioseaba con la última parte en la que hablaba de cómo cambia la vida de una mujer cuando se convierte además en madre.

Sin embargo, yo, ajena a estos libros sobre amor y cuidados maternofiliales me he ido sintiendo atraída desde hace meses por el ahora número uno “Eres una madre maravillosa” de Lucía, mi pediatra. No, no es mi pediatra, ni “mi pediatra” es su apellido, pero no habrá madre o embarazada que ya no conozca así a Lucía Galán Bertrán.

El principal motivo que me llamó la atención cuando oí hablar de él por primera vez fue su título: “Eres una madre maravillosa”. Vosotras, madres recién paridas, novatas, principiantas… Decidme: ¿a quien de vosotras al oír esa frase no le entra una tranquilidad y una emoción desde lo más profundo de su ser?.
En las semanas que mis pequeños estuvieron ingresados al nacer, una enfermera me dijo esa frase mientras ejercía el método canguro con ellos, y a mi que por entonces poco más podía hacer por ellos  que estar arropándolos, se me llenaron los ojos de lágrimas. Descubrí en aquel momento el bálsamo que puede ser esa simple frase.
Desde entonces he oído, por suerte, esa frase en varias ocasiones, y el efecto es siempre el mismo.

Si fue “Lucía, mi pediatra” quien eligió el título no lo sé. Sospecho, después de haberla leído y haberla conocido más a través de sus redes sociales, de su filosofía como pediatra y como madre, que sí. Primer acierto y éxito. Todo lo que hay dentro del libro se refleja en esa simple frase que tal vez, para según que ojos, pueda resultar un título “moñas”, edulcorado, empalagoso o cursi. A vosotros que pensáis así me voy a permitir deciros algo que tal vez no os guste: No tenéis ni puñetera idea lo que es pasar por la maternidad.

Al lío que me voy por las ramas…

En “Eres una madre maravillosa” no encontraremos consejos sobre como cambiar el pañal, como hacer que el bebe eche los aires o cuales son los métodos más exitosos para hacer que duerman. No encontraremos tampoco información sobre vacunas, sobre el cuidado de los puntos tras el parto, ni de cómo recuperar la figura. Sin embargo encontraremos todo aquello que nadie nos dice, que todas pasamos y sentimos, y que a veces dudamos de si no seremos el único bicho raro al que le está pasando.

Historias vividas por la Lucía pediatra, la Lucía mujer y la Lucía madre sirven para avanzar en este libro. Historias duras, otras de esperanza…. Pero todas reales, de padres reales como ella, espejos en los que nos sentimos reflejados y con las que nos da herramientas e ideas para que las tomes y desarrolles en un momento de necesidad o simplemente para que digas: “Esto mismo me pasó a mi”.

En “Eres una madre maravillosa”, Lucía Galán habla, entre otras muchos y variados temas,  del sentimiento de ser madre, del amor tan intenso que te abarca junto al cansancio que te cubre muchas veces; del miedo que te puede llegar a ahogar; habla del postparto, ese aún gran tabú en nuestra sociedad y donde no siempre todo es rosa; de la diferente forma de querer que tenemos padres y madres (interesantísimo capítulo de obligada lectura); de la necesidad de las madres de encontrarnos de nuevo a nosotras mismas y nuestro espacio sin sentirnos culpables; del esfuerzo que hay que hacer para regresar a ser además de madre, mujer, trabajadora… de la conciliación laboral… y no morir en el intento; del cuidado de los pequeños sin entrar en consejos mascados y de la necesidad de estar ahí para ellos sin convertirlos en nosotros.

Sus capítulos cortos, sencillos y naturales, contados como una amiga te puede estar contando una experiencia que ha vivido u oído hacen que pases las páginas sin apenas darte cuenta (seguramente Lucía también ha pensado en el poco tiempo que tenemos las madres y en el cansancio que no nos permite aguantar demasiado leyendo y de ahí la facilidad que nos ha dado al escribirlo. Gracias Lucía ;) ). La cercanía sin dejar que el lado más técnico y profesional de su vida se haga protagonista lo que lo hubiera convertido en un manual más, es seguramente su carácter dominante, fiel reflejo de ella, como se puede comprobar a nada que veas alguna de sus intervenciones televisivas o indagues un poco en su Instagram o Facebook.

He de decir que, al contrario que el título, me chirría mucho la foto de portada. No me gusta directamente. Me desentona con la naturalidad del título, una frase tan de entre amigas con una foto para mi gusto excesivamente artificial, posada, poco creíble….. es mi único pero.

En el hospital antes de dar a luz y los días que estas ingresada, recibes consejos por parte del personal médico, a veces hasta un kit con productos y guías con información. Todo eso está muy bien, pero señores médicos, señores “mandamases” quienes quieran que sean que deciden estas cosas… si alguno está leyendo esto (que lo dudo), por favor, piénsense muy seriamente regalar a toda madre a punto de parir, pariendo o recién parida este libro. Les aseguro que pocas ayudan podrán darle mejores y más reconfortantes que esta a unas mujeres que están a punto de vivir la experiencia más bonita, desconocida y dura de su vida.
Hasta que decidan hacerme caso y aportar esa ayuda a las madres novatas, yo personalmente, tomaré “Eres una madre maravillosa” como mi regalo de cabecera para las mujeres cercanas e importantes de mi vida que vayan a ser madres, porque, tengo la sensación, de que pocos regalos, consejos o historias, les darán tanto aire tanto como lo hará este pequeño y simple libro.

Lucía es pediatra por vocación, lo dice y lo transmite. Sus charlas en congresos están siempre repletas y siempre consigue grandes críticas entre lagrimas emocionadas. Las firmas de sus libros son siempre un éxito. Y su imagen allá donde la veas es con una sonrisa real que no engaña.

Lucía ha conseguido que un libro que ayuda emocioné. No sé la de veces que lloré leyéndolo, y eso que me duró dos días (un récord desde que soy mamá). Su libro, es un libro que aconseja sin dar consejos, que acompaña, que reconforta, que te dice: “Eres una madre maravillosa” y, lo que es más importante y dificil de hacer…. te lo crees.

Gracias Lucía, mi pediatra

 FRAGMENTOS DESTACADOS

“Los besos se dan sin pedir permiso, los gestos de amor también”.
“Hay momentos en los que el mundo se detiene. Y se detiene para que tengamos unos minutos más. Son oportunidades que nos da la vida. Aprovéchalos”.
“Hombres y mujeres llevamos ritmos diferentes, velocidades diferentes y, por supuestos, sentimos diferente”.
“Si la gente escuchara más nuestros suspiros y menos nuestros palabras”
“Tenia miedo porque el miedo es libre, porque aunque lo racionalicemos, cuando se presenta, se apodera de nuestra razón”.
“Es tu vida, es tu maternidad y es tu profesión, todas ellas insustituibles por nadie que no seas tu misma”.

miércoles, 3 de enero de 2018

"El libro rojo" --- Ann Hood

Comencé a leer “El hilo rojo” de Ann Hood hace unos tres años y lo he terminado ahora. Cuando lo 
comencé el momento en el que mi vida se encontraba era demasiado delicado en ciertos aspectos comunes con su argumento como para poder disfrutarlo. Es más, era casi una tortura. Así que cuando llevaba unas 20 páginas y con frustración porque veía que podía gustarme decidí apartarlo, reservarlo.
Tres años después y con una vida muy diferente a la del primer momento en que lo abrí, supe que había llegado el momento de darle una segunda oportunidad. No me equivoqué.

“El hilo rojo” presenta dos escenarios paralelos. Por un lado, situado en Estados Unidos, cuenta la historia de una agencia de adopción y las familias que en ella están viviendo los pasos para adoptar niñas chinas. En el lado contrario, nos cuenta las diferentes situaciones que han llevado a los padres biológicos de esas niñas a separarse de ellas.
Basándose en una leyenda china del mismo nombre que su título (según una creencia oriental milenaria, desde nuestro nacimiento un hilo rojo nos conecta con aquellas personas destinadas a ser importantes en nuestra vida, como nuestros hijos), “El hilo rojo” nos adentra en las ilusiones y los miedos, la frustración y la alegría, la esperanza y el desconsuelo al que se ven sometidos tantos padres antes de tener entre sus brazos a sus hijos, procedan de donde procedan.

El hecho de que “El hilo rojo” narre el proceso por el que pasan sus personajes es solo el motivo argumental por el que el libro te invita a seguir leyendo.
De soslayo en la parte americana nos encontramos con varias historias a medias, que nunca se cuentan del todo pero que están presentes condicionando los actos de los personajes: el pasado de Maya, directora de la agencia, y que es un fantasma que la acompaña a lo largo de todo el libro; la culpabilidad de Susannah o el miedo de Theo, por poner algunos ejemplos.

En la parte oriental nos adentra en la injusticia y la crueldad, el dolor de una separación, el asumir responsabilidades o en el tomar decisiones a veces insufribles a través de los padres de las niñas chinas destinadas desde su nacimiento a una vida muy lejos de donde vieron la luz por primera vez. Nos presenta una variedad de historias donde la autora nos muestra que, pese a ambientarse en una tierra con un alto número de niñas abandonadas, hay muchos y variados motivos para que unos padres decidan separarse de sus bebes, siendo, es verdad, en la mayoría de los casos razones injustificables y absurdas, aunque no por ello se olvida de aquellos casos en los que los progenitores anteponen el bienestar de sus hijos aun cuando eso signifique para ellos la tristeza más intensa.

“El hilo rojo” es un libro sentimental pero real, ambientando en un contexto que la autora conoce bien: tres años después de la muerte de su hija biológica adoptó a una niña china.  Por ello seguramente no solo las situaciones y el proceso de adopción resulta tan creíble si no que los sentimientos son tangibles, cercanos, propios, y hacen que a lo largo del libro no puedas evitar emocionarte hasta el punto de las lagrimas (en mi caso muchas, lo reconozco).

No es un libro este recomendable para todo el mundo, lo reconozco. Una historia sensible, sin grandes sorpresas destacables, con mucho sentimiento, tanto que muchos considerarán “moñas”. Este libro entra dentro de la lista de aquellas lecturas destinadas a personas muy concretas, no solo a aquellas que están viviendo dificultades para ser padres, que lo doy por hecho y lo recomiendo incansablemente, si no a aquellas que quieren leer sintiendo, una lectura desde el fondo de las tripas.

Esta novela podría resultar un drama sin ningún otro aliciente, una serie de historias sensibles con un fondo duro. Sin embargo tiene algo que la convierte en algo más, algo parecido a un libro de autoayuda sin consejos directos (yo tan reacia a estos libros lo agradezco), a un viaje a los sentimientos más profundos. Diría que ese algo más es la dulzura que se desprende, y es dificil de explicar para que se entienda bien, pero al leerlo y ahora después de haberlo “rumiado” un tiempo, tengo la sensación de saber que Ann Hood lo escribió de verdad, vaciándose, poniendo en cada palabra su historia para, seguramente, intentar dar esperanza y transmitir que todo pasa por algo, hasta aquellos momentos donde solo vemos oscuridad.



martes, 12 de septiembre de 2017

"No volveré a tener miedo" - Pablo Rivero

Desde hace algunos años, el auge de los thriller o novela de suspense ha sido notorio debido en gran
parte al descubrimiento de autores nórdicos como Camilla Lackber (La princesa de hielo), Marie Jungsted (Nadie lo ha visto), Stieg Larsson (Millenium), Lars Kepler (El hipnotista)…. Parece, de repente, que nos hemos olvidado de que la novela negra ha existido siempre con nombres tan conocidos en sus portadas como Agatha Christie, Manuel Vazquez Montalbán o Sir Arthur Ignatius Conan Doyle.
 
La diferencia entre unos y otros, cada uno en su época radica, a mi parecer, en que con el paso del tiempo la novela negra ha adquirido tintes mucho mas macabros llevando el suspense al límite (muchas veces para cruzarlo) del terror y los escenarios se han tornado mucho mas rudos y crueles no siendo aptos, en unas novelas de una formas más continuada y en otras sólo de forma esporádica, para estómagos delicados.
Supongo que como en todos los ámbitos de la vida la novela se ha adaptado a la sociedad en la que vivimos en la que el nivel de violencia en todas sus formas que nos rodea es ahora mucho más explicita y simplemente común de lo que podía ser en la época de Agatha Christie por ejemplo. Por ello tal vez a aquellos que están acostumbrados a leer hoy en dia las últimas novedades literarias de este género un libro de la célebre autora les parecerá, pese a tener un argumento interesante, soso y hasta aburrido.

Todo esto lo llevo mascando yo desde que he terminado “No volveré a tener miedo”, de Pablo Rivero o Tony Alcantara como podría haber estado destinado a ser conocido (al menos hasta otro nuevo gran papel) por la inmensa mayoría de españoles de no haber escrito este libro.

Tengo una especial animadversión a interesarme por libros escritos por personajes televisivos, especialmente presentadores/personajes conocidos de prime time, pero también englobo a actores, periodistas…. (para muestra… click aquí). Ya me demostró una vez el karma que esta animadversión mía tendría que tener un filtro (y creo que en ello estoy) cuando leí “Los besos no se gastan” de Raquel Martos, Y ahora de nuevo, aparece una novela escrita por un actor, eso si, de los buenos y con futuro, de los que no he aprendido el nombre por aparecer en la prensa rosa o en los programas del corazón, y me quedo sorprendida rascando los pocos ratos que mis “Mellizos los fieras” me dejan para racanear alguna página (el que haya aparecido justo en vacaciones ha ayudado bastante a poder acabarlo en tiempo record) y poder resolver alguna de las mil dudas que desde la primera página me fue creando hasta terminarlo en tan solo cinco días (Aleluya!! Los cielos se han abierto y he terminado un libro en menos de seis meses!!! (Razón aquí).

“No volveré a tener miedo” es un thriller, novela de misterio, suspense, intriga…. Todo ello en una línea de tensión constante que pocas veces se debilita en la que narra los últimos siete dia de los miembros de una familia antes de ser asesinados mientras duermen. No desvelo nada porque precisamente ese final es el principio.

Cuatro personajes principales con más sombras que luces, que viven esa semana luchando contra sus propios demonios mientras intentan no chocar con la realidad que les rodea. Un padre que desaparece cuando nadie lo esperaba, una madre atada al recuerdo y a la espera de ese marido al que une algo mas que un matrimonio, dos hijos: Raúl, adolescente obsesionado con lo gore y el odio a todo lo que le rodea y Mario, el pequeño, asustadizo y dependiente de la figura paterna. Un pequeño enjambre en el que cada uno vive como puede o como sabe ese momento de resquebrajo familiar, de secretos que pulsan por salir, de intimidades que se intuyen pero no se conocen.

El ambiente que se desprende de “No volveré a tener miedo” es para mi lo mejor que ha conseguido Pablo Rivero al escribirlo. No es fácil conseguir que esa atmósfera lúgubre, enfermiza casi tóxica que relata traspase las palabras pero Rivero no se ha cortado a la hora de describir y mostrar el lado más desagradable de las obsesiones y los miedos de los personajes sin ahorrar en detalles y descripciones de sus acciones (vuelvo a ese punto en el que en algun momento habrá personas que no podrán seguir leyendo o saltarán renglones). Las miserias, la falsa realidad y los secretos más sórdidos van apareciendo a lo largo de los capítulos a la vez que los personajes van desarrollando sus habilidades para escapar de ese claustrofóbico estado en el que se encuentra su casa, su familia.

Otra clave a destacar: Las continuas referencias a la época de los 90 ( las canciones de Nirvana sirven de pauta para el personaje de Raúl, por ejemplo, o los programas como ¿Quién sabe donde? o los recién descubiertos “Talk Show” que enganchan a  Laura, la madre) ayudan a situar la historia y será para muchos un aliciente durante su lectura.

“No volveré a tener miedo” es una historia obsesiva y obsesionadora que te atrapa, sin duda, bien creado y pensado. Sólo le pondría dos peros, pocos para ser la primera, los justos para pensar en pulirlos con la experiencia y la tranquilidad que posiblemente le darán a Pablo Rivero las próximas novelas que escriba.

El ritmo de la novela, in crescendo no deja respirar al tiempo que hace que quieras saber más, aunque … personalmente la primera parte me pareció algo repetitiva, tal vez demasiado mascada para alargar una presentación que podría haberse reducido condensando el interés y haciendo que el lector “pique” sin necesidad de darle más vueltas a lo mismo, lo suficiente para seguir leyendo. En esas primeras páginas tal vez debería haber aplicado aquello de que “menos es más”. Al contrario, el final, que como fin del misterio no defrauda, me dejó la sensación de haber sido escrito demasiado rápido, desplumando una historia que había ido dejando gotitas por el camino de una forma para mi gusto demasiado explosiva, sin dar las explicaciones necesarias para redondear un argumento que tiene sentido pero para el que el lector, una vez llegado aquí, se merecería saber más. Tengo la sensación de haberme dejado sin leer alguna página, algún fragmento, algo…. Porque todo ocurre, así, boom, de repente, ya está, esto ocurría, así terminaron asesinados, y ya, no hay más…

Solo dos “peros” en un novela de alto voltaje, hecha para los que hemos leído demasiados libros policíacos, de misterio, supense…. Y necesitamos ese punto tal vez algo gore, otros consideraran “asqueroso”, pero fuerte si, que te hace incomodarte mientras lo lees al tiempo que continúas.

No puedo dejar de relacionar “No volveré a tener miedo” con los títulos de Federico Axat, “Benjamín”, “La última salida” o a Pierre Lemaitre con “Vestido de novia” o “Alex”.  Si has leído alguno de estos y te resultaron fascinantes, no dudes en leer “No volveré a tener miedo”, si no lo has hecho ya tienes otros títulos para apuntar.


Señoras, señores, tenemos nuevo nombre en los Thriller psicológicos, es español, y estoy deseando que publique su segunda novela. 

martes, 5 de enero de 2016

El último adiós - Kate Morton

 

En 1933 el hijo pequeño de una familia inglesa de alta clase desaparece sin dejar rastro. Setenta años
mas tarde, Sadie Sparrow, investigadora de Scotland Yard en un retiro forzoso, tropieza con el caso ya olvidado. La atracción que siente Sadie hacia la investigación hará que Alice, una de las hijas mayores de los Edewane, se vea obligada a revivir lo sucedido y destapar las apariencias familiares para resolver el caso olvidado.

Kate Morton lo ha vuelto a hacer.
Al igual que en “Las horas distantes” , “El cumpleaños secreto” o “El jardín secreto”,
su "combinación trifásica": época victoriana, secretos familiares y combinación paralela al contar la historia pasada y presente, vuelve a quedar hilada de forma sólida, compactada y argumentada, creando una novela que te atrapa y te mantiene en vilo el tiempo suficiente para querer seguir destapando los secretos familiares que rodean a los personajes.

Cuando un libro de misterio intenta tener varias líneas abiertas para tratar de despistar al lector o para finalmente unirse, se corre el riesgo de que cometer el error de aburrir o de complicarla lectura haciendo que se pierda el interés por el argumento central o que al terminar el libro se tenga la sensación de que en la visión global algunos de esos cabos han quedado perdidos en el aire sin sentido, siendo visible que eran puro y duro relleno.

En “El último adiós” todos los cabos sueltos, misterios que rodean a la desaparición de Theo, tienen una función dentro de la historia sea directa o indirectamente. Ese es uno de los grandes logros de Morton, crear una historia donde todos los personajes participan y tiene un papel determinado que encaja en la resolución del misterio.

Los secretos son sin duda el fetiche de Kate Morton, secretos familiares que traspasan la barrera del tiempo esperando que alguien, normalmente ajeno al circulo donde se han creado los descubra y tire de ellos para como en un juego de Katiuscas la verdad quede a la vista.

Los personajes, en su mayoría de gran peso femenino  (de nuevo otra característica “Morton”), son creíbles, humanizados en la constante lucha por ocultar sus demonios.
En este caso son Sadie y Alice quienes nos llevan por la historia alternando la narración y el tiempo, protagonistas ambas de sus propios miedos al pasado. Sin embargo es Eleanor, madre de Alice, quien para mi es la verdadera protagonista de la historia. A lo largo del libro conocemos a Eleanor hija, aventurera y fantasiosa que choca con su estricta madre; a Eleanor joven esposa, protegida y romántica en sus primera época de felicidad y amor junto a su marido; Eleanor madre afectiva antes de la guerra y Eleanor madre tras la guerra y vuelta de su esposo del frente. Es aquí donde la historia da un giro argumental y donde el personaje de Eleanor cambia sus matices, se torna fuerte e incluso arisca forzada por la nueva situación a la que tiene que adaptarse. (No quiero desvelar nada del libro pero quien lo haya leído lo entenderá y quien no tendrá que leerlo para comprobar que digo la verdad…..).

El ambiente de una Inglaterra victoriana donde no falta la mansión familiar en medio de un prado verde cercana a un frondoso bosque es el escenario perfecto para envolverte mientras lees. Las descripciones físicas y sensoriales son el remate final a una historia cimentada.

Se nota que Morton domina la combinación trifásica que he comentado al principio y le funciona, por ello seguramente no cambia la formula a la hora de escribir. De momento le sirve, mucho. Atrae, lo pruebas y convence. Mi duda es si podrá mantener este sistema durante mucho tiempo, sin innovar y sin sorprender. Por poner un ejemplo, Camila Lackberg domina el misterio nórdico, pero tras seis o siete publicaciones ya no esperas nada de ella y termina por convertirse en una lectura rápida donde el único misterio es descubrir que ha pasado pero sin disfrutar, sin vivir cada paso que se da para desentramar la historia, sin conocer a los personajes. Sota, caballo y rey.
Tal vez Morton, con sus libros mucho más trabajados y personajes de más calado sepa sobrevivir. Supongo que todo depende del nivel del autor a la hora de desarrollar y crear  la historia por mucho que siempre sea el mismo esquema.

Sólo hay una cosa que me patina en la historia. La casualidad final de Theo (de nuevo la dificultad de querer contar sin querer destripar…. Quien lo ha leído lo entenderá, quien no, me tendrá que creer…). Ese personaje que conocimos como un bebe desaparecido y que es el núcleo central alrededor del que gira la historia y que si, termina teniendo un final concluso. Pero…¿no podría Morton haber ideado algo menos “coincidente”?. Mientras me acercaba al final, ese momento en el que en la mente del lector ya se va montando lo que el autor ha ideado como final, mi subconsciente decía: no, no puede ser…. De acuerdo es un final válido, las piezas encajan, no queda nada en el aire y tiene sentido. Pero si durante todo el libro uno de los argumentos policiales que usa Sadie es que no cree en las casualidades…. ¿Por qué hace de ello Kate Morton el final de una historia tan bien creada?
Se lo perdonamos porque a esas alturas del libro el poso es mucho mas positivo que negativo, sin duda, y en líneas generales es un detalle nimio.

Sin duda, “El último adiós” no decepcionará a quienes ya conocen a la autora, y a quienes no pero busquen una historia donde adentrarse y sentirse parte de un misterio tampoco.


lunes, 30 de noviembre de 2015

La Santa - Mado Martínez

Un colegio de señoritas en pleno centro de los Picos de Europa, donde se da una educación victoriana
de élite, que contrasta con los modales y saberes populares de la zona asturiana, es el marco donde se encierra “La Santa”. Una serie de desapariciones entre las alumnas comienza a levantar un extraño ambiente en el internado, donde la aparición de la nueva profesores, Esther, será el punto clave para empezar a descubrir quien es cada personaje dentro de los hechos que están ocurriendo.

“La Santa” es un relato que, ambientado en un remoto paraje de los Picos de Europa, te imbuye en las creencias de espíritus, historias populares y miedos de otras épocas, donde nada es lo que parece y la duda sobre el pasado de los personajes y  los misterios que encierran las leyendas te acompañan durante toda la lectura.

El ambiente frío, en el cruel y duro invierno de los pueblos más cerrados de montaña, donde el sol no aparece y el blanco de la nieve sirve para enterrar secretos, hace que la narración se haga viva y colabora para que ese “noseque” que no te crees pero que esté ahí se haga más presente mientras vas descubriendo si el argumento que tienes ante ti es realmente cosa de brujas o si es la necesidad de creer para ocultar la realidad de los actos humanos el porque de los sucesos.

Dentro de la categoría de terror psicológico pero con aire victoriano en un entorno popular español que personalmente me ha descuadrado (no acabo de ver que una buena integración de los tres elementos: terror psicológico, estilo inglés, escenario de pueblo asturiano profundo y cerrado), “La Santa” mueve al lector en las líneas generales del suspense, tensión y miedo y dejando leer entrelineas pero de una forma muy inteligente el sexo, amor y drama. Son estos últimos tres elementos los que me han parecido más llamativos, ya que , no siendo el argumento ni el tema de la historia, Mado Martínez, consigue con unas escenas impactantes, duras y realistas que quede en el poso de su lectura y en las decisiones que tomarán los protagonistas. (Un ejemplo es la brutal escena en la iglesia entre Isabel y el profesor).

La excelente ambientación creada por la blancura gris de la nieve en el exterior y el cálido frío aislado en el interior del colegio envuelve la trama apoyados por unos personajes dispares que nunca dejan entrever realmente lo que son. Se mantiene así el hilo de suspense, angustioso en muchos casos, de no saber que ni a quien se tiene delante.

Con una narrativa elegante y una trama que se mantiene sin dejar cabos sueltos “La Santa” consigue mantener la tensión durante sus capítulos, que al ser breves hacen que la lectura sea ágil y voraz completando así el ritmo frenético de la historia que parece acelerarse conforme se acerca el final.


Sin duda "La Santa" es un libro para empezar a leer sin pretensiones, en las tardes frías de invierno, y dejarse atrapar poco a poco, si lo que se quiere es una lectura fácil pero buena, entretenida y cargada de misterio.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Todo un viaje --- Silvia Abascal

Nunca he leído biografías. No me atraen y tengo casi seguro que no conseguiría engancharme a ninguna de ellas.


Sin embargo, han sido varios factores, detalles o casualidades los que han hecho que me decidiera a leer "Todo un viaje" de Silvia Abascal sin necesidad de un esfuerzo previo.
La idea de leerlo la llevaba en mente hacia tiempo rondando en mi cabeza, pero fue su aparición hace poco en "El hormiguero" unido al fin de mi anterior lectura lo que le dio el pistoletazo de salida.

De mis amigas tres son ávidas lectoras como yo, no sólo eso, para las tres la lectura es un mundo aparte, y las tres coincidimos en un mismo pensamiento: hay libros que se te presentan abierto delante en un momento determinado, en unas circunstancias determinadas y con un fin determinado sin que tu lo sepas. Nosotras creemos que es el destino que te pone una herramienta mas delante de ti para facilitarte el camino.

Esa es la sensación que tuve desde la primera página con "Todo un viaje".
No, no he tenido un ictus (agradecida) ni estoy sufriendo una enfermedad traumática física o psicológica. Pero si que estoy en un punto muy concreto de mi vida en el que este libro me ha removido y sobretodo ha iluminado esos huecos en los que la oscuridad amenaza con poder adentrarse peligrosamente.

Silvia Abascal, actriz, estaba preparándose para participar en el Festival de Cine de Málaga cuando un ictus le atravesó el cerebro y la vida que conocía hasta entonces.  Ese ictus fue el punto de partida de un viaje en el que ha tenido que aprender a desarrollar de nuevo algunas de sus capacidad, afinar  y reeducar otra.
En "Todo un viaje" Silvia nos cuenta todo ese proceso desde el lado mas humano, aportando los procesos médicos como puntualizaciones pero centrándose ante todo en su capacidad para luchar y avanzar.

Me parece especialmente destacable la forma de contar su propia experiencia con las medicinas alternativas y sobretodo sus ejercicios de relajación y focalización de la energía ya que dista mucho de la que habitualmente oímos a expertos en televisión o falsos gurús. Ella es real y lo transmite como tal. Inspiradora e interesante no me he planteado en ningún momento si sus momentos imaginando "luces verdes sanadoras" sobre su oído o sus "recorridos mentales" a lo largo de su cuerpo reconstruyendo aquellas partes dañadas, sucedieron de verdad. Imposible no creérselo. Que cada cual crea o no en este tipo de estimulaciones es una cosa, ojo, pero veo imposible no creerse que realmente ella realizó estos ejercicios, se los creía y si, le sirvieron.

La transparencia a la hora de escribir su experiencia es sin duda el "kit" de "Todo un viaje". Sin conocer más allá de lo básico como actriz a Silvia Abascal he sentido que ese libro era ella, era su vida, era su forma de dar las "gracias" que tantas veces nombra, era su forma de ayudar o intentar ayudar a quien lo necesite a través de su lectura.

No deja de sorprenderme como transmite la "tranquilidad" desde la que ha vivido cada momento. Ella misma explica en un breve párrafo como los médicos intentaban hacerle entender que guardarse el miedo o la rabia ante su situación podría no serle beneficioso, y sin embargo ella, tras un autoanalisis interior confirmó lo que ya sabía: no sentía ni miedo ni rabia, sólo ganas de avanzar con pasos cortos pero seguros, no para conseguir un objetivo, si no simplemente para eso, avanzar.
Una lectura agradable, sin entrar en los dramas que un ictus puede acarrear, dejando a un lado cualquier pensamiento negativo que pueda llevar implícito. Con un lenguaje fácil, ameno, "entendible" incluso en las explicaciones médicas, cercano y sobretodo positivo lo que lo hace recomendable para aquellos que tengan por delante un largo camino, complicado, donde la paciencia y la energía serán herramientas a desarrollar.

"Todo un viaje" es un manual humano y real para afrontar una situación complicada, un bache en la vida, con optimismo, fe, tranquilidad.... Una experiencia que Silvia ha sabido afrontar, aprender y sobretodo transmitir.