Thriller con grandes
pretensiones, ya que su comienzo promete algo a lo que nunca se llega, y que se
va desinflando conforme avanza.
Vanessa Williams es secuestrada y
encerrada en un ataúd dentro de una cueva con la promesa de su captor de
regresar a buscarla cuando su marido pague el rescate. Sin embargo antes de que
este pueda ni siquiera avisar del secuestro es encarcelado por otro crimen.
Vanessa queda abandonada sin que nadie, excepto su captor, sepa de su paradero.
Reconozco que más de la mitad de libro
he hecho una lectura en diagonal, en busca únicamente de los pocos párrafos que
dan información nueva o clave para saber la estructura básica y ahorrarme de
esa forma páginas y páginas inservibles en las que sólo puedo pensar en el
precioso tiempo que estoy perdiendo pudiendo leer tantos otros libros...
Es lo que me ocurre con las
historias mal contadas.
Tal vez el problema es que se
mezclan demasiadas historias que desde pronto, demasiado pronto, el lector
puede intuir su relación y muy probablemente incluso el nexo que las une. No
ayudan demasiado las eternas descripciones que parecen querer alargar una
historia que no da más de si.
La autora debería haber hecho
suyo eso de que a veces menos es más, centrarse en dos historias que se solapen
y no convertir a los personajes en un amasijo de hilos que se van uniendo entre
ellos de forma demasiado obvia y trillada.
En resumen, una historia
farragosa, a mi parecer, que solo sirve para entretener por el mero hecho de
saciar la curiosidad de si el final será el esperado.
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