domingo, 3 de marzo de 2019

La Sociedad Literaria de Guernsey y el pastel de piel de patata - Mary Ann Schaffer/Annie Barrows

Toda mi vida lectora he tenido especial inclinación por los thrillers y libros ambientados en el holocausto pese  a que he leído de todo. Esto ha hecho que muchas veces me sienta culpable de estar perdiéndome otro tipo de lecturas que, seguramente, también me llenarías y entretendrían. 

Es verdad que ambos géneros son fáciles de leer y muy malo debe ser el autor, sobretodo en el género negro, para no atraparte mínimamente. Además cuando se dispone de poco tiempo para leer y con el cerebro a medio gas se intensifica la búsqueda de lecturas en las que no haga falta estar demasiado despierta para saborearlas. 

Sin embargo, en mi afán de perder lo mínimo de libros interesantes y para abrir más mi cultura en este "pasatiempo",  uno de mis propósitos lectores para este año es el hacer un hueco a nuevos campos en mi lista de lecturas. Tengo en mente alguna que otra biografía, algún libro que los llamados "autoayuda o superación" (esto es un reto personal porque nunca les he dado demasiado fama) y varios títulos de novela gráfica en la que ya he entrado desde comienzos de año.

Pero dentro de la novela como tal, busco también, como he dicho, temas que se salgan de los asesinatos en serie, policías y detectives, campos de concentración y demás referencias a mis libros de cabecera.

Para ello, indagando en el catalogo de Ebiblio, herramienta de la biblioteca general de mi comunidad a través de la que tomo prestados los ebook, di con "La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" de Mary Ann Schaffer (con ayuda de su sobrina Annie Barros), el cual estaba en la lista de candidatos desde que tiempo atrás mi hada madrina de los libros me recomendase la película. Tras leer el argumento y sin pensarlo demasiado (la tentación de los títulos de novela negra es grande) me decidí por él. 





"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" es una novela epistolar ambientada tras el final de la Segunda Guerra mundial en una de las islas del Canal de la Mancha, frente a Normandía. En ella se cuenta la relación que surge entre la escritora Juliet Ashton y los miembros de una pelicular sociedad literaria de la isla a través del intercambio de cartas.  Juliet está buscando un tema para su próxima novela y será mediante estos correos, cuando la necesidad de saber más acerca de los habitantes de Guernsey le haga estrechar lazos con la isla. 





Como suele pasar con las novelas escritas a través de cartas, su lectura es fácil aunque hay que cogerle el tino para no perderse en el cruce de remitentes y destinatarios, sobretodo, cuando estos son numerosos, lo cual además hace que se cree un ritmo cómico que acompaña al ambiente de la historia (no es un libro con el que llores de la risa pero es cierto que tiene puntos que te sacan una sonrisa o una carcajada, y lo dice alguien a quien no es fácil hacer reír ni con un libro ni con una película). 

Personalmente, si he de destacar algo, son, sin duda los personajes. Schaffer ha creado un elenco fácil de imaginar como habitantes de una isla donde la guerra ha minimizado el contacto con el exterior o a una peculiar escritora, sentada ante su escritorio escribiendo carta tras carta. Tanto los paisajes como los isleños, cada uno con su personalidad, resultan cercanos, campechanos, tejiendo entre ellos una relación más allá de la de vecinos.  En mi mente se han dibujado de una forma tan real que, si algún día veo la película, creo que me sentiré estafada. 


El trasfondo que Mary Ann Schaferr ha mostrado de forma muy sutil no se puede dejar de lado. Una guerra que apenas acaba de terminar y que los habitantes de Guernsey rememoran para Ashton, un amor con alguien del bando contrario, un feminismo muy presente durante toda la novela en la imagen de la escritora (que fantástica la evolución  de su relación con Mark Reynolds), la homosexualidad.... todo ello sin profundizar, lo cual puede parecer un "quiero y no puedo" aunque en mi opinión está hecho de una forma muy inteligente para presentarlo a través de un libro cuyo carácter es dulce, agradable, y seguramente en algún momento par más de uno "pasteloso".  Libros que traten todos los temas que acabo de citar hay muchos, más y menos duros, pero a veces hace falta que alguien los presente así, como sin querer, dejando caer pinceladas a través de un cuadro bonito al que hay que asomarse para ver más allá. 


"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey" no es un libro que me haya marcado especialmente y no estará entre mis libros favoritos, pero si que será uno de los que recomiende a mas de una persona que quiera una lectura diferente para llevar la mente a una pequeña isla con acantilados donde los vecinos entren y salgan de sus casas sin tener que llamar y donde el sentido de la supervivencia (física y anímica) les haga inventarse un grupo de lectura con nombre tan cómico como atrayente. 

martes, 22 de enero de 2019

Mamá - Hélene Delforge / Quentin Grebag

Nunca he sido de libros ilustrados, me gustan demasiado las palabras y los libros con muchas páginas llenas de frases (aunque es verdad que ahora intento elegir libros en versión reducida por aquello de abarcar mas en el poco tiempo que tengo).

Sin embargo es verdad que de un tiempo a esta parte, ahora que este tipo de literatura está poniéndoselo en auge me han llamado más la atención ayudado también por el hecho que dos de mis mejores amigas son unas entusiastas en esta materia y siempre termina picándome la curiosidad cuando les oigo hablar de tal o cual libro.

Me declaro por tanto bastante ignorante en este terreno aunque he de decir que ahora mismo valoro
más los libros ilustrados lo que lo hacia hace un tiempo cuando desde mi inconsciencia poco menos que los catalogaba de literatura vacía. Lo siento, de todo se aprende y rectificar es de sabios que dicen las abuelas.


El caso es que hacía ya días que había oído hablar por varios sitios de "Mamá" un libro ilustrado que al parecer sin necesidad de más textos emocionaba a cuantos lo leían, en su mayoría mujeres que habían probado la maternidad. Visualmente sólo conocía su portada que, para que negarlo, me enamoró. Así que en un impulso y aprovechando que había que escribir la carta a los Reyes Magos, incluí este título entre otros para que ellos decidieran. Y eligieron bien.
"Mamá" recoge en sus 64 páginas de gran formato todas las emociones por las que pasamos las madres durante la maternidad, me atrevería a acotar, durante los primeros años de maternidad representándolos en mujeres de todo el mundo y en diferentes formas de vivirla. Y lo hace de una forma concisa, condensada y tal vez por ello recogiendo de esa forma en que se vive esta etapa todos estos sentimientos: intensa. 

Leerlo es sentir como revives cada uno de ellos, como se te agolpan en el estomago y en el corazón el miedo, el orgullo, el amor inexplicable y rebosante, el cansancio..... y como en todos ellos el centro siempre son los hijos, dando igual en que sociedad, época, lugar o situación se viva. "Mamá" es "mamá" siempre.

"Mamá" me gusta, entre otras muchas cosas, porque no deja de lado la parte más triste y agónica de ser madre: las madres que se encuentran solas para sacar adelante a sus hijos o, uno de mis textos favoritos, el dolor y la desesperación inmensa de ser madre cuando has perdido a tu hijo.

Para quien lo haya disfrutado sobrará decir que las ilustraciones son igual de vitales en la obra que los escritos. Delicadas, sencillas, cercanas y cálidas. Dibujos que dan ganas de usar para decorar tus paredes (lo estoy sopesando).

Me sorprendía que la mayoría de las opiniones sobre el libro comentaban que se habían emocionado leyéndolo y en casi todos los casos que habían terminando llorando. Me uno. Nunca pensé que pudiera pasarme con un libro "con dibujos" pero ocurrió. He ahí la magia de este libro. 

Sin duda "Mamá" debería formar parte de la biblioteca de todas aquellas mujeres van a ser o han sido madres aunque no dudo de que cualquier persona que lo lea lo disfrutará. 

Maravilloso. Sin más. 

domingo, 30 de diciembre de 2018

Mis lecturas del 2018

MI particular repaso al 2018 en cuanto a lecturas me ha dejado un buen sabor de boca en general.  Por un lado han sido más las lecturas que me han atrapado y que he disfrutado que las que me han dejado indiferente. En ello tiene que ver  el hecho de que ahora que el tiempo que puedo dedicar a lo libros es mucho más reducido que antes de mi maternidad, me he vuelto mucho más exigente a la hora de elegir títulos y así como antes me informaba poco y me dejaba llevar, casi siempre, por portadas o sensaciones, ahora selecciono de formo mucho mas crítica la lectura que voy a comenzar.

Pese a que son pocos,  me ha alegrado notablemente ver que han sido 12 libros este año frente a los 6 del 2017 o los "ninguno" de julio a diciembre del 2016 (primeros meses de vida de mis pequeños). 

Estoy muy lejos de regresar a mi ritmo anterior de lectura y posiblemente nunca lo consiga, y no solo por el hecho de no tener todo el tiempo libre del que disponía. Pero lo importante es que el número ha creído y antetodo que he recuperado una parcela de mi vida que tan feliz me hace y tan necesaria me parece. 

Os dejo aquí mi resumen literario del 2018, para que, ojalá, os animéis a leer alguno de ellos. 

Aprovecho para desearos una feliz entrada en el 2019 y que este nuevo año nos traiga muchos momentos al lado de grandes libros. 



Enero

1. Eres una madre maravillosa - Lucia Galán (Papel) 
Nota:9
Recomendado sin duda para cualquier madre pero especialmente para aquellas que acaban de serlo o están a punto. Toda madre debería leer este libro.  

2. El bar de las grandes esperanzas - J.R.Moehringer 
(Ebook)
Sin terminar.
Es un buen libro pero me quedé atascada casi al final sin un motivo aparente. Un delito, lo sé. Propósito de año nuevo terminarlo cuanto antes.








Abril


3. La Bruja - Camilla Lackberg (papel)
Nota: 8
Para cualquier fan de los thrillers policiacos










Junio

4. Lo mejor de nuestras vidas  - Lucia Galán  (papel)
Nota: 7.
Muy bueno aunque más práctico y a nivel inferior emocionalmente que los anteriores .
Recomendado como todos los de “Lucia, mi pediatra” para cualquier mujer (u hombre) con la maternidad recién estrenada.







Julio

5. La verdad sobre el caso Harry Quebert - Joel Dicker -  (Ebook)
Nota 8
Recomendado para lectores ávidos de lecturas policíacas con misterio de fondo.  







Agosto 

6. El escondite - Trezza Azzopardi (Papel)  

Nota: 7
Lectura para quienes no les importe adentrarse en familias oscuras, historias duras que te arañan las tripas.













Septiembre

7. Recursos Inhumanos - Pierre Lemaitre (Ebook) 

Nota: 6








Octubre

8. Triologia de la noche: La noche, el alba, el dia - Eliel Wiesel  (En papel) 
Sin terminar.











9. Tigres de Cristal - Toni Hill - (Ebook)  
Nota 8
Fabulosa historia donde ante todo se muestra como ha cambiado el acoso escolar en los últimos 50 años, hilando dos épocas que avanzan paralelas.










Noviembre 

10. No soy un monstruo - Carmen Chaparro - (Ebook)
Nota: 8
Thriller policiaco español, con un hilo que atrapa y desarrollado con inteligencia para mantener la acción y la sorpresa.










Diciembre

11. Jardín de invierno - Kristin Hannah  (Ebook)
Nota 9
Fantástica historia de la verdadera historia de una madre por sus dos hijas. 






12. Todo el bien y todo el mal - Care Santos (Ebook)
Nota 9
Fabuloso. Te adentra en la historia de una mujer fuerte y cuya vida cree controlar a la que de repente un suceso en la vida de su hijo hace que se tambaleen sus cimientos. Habla de la maternidad, de las dificultades de ser mujeres y la necesaria lucha para mantenerte en el mundo laboral y el mundo de hombres, del amor, y de las decisiones que tomamos. 

viernes, 16 de noviembre de 2018

No soy un monstruo -- Carme Chaparro


Hay momentos de la vida en que leer un determinado libro es sufrir y disfrutar a la vez, es luchar entre las ganas de terminarlo y el querer alargar su lectura en el tiempo para saborear todas las sensaciones que te está transmitiendo.

"No soy un monstruo" de Carme  Chaparro ha sido mi particular lucha entre el querer saber mas y el querer terminarlo para no seguir sufriendo, lo cual ya dice mucho de lo intenso que ha sido.

Carme Chaparro, presentadora de informativos en Telecinco, es la autora de esta novela, Premio Primavera 2017. Como ya he comentado en otras ocasiones el hecho de que el autor de un libro sea un rostro conocido de la televisión suele repelerme. Esta vez  han sido los numerosos comentarios y opiniones positivas y extraordinarias las que me han dado el impulso además de un argumento que ya a priori, fuera cual fuera el autor, me atraía.


"No soy un monstruo" nos introduce en la desaparición de un niño en un centro comercial, mismo lugar y misma situación ocurrida tres años antes. La inspectora Ana Arén será de nuevo la encargada de intentar encontrar al pequeño y descubrir si realmente un secuestrador de niños amenaza la zona.  Cada capitulo está protagonizado por un personaje: Ana, inspectora; Inés, periodista; Joan informático; Nori, policía ......  
Esta variedad hace que el lector vaya descubriendo diferentes aspectos de una misma historia de manera dinámica y rápida pudiendo atar cabos incluso antes de que el resto de los protagonistas conozca la información.

La desaparición de un niño es un tema con el que es fácil empatizar y muy malo debería ser el autor para que el lector al menos no sintiera ese hueco en el estomago que a la inmensa mayoría de personas de este planeta se nos pone cuando leemos o vemos en las noticias un caso de este tipo. Sin embargo hay una diferencia muy grande entre sentir empatía y sufrir realmente, sentirlo en tu propia piel. Carme Chaparro no te hace lector o espectador de su historia, te hace parte de ella.

Supongo que el hecho de ser madre y estar leyendo sobre un posible caso de pederastia con dos niños en la habitación de al lado ha influido mucho a la hora de sentir y "sufrir" la novela, pero no le quita merito a la forma en que la narración te traslada y te hace vivir el desasosiego de una madre que de repente se da cuenta de que la mano de su hijo ya no agarra la suya, la desesperación al sentir que se ha volatizado como si su presencia no hubiera existido nunca o la locura que te puede invadir al recordar que un caso parecido ocurrido años atrás nunca tuvo un desenlace.

El caso es que me ha ocurrido con "No soy un monstruo" lo que hacia años que no me ocurría (posiblemente desde que mi tiempo para la lectura disminuyó por la maternidad): lo leí en dos noches. Tal cual. Dos noches en las que rezaba para que nadie llorase en la cama de al lado y me obligase a abandonar mi libro y en el que he robado horas a mi ya de por si breve sueño.
Pero la ocasión lo merecía.

Por un lado el libro te engancha. La desaparición de Kike es la puerta para que entres de lleno en una carrera a contrarreloj para atrapar a esa persona que al parecer se dedica a secuestrar niños con fines que no conoces pero que tampoco necesitas saber. El avance de la historia y las novedades que conlleva (como odio tener que escribir sin destripar nada) te mantienen el corazón en un puño mientras que las relaciones entre los personajes principales te hacen sentir parte de ese grupo de personas que de alguna forma se unen para aclarar la situación. Pero, por  otro lado, lo que más te atrapa es el miedo, la rabia, la tensión y la desesperación que emana. En una ocasión me descubrí a mi misma leyendo con el cuerpo en tensión, tumbada en el sofá con la cabeza erguida, las rodillas flexionadas , las manos apretando el ebook mas de lo necesario y leyendo de manera desesperada. En otra ocasión tuve que dejar de leer porque sólo quería irme a la cama y abrazar a mis hijos sintiendo el dolor de una madre irreal que acababa de ver como su vida se detenía. Hasta tal punto lo hace de bien Carme Chaparro.


Por eso decía antes que leer "No soy un monstruo" es disfrutar y sufrir a la vez. Leerlo me ha costado mucho y si no lo he dejado ha sido porque es demasiado bueno. Sabía que o lo leía del tirón o iba a alargar el sufrimiento más de lo necesario. Si quería saber que ocurría, si quería leerlo, tenia que ser rápido para acortar el tiempo y los miedos que produce la historia.

El ritmo rápido en un libro es una de mis debilidades y en este caso no es para menos porque además de rápido es inteligente y la historia esta atada por todos los lados sin dejar hilos suelto.  ¿Qué se le podía pedir mas? Un final que te deja con la boca abierta delante de la última línea, porque esa es otra de las cosas con las que a mi se me ganan, que hasta en el último párrafo la sorpresa exista y cuando termines de leer el punto final que cierra la novela tengas que releer de nuevo las ultimas líneas para encajar ese golpe de derecha que te ha dejado KO. Si además este último golpe tiene sentido y no es un burdo intento de que el libro deje algo de calado en quien lo lee, ¡bravo!


"No soy un monstruo" al igual que la desaparición de un niño te atrapa, te remueve y se te mete en las tripas. Y en eso consiste, al menos para mi, saber escribir bien. Contar algo hasta hacerlo propio de quien lo lee no es fácil y pocas veces se consigue con la intensidad que Carme Chaparro lo ha conseguido. Un libro para quienes no les importa sufrir durante una lectura excelente.





sábado, 22 de septiembre de 2018

Recursos Inhumanos --- Pierre Lemaitre


“Recursos inhumanos” es uno de esos títulos que estaban en mi lista de “prioridades” a la hora de leer por el mero hecho de tener el autor que tiene.


Pierre Lemaitre se convirtió en uno de mis ultimos autores favoritos tras conocerlo con “Vestido de Novia”, “Irene” y “Alex”, los cuales leí prácticamente de seguido. En esta fiebre que me ha dado desde hace un tiempo por los thrillers o novela negra, los libros de Lemaitre son un punto y aparte donde el misterio y los casos policiales se desarrollan de  forma magistral con escenas y ambientes de alto voltaje, angustiosos, brutales, rozando el sadismo.

Por ello son libros para los que tienes que tener “ganas”, ya que necesitan de tiempo para digerir y no es apto para momentos en los que te encuentres especialmente sensible a según que escenas y sobretodo no es una lectura apta para “estómagos débiles”

Sabiendo esto elegí “Recursos inhumanos” con ganas de adentrarme de nuevo en el mundo abrupto de Lemaitre, el cual por cierto, dijo en una entrevista “mi objetivo es hacer que el lector se sienta mal”, con lo que lo dice todo. Sin embargo… me he quedado con las ganas.

Alain Delambre es un ex director de Recursos Humanos de 50 años cuya esperanza de encontrar trabajo es casi inexistente lo que, unido a su situación cada vez más marginal, hace que se encuentre en un estado de desesperación en aumento. Cuando una empresa de alto nivel le escoge como candidato para trabajar con ellos, Delambre estará dispuesto a todo por conseguir ganarse el puesto participando en la prueba final de selección: una toma de rehenes simulada. Pero la historia no es lo que parece y cuando el protagonista descubre que ha sido engañado decide tomarse la justicia por su mano y comienza una historia donde el final parece no llegar y donde todo es posible.  

“Recursos inhumanos” se centra en un tema de actualidad y muy común en nuestra sociedad: los parados, altamente cualificados, que debido a la crisis se encuentran sin trabajo en una edad en la que ya nadie cuenta con ellos. Lemaitre se adentra en el mundo empresarial sin escrúpulos y en la desesperación de aquellos que lo han perdido todo y no ven una salida.

Como punto de partida diré que el libro me ha decepcionado lo suficientes como para bajar el nivel en el que tenia al autor con sus anteriores novelas, sin que por ello deje de pensar que Lemaitre es un artista a la hora de crear cambios de guión y giros inesperados haciendo que una misma historia se convierta en tres o cuatros durante su lectura. Ha habido momentos en que leyendo pensaba: “¿y ahora que?, estando en el punto en el que está poco hay mas que hacer, la historia está cerrada”. Y sin embargo, en dos líneas volvía a aparecer un hilo diferente, enganchado al primero, que hacia que el argumento cambiase completamente y el protagonista tuviese por delante otra salida, otro camino, otras decisiones e incluso otra perspectiva para mí, que lo estaba leyendo.

Es curioso pero el ritmo trepidante, característico de este autor de thriller, (y algo que busco activamente en mis lecturas)  me ha resultado excesivo y a momentos innecesario. Me ha ocurrido lo mismo que ante una de esas películas de acción donde desconectas el cerebro porque ocurra lo que ocurra siempre habrá algo más por ocurrir. Tantos cambios, sobretodo a partir de la mitad cuando Delaimbre vuelve a ser libre (intento de no hacer spoiler) y cuando, al contrario de lo que parece, la historia coge de nuevo un impulso que la hace avanzar a golpes de acción como si se tratase de una pelota pinball. Lo que puede parecer una manera de no aburrir, de mantener al lector alerta y en constante sorpresa a mi me ha resultado demasiado abrumador y ha hecho que no haya podido disfrutar de cada momento del periplo vivido por el personaje. Soy consciente de que este, como he dicho, es uno de los grandes puntos positivos de la literatura de Lemaitre por lo que me planteo si tal vez el problema es que no era, personalmente, el momento más adecuado para leer este libro.

Las sorpresas, que sirven de nexos para esos cambios de historia de los que hablaban, abundan a lo largo de sus páginas y en su mayoría encajan y tienen sentido dentro del plan que el mismo protagonista se crea y los toques de humor están orquestados con inteligencia. No abundan sin embargo los toques macabros y sádicos a los que tanto nos tiene acostumbrados Lemaitre reduciéndose a unas cuantas escenas (suficiente con la tortura de los dedos, lo prometo).

Que Pierre Lemaitre sepa dibujar y plasmar el interior de sus personajes con sus lados más oscuros y ocultos, mostrándonos sus pensamientos y definiendo sus personalidades sin dejar duda dice mucho de su conocimiento del ser humano, en lo que seguramente influye que haya estudiado Psicología y la haya aplicado en el sector de los adultos.  

Pese a mi sensación personal, que cada vez tengo más clara que viene dada por una mala elección a la hora de leerlo, “Recursos inhumanos”, es de nuevo, un alarde de todos los puntos positivos de Pierre Lemaitre dentro de la novela negra y del porque se le considera uno de los mejores, si no el mejor, autor de ese campo en la actualidad.  Con ella además ha dejado claro la facilidad con la que cuenta para abarcar diferentes temas, historias con personajes diferentes en cuanto a personalidad, estatus y sentimientos evitando con ello encasillarse.

Si eres fan de Lemaitre, léelo, en el momento preciso, pero léelo. Si aún no lo conoces pero te gusta el género deja “Recursos inhumanos” para más adelante y abre la puerta con cualquier otro de su biografía. Y, desde luego, si no sueles leer thrillers, no comiences con Pierre Lemaitre, elige algo más accesible y suave y deja este autor para cuando hayas hecho camino (y estómago).




miércoles, 22 de agosto de 2018

El escondite - Trezza Azzopardi

Hay libros de los que te gusta y te atrae mas su historia, como nacieron, donde aparecieron o el como llegaron a ti que la propia historia que narran. Libros que te pueden gustar mas, menos o que te resulten indiferentes pero que tienen su propio camino.

Nunca había oído habla de "El escondite" de Trezza Azzopardi y sin embargo estoy segura de que estábamos destinados ha encontrarnos. 

Lo estoy primero por el lugar en que nos conocimos, uno de esos lugares que a cualquier lector y amantes de los libros le parecerá el mejor para una primera cita a ciegas: Cuesta de Moyano, en Madrid. El sitio, durante mucho tiempo pendiente en mi lista de cosas por hacer en alguna visita a la capital, es digno de una entrada única y exclusiva para él en este blog que espero algún día poder hacer. De adelanto solo lo recomendaré con el mayor de los énfasis para pasar un buen puñado de horas entre sus montañas de libros y olvidarse de que estas en una ciudad como es Madrid. 

El caso es que buscaba sin saber que, algún título que llevarme como recuerdo de mi primera (que no única) incursión en este pequeño país de las maravillas literarias. Hojeaba y miraba algún que otro libro pero ninguno era.... y de repente lo vi. 

Un ejemplar en buen estado pero con signos de haber vivido. Páginas ligeramente ocres, portada sin el brillo ni la tersura de los recién nacidos. Un libro que ha tenido otra historia. Y esa portada que ya tenia algo de magia. "La madre migrante" de Dorothea Lange. Una foto que me ha gustado desde siempre por su intensidad elegante, sin estridencias, un dolor tan sutil que ya no parece ni dolor. Cuando comencé a leer el argumento... "lo comparan con "Las cenizas de Ángel" de Fran McCourth" ¿Podía ser cierto? Uno de mis libros de cabecera desde hace años, de mi lista de imprescindibles... Sin apenas seguir leyendo estaba decidido. 7 Euros. ¿Que más podía pedir? Podía pedir que cuando se lo conté a mi hada madrina de libros me dijera: "Si, no lo he leído pero lo conozco. Tiene muy buenas criticas". Bingo. "El escondite" y yo nos habíamos conocido. 

Trezza Azzopardi narra en primera persona los recuerdos de Dolores, Dol, durante su infancia dentro de una familia de la comunidad maltesa en los bajos fondos de Gales. Junto a sus 5 hermanas mayores, vive con su padre, un jugador, pendenciero y violento y su madre, una mujer abrumada por la pobreza y la falta de ayuda de su marido lo que hace que la vida se le haga grande. 

Pero "El escondite" no es la historia de una familia sin más. Desde el actual momento, con el aviso de la muerte de su madre, Dol rememora su infancia treinta años atrás abriendo así el cajón de los recuerdos, mostrándolos primeros con su visión infantil e inocente para ir descubriendo a través de los encuentros con sus hermanas y con el barrio donde vivió la cruel realidad en la que se crió. 

Se nota que la autora conoce el ambiente que descubre ya que ella misma nació en los 60 en Cardiff, aunque deja claro que no es una autobiografía, lo que hace que la historia  se te pegue a la piel como la suciedad de las calles del barrio, que el ambiente festivo aunque impostado de licores y prostitutas del Moonligth resuene y que el gris de la casa de Dol aparezca ante tus ojos mientras lo lees. Las descripciones son fabulosas sin resultar pesadas al igual que los diálogos, cortos y concisos pero con una gran carga detrás donde se intuye lo que no se dice.  

Tras acabar "El escondite" me ha quedado la sensación de no haber leído todo, de haberme dejado entre lineas situaciones, por lo que no descarto la posibilidad de releerlo ya que, en la segunda parte del libro donde la Dol ya adulta se encuentra con sus hermanas, los recuerdos se van destapando y la primera parte del libro adquiere matices más claros con los que la historia termina de verse más nítida.

La pobreza, la mano de la mafia, las desgracias acumulada, las relaciones familiares en entornos hostiles,la infancia perdida.... Desde un drama sutil que solo al final se dibuja del todo (o casi porque no llegan a describirse pero si que el lector tiene todos los datos para conocerlo) Azzopardi habla de la memoria y de las herramientas del ser humano para protegerse. 

Este es un libro de la bajada de la protagonista a los mas hondos secretos y autoengaños de su mente, de los recuerdos que van asomando entre las grietas y del dolor oculto. 

Un libro para leer con los cinco sentidos puestos en él.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Reseña breve: El verdadero caso de Harry Quebert - Jöel Dicker


El verdadero caso de Harry Quebert  de Jöel Dicker es uno de los últimos títulos de Thriller que ha generado más éxito y premios convirtiéndose en un best seller.

En la novela nos sumergiremos en la historia de un asesinato sin resolver, el de Nola Kellergan, una joven cuyo cadáver se encuentra años después de su desaparición en el jardín de un reconocido escritor con quien mantenía una relación en secreto. Marcus Goldman, pupilo de Harry Quebert inicia entonces su propia investigación para defender a su mentor. 

Hacia tiempo que tenia pendiente este libro que, a priori, recogía todo aquello que me suele gustar en una lectura fresca y cuyo éxito hacia que estuviera en todas las librerías que visitaba. El número de páginas (672) me echaba para atrás, ya que en estos tiempos todo aquello que supere las 200 páginas es para mi algo así como intentar subir el Himalaya con dos mellizos a cuestas.  Sin embargo la llegada del verano y la promesa de un posible margen de lectura estival unido a las ganas me hizo comenzarlo. El que lo haya leído en apenas tres semanas es un claro indicador de que el libro, al menos, engancha. 

Contada a tres tiempos, "El verdadero caso de Harry Quebert", es el típico ejemplo de best seller que lo es porque entretiene y tiene una historia bien argumentada, sin cabos sueltos ni artificios. Sin embargo no me parece que su narrativa ni el trabajo literario que de ella se desprende esté al nivel de lo que debería (repito: "debería") considerarse un "gran ventas". Libros como este los hay a cientos: de fácil lectura, argumento que engancha, variedad de personajes relacionados entre si, sorpresas en el momento exacto.... lo dicho, como tantos otros.   Cierto es que estamos en una época en que es fácil que un libro basado en crímenes, de ambiente policiaco y misterio alcance la fama, todo son rachas. Y también es verdad que son rachas efímeras. Los lectores, en general, queremos leer, disfrutar, relajarnos y entretenernos sin más. Y supongo que es el momento de Joel Dicker. He tenido la sensación de que el tiempo de publicación ha sido determinante para crear una novela con tintes de posible película (revisando esta reseña he descubierto que Movistar estrenará una miniserie con Patrick Dempsey, ("Anatomia de Grey"), como protagonista) incluso de secuela, por ello, tal vez, no se han cuidado los diálogos y en ocasiones rechina la narrativa que cojea.

En el lado positivo destacaría tres puntos: 
Por un lado los personajes perfectamente definidos, con sus sombras y luces, cada uno con personalidades muy marcadas (incluso aquellos que finalmente parecen no ser lo que eran).
El argumento como he dicho, bien trazado, sin dejar dudas en el aire ni conexiones "porque si". Todo tiene un porque que se aclara en el momento necesario y nada es fortuito. 
El ritmo frenético de lectura que te impide parar. Dicker sabe mantener el suspende y dar constantes giros a la historia para que surgan nuevas preguntas y dudas e incluso hasta el final el lector no sabrá que es lo que realmente ha ocurrido. 


Sin duda "El verdadero casi de Harry Quebert" es una lectura para engancharse, leer del tirón, intentar descifrar el misterio y dejarse sorprender sin esperar, eso si, un obra de arte. 


jueves, 7 de junio de 2018

"La bruja" - Camilla Lackbërg


Cuando te enganchas a una saga literaria, en la que cada libro presenta una historia que se cierra aunque mantengan los mismos personajes, hay un alto número de probabilidades de que termines  aburrido ya que por lo general la trama, forma de desarrollar los acontecimientos y el estilo terminan siendo prácticamente idénticos.

Cuando descubrí La Princesa de Hielo, el primero de la saga “Los crímenes de Fjallbacka” de Camilla Lackbërg, me enganché totalmente a estas novelas de thriller y misterio en las que sus personajes principales Erika Falck y Patrick Hedström se involucran en la investigación de asesinatos y descubrimiento de secretos. Este primer libro fue un auténtico boom que hizo que los siguientes los fuera leyendo al mismo tiempo que se publicaban, ansiosa por disfrutar de los nuevos casos que se presentaban.
Sin embargo conforme avanzaron (creo que concretamente a partir del cuarto libro) el interés que me producían era meramente de entretenimiento sin más, ya no había grandes sorpresas y en general me parecía estar leyendo la misma historia cambiando simplemente algunos aspectos generales.  Eran libros que me gustaban porque se leían fácil, entretenían, conocía a los personajes y siempre estaba ese punto de misterio de: “¿Qué es lo que ha pasado y por qué?”. Pero las ansias y la sorpresa con que devoraba los primeros desaparecieron al mismo tiempo que aparecían verano tras verano los nuevos títulos.

Sin embargo, a veces ocurren cosas maravillosas, y tras un parón de tres años en el que Lackbërg nos ha tenido en sequía, este 2018 por fin, llegó “La bruja”. Y no digo por fin por el tiempo en que hemos tenido que esperar, si no, porque de nuevo han vuelto la sorpresa y el misterio, las ansias de seguir leyendo y descubrir que ha pasado, las ganas de desvelar el final.

No tenía ninguna prisa en leerlo. Mi situación de madre de mellizos y el desencanto que arrastraron sus últimos libros me hacían tenerlo en mente para “algún momento”, nada parecido a años atrás cuando el libro me quemaba entre las manos.  Sin embargo, como tantas otras veces, el destino hizo que sin yo quererlo me encontrara con la edición grande en casa y puesto que el poco tiempo que tengo para leer lo quiero dedicar a algo sin más expectativas que desconectar decidí comenzarlo. Gran idea.

La apacible ciudad sueca de Fjallbacka se despierta un dia con la desaparición de Nea, una niña de cuatro años. La escritora Erika Falck y su marido el policía Patrick Hedström se adentran en la investigación de este caso que se ve extrañamente relacionado con otro ocurrido hace más de 30 años y con el que a priori no tiene nada que ver.


Las líneas principales de la novela son similares al resto de la colección. De nuevo Camilla Lackbërg nos presenta una historia que se narra de forma paralela a no una si no dos del pasado (creo que es la primera vez que esto ocurre): el caso ocurrido hace 30 años de forma que el lector puede jugar a unir cabos e intentar relacionar ambos casos al mismo tiempo que lo hacen los protagonistas de la historia actual y una segunda ambientada en el siglo XVII.

Los personajes, relacionados siempre entre si por líneas familiares o sociales, van mostrando sus secretos, debilidades y sombras al tiempo que el libro avanza. Lo que ahora parece más tarde ya no es. Todo contiene el sello de la escritora noruega.

Puedo decir además que es el primero de los libros en el que descubro que es lo que ha pasado antes de que me lo cuenten. Supe la relación de pasado y presente, supe quien había hecho qué y por qué y supe como se iba a descubrir. En ese sentido me sorprende que realmente sea asequible deducirlo y tal vez el hecho de que las cosas ocurren esta vez con un motivo y no porque si, es lo que hace que sea más fácil para el lector ganarle el terreno a la intrépida escritora y el equipo de policía.


¿Por qué entonces este libro ha vuelto a ser un repunte dentro de la monotonía a la que me tenía acostumbrada?

Tras pensarlo creo que los tres años que ha tardado en escribir “La bruja” en comparación con el ritmo al que estábamos acostumbrados (un libro por año implica en general coger una línea que ha funciona y simplemente seguirla para darle a la industria lo que pide sin más) ha servido para dar una historia más rica, más trabajada, donde los personajes han vuelto a ser enrevesados y donde las cosas no ocurren simplemente porque si (uno de las grandes decepciones que tenia últimamente en sus novelas). Las cosas ocurren por un algo, un desencadenante, un porqué. El ritmo vuelve a ser atronador cuando es necesario, cuando se descubre una pista que te lleva a otra, pero en los momentos en que la historia necesita de un descanso para no resultar torpemente apabullante los hay, y en ellos también se encuentra información de interés que hace que la tensión vuelva a coger ritmo.

Además, considero altamente importante y aplaudible que por primera vez Lackbërg ha introducida en su novela problemas de la sociedad actual integrándolos de forma inteligente y reivindicativa. Me refiero a la presencia y al papel en la historia de los refugiados sirios que llegan a Fjallbacka y que intentan integrarse en la sociedad sueca desde su campo de refugiados. Karim, Adnam, Amina… sufrirán también las consecuencias de “La bruja” y se verán envueltos en la desaparición de Nea.

En “La bruja” realmente no hay ninguna bruja, de ahí que una de las frases promociónales del libro haya sido “No te fíes del titulo ni de la portada. El libro no es lo que parece”. Sin embargo me parece una elección de título inteligente porque lo que si que hay es una caza de brujas, en muchos aspectos, en las tres historias que narra.

Como siempre con esta escritora te recomiendo este libro si te gustan las novelas policíacas, thrillers, misterios, historias sin resolver…. Entretenimiento fácil pero que te engancha, sin más objetivo que el de pasar un buen rato imbuido de lleno en él.

Bravo Lackbërg por esta última novela. Y si para seguir con este nivel tengo que esperarte tres años de nuevo…. Que así sea.

jueves, 15 de marzo de 2018

El niño en la cima de la montaña - John Boyne


John Boyne vuelve con “El niño en la cima de la montaña” a la Segunda Guerra Mundial y con un
niño como personaje principal como ya hizo con el famoso y durísimo “El niño con el pijama de rayas”.

Sabía que se había publicado y en alguna ocasión he pensado que fascinándome como me fascinó el primero, tenia que leerlo más pronto que tarde. Sin embargo no fue hasta hace poco cuando me encontré cara a cara con él en una librería cuando llego el momento de hacerlo.

Pierrot es un huérfano francés, que, en plena ebullición del movimiento nazi,  termina viviendo con su tía, ama de llaves de una mansión en Alemania (que guarda sorpresa), en un ambiente opuesto al que vivía y cercano a figuras que harán que todo lo que conocía hasta ahora se vea modificado hasta el punto de hacer que también sus pensamientos y sus ideas se vean afectados.


En esta ocasión, Boyne, traslada la acción al lado opuesto de su primera novela y nos muestra a través de Pierrot el ambiente ideológico del momento, el nazismo, la aclamación de todo lo “ario”, aunque no sea este el centro del argumento de la novela si no solo la herramienta que usa para realzar el verdadero tema del libro: la perversión y perdida de la inocencia de un niño a manos de la sociedad y del poder.


Al igual que en su primera novela, Boyne hace que el personaje principal sea un niño al que es fácil coger cariño por la inocencia, frescura y honradez que se desprende de él hasta que, y aquí está la diferencia con “El niño con el  pijama de rayas” , el poder y la manipulación hacen que Pierrot sufra un giro en su personalidad que lo lleva por un camino que al lector no le resulta agradable por lo que te mantiene durante gran parte de la novela en la tesitura y dilema de no querer juzgarle aunque a veces resulte imposible. Todo lo contrario a lo que ocurría en la anterior historia cuando es inevitable no enternecerte y tener el corazón en un puño con el pequeño Shmuel, judío, y Bruno, hijo de un comandante de las SS, sin tener ni un ápice de duda respecto a la falta de culpabilidad de ambos en una situación como la que viven.

Escrita con diálogos sencillos y de forma amena, “El niño en la cima de la montaña” comienza con gran énfasis, haciendo que la historia avance rápidamente por lo que te lleva de una página a otra sin darte cuenta. Sin embargo, para mi gusto, este ritmo decae a las pocas páginas (coincidiendo con la llegada de Pierrot a la mansión) donde se estanca y parece demorarse y alargarse demasiado sin aportar nada nuevo. Es a la mitad del libro cuando vuelve a coger velocidad, cuando Pierrot descubre el poder y lo que considera “la verdadera Alemania”, lo que hace que de nuevo se sucedan las sorpresas y los cambios que el protagonista sufre haciendo que la historia fluya.  

“El niño con el pijama de rayas” fue uno de esos momentos inolvidables en mi historia como lectora. Debido a mi afán por leer todo lo que encontraba sobre judíos, campos de concentración y demás temas relacionados eran pocas las lecturas que me sorprendían. Y sin embargo, recuerdo perfectamente como, tras devorarlo,  al leer la penúltima página de ese pequeño libro no pude evitar gritar (recuerdo aún la cara de mis padres) y pasar la página una y otra vez diciendo: “no puede ser, no puede ser….”. Es uno de esos libros que forman parte de la primera balda de mi biblioteca, donde guardo mis “intocables”.

Cualquiera que lo haya leído, creo que me entenderá. Un libro tan sencillo y que encierra tanta dureza, crueldad, injusticia y dolor, que es imposible que no te agarre el corazón, te guste o no, pero que te deje marca.
Sin embargo, “El niño en la cima de la montaña” pese a no ser un mal libro no es un libro que me haya impactado. Si no lo tuviera en papel, lo compraría, por aquello de completar el “duo Boyne” pero no seria una necesidad vital tenerlo entre mis favoritos. Y, ojo, es una historia completa, amena, sencilla… y huye de lo macabro o de los momentos especialmente duros que pudiera tener “El niño con el pijama de rayas” lo que lo hace mas “digerible” (claro que a mi no me gustan los libros fácilmente digeribles). Es una historia inteligente y que nos muestra la otra parte de una situación de la que estamos acostumbrados a ver y conocer solo un lado por lo que es necesario que existan historias así para darnos cuenta que en todos los bandos hay inocentes, hasta aquellos que en ocasiones no lo parecen.

Supongo que el matiz de la dureza de su relato es lo que diferencia a estas dos novelas. Sin más. Y es lo que hace que personalmente no me haya parecido un “novelón”.

Ameno, curioso. “El niño en la cima de la montaña es imprescindible para comparar y tener, como siempre se debería de tener, el otro punto de vista.  Pero sin las grandes expectativas que os generaría “El niño con el pijama de rayas”  (si no lo habéis leído, ya estáis tardando).