Desde hace algunos años, el auge
de los thriller o novela de suspense ha sido notorio debido en gran
parte al
descubrimiento de autores nórdicos como Camilla Lackber (La princesa de hielo),
Marie Jungsted (Nadie lo ha visto), Stieg Larsson (Millenium), Lars Kepler (El
hipnotista)…. Parece, de repente, que nos hemos olvidado de que la novela negra
ha existido siempre con nombres tan conocidos en sus portadas como Agatha
Christie, Manuel Vazquez Montalbán o Sir Arthur Ignatius Conan Doyle.
La diferencia entre unos y otros,
cada uno en su época radica, a mi parecer, en que con el paso del tiempo la
novela negra ha adquirido tintes mucho mas macabros llevando el suspense al
límite (muchas veces para cruzarlo) del terror y los escenarios se han tornado
mucho mas rudos y crueles no siendo aptos, en unas novelas de una formas más
continuada y en otras sólo de forma esporádica, para estómagos delicados.
Supongo que como en todos los
ámbitos de la vida la novela se ha adaptado a la sociedad en la que vivimos en
la que el nivel de violencia en todas sus formas que nos rodea es ahora mucho
más explicita y simplemente común de lo que podía ser en la época de Agatha
Christie por ejemplo. Por ello tal vez a aquellos que están acostumbrados a
leer hoy en dia las últimas novedades literarias de este género un libro de la
célebre autora les parecerá, pese a tener un argumento interesante, soso y
hasta aburrido.
Todo esto lo llevo mascando yo
desde que he terminado “No volveré a tener miedo”, de Pablo Rivero o Tony
Alcantara como podría haber estado destinado a ser conocido (al menos hasta
otro nuevo gran papel) por la inmensa mayoría de españoles de no haber escrito
este libro.
Tengo una especial animadversión
a interesarme por libros escritos por personajes televisivos, especialmente
presentadores/personajes conocidos de prime time, pero también englobo a
actores, periodistas…. (para muestra… click aquí).
Ya me demostró una vez el karma que esta animadversión mía tendría que tener un
filtro (y creo que en ello estoy) cuando leí “Los
besos no se gastan” de Raquel Martos, Y ahora de nuevo, aparece una novela
escrita por un actor, eso si, de los buenos y con futuro, de los que no he
aprendido el nombre por aparecer en la prensa rosa o en los programas del
corazón, y me quedo sorprendida rascando los pocos ratos que mis “Mellizos los
fieras” me dejan para racanear alguna página (el que haya aparecido justo en
vacaciones ha ayudado bastante a poder acabarlo en tiempo record) y poder
resolver alguna de las mil dudas que desde la primera página me fue creando
hasta terminarlo en tan solo cinco días (Aleluya!! Los cielos se han abierto y
he terminado un libro en menos de seis meses!!! (Razón aquí).
“No volveré a tener miedo” es un
thriller, novela de misterio, suspense, intriga…. Todo ello en una línea de
tensión constante que pocas veces se debilita en la que narra los últimos siete
dia de los miembros de una familia antes de ser asesinados mientras duermen. No
desvelo nada porque precisamente ese final es el principio.
Cuatro personajes principales con
más sombras que luces, que viven esa semana luchando contra sus propios
demonios mientras intentan no chocar con la realidad que les rodea. Un padre que
desaparece cuando nadie lo esperaba, una madre atada al recuerdo y a la espera
de ese marido al que une algo mas que un matrimonio, dos hijos: Raúl,
adolescente obsesionado con lo gore y el odio a todo lo que le rodea y Mario,
el pequeño, asustadizo y dependiente de la figura paterna. Un pequeño enjambre
en el que cada uno vive como puede o como sabe ese momento de resquebrajo
familiar, de secretos que pulsan por salir, de intimidades que se intuyen pero
no se conocen.
El ambiente que se desprende de “No
volveré a tener miedo” es para mi lo mejor que ha conseguido Pablo Rivero al
escribirlo. No es fácil conseguir que esa atmósfera lúgubre, enfermiza casi
tóxica que relata traspase las palabras pero Rivero no se ha cortado a la hora
de describir y mostrar el lado más desagradable de las obsesiones y los miedos
de los personajes sin ahorrar en detalles y descripciones de sus acciones
(vuelvo a ese punto en el que en algun momento habrá personas que no podrán
seguir leyendo o saltarán renglones). Las miserias, la falsa realidad y los
secretos más sórdidos van apareciendo a lo largo de los capítulos a la vez que
los personajes van desarrollando sus habilidades para escapar de ese
claustrofóbico estado en el que se encuentra su casa, su familia.
Otra clave a destacar: Las
continuas referencias a la época de los 90 ( las canciones de Nirvana sirven de
pauta para el personaje de Raúl, por ejemplo, o los programas como ¿Quién sabe
donde? o los recién descubiertos “Talk Show” que enganchan a Laura, la madre) ayudan a situar la historia
y será para muchos un aliciente durante su lectura.
“No volveré a tener miedo” es una
historia obsesiva y obsesionadora que te atrapa, sin duda, bien creado y
pensado. Sólo le pondría dos peros, pocos para ser la primera, los justos para
pensar en pulirlos con la experiencia y la tranquilidad que posiblemente le
darán a Pablo Rivero las próximas novelas que escriba.
El ritmo de la novela, in
crescendo no deja respirar al tiempo que hace que quieras saber más, aunque … personalmente
la primera parte me pareció algo repetitiva, tal vez demasiado mascada para
alargar una presentación que podría haberse reducido condensando el interés y
haciendo que el lector “pique” sin necesidad de darle más vueltas a lo mismo,
lo suficiente para seguir leyendo. En esas primeras páginas tal vez debería
haber aplicado aquello de que “menos es más”. Al contrario, el final, que como fin
del misterio no defrauda, me dejó la sensación de haber sido escrito demasiado
rápido, desplumando una historia que había ido dejando gotitas por el camino de
una forma para mi gusto demasiado explosiva, sin dar las explicaciones
necesarias para redondear un argumento que tiene sentido pero para el que el
lector, una vez llegado aquí, se merecería saber más. Tengo la sensación de
haberme dejado sin leer alguna página, algún fragmento, algo…. Porque todo
ocurre, así, boom, de repente, ya está, esto ocurría, así terminaron
asesinados, y ya, no hay más…
Solo dos “peros” en un novela de
alto voltaje, hecha para los que hemos leído demasiados libros policíacos, de
misterio, supense…. Y necesitamos ese punto tal vez algo gore, otros
consideraran “asqueroso”, pero fuerte si, que te hace incomodarte mientras lo
lees al tiempo que continúas.
No puedo dejar de relacionar “No
volveré a tener miedo” con los títulos de Federico Axat, “Benjamín”, “La última
salida” o a Pierre Lemaitre con “Vestido de novia” o “Alex”. Si has leído alguno de estos y te resultaron
fascinantes, no dudes en leer “No volveré a tener miedo”, si no lo has hecho ya
tienes otros títulos para apuntar.
Señoras, señores, tenemos nuevo
nombre en los Thriller psicológicos, es español, y estoy deseando que publique
su segunda novela.
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